• Por Eduardo Palacios, fepalacios@tigo.com.py

El rol de los operadores ha sido desde el comienzo de la historia de la radiofonía de vital trascendencia. Y esta semana rescatamos la memoria de los protagonistas de la emisión radiofónica.

Los operadores han cumplido un rol preponderante en las emisoras de radio; en la puesta en el aire de los programas, en el manejo de la consola, la musicalización y los equipos de la cabina de transmisión. Hoy día el avance tecnológico incorporado por muchas estaciones, han hecho prescindentes la labor muy importante de ellos. Rescatamos la memoria de estos personajes que fueron protagonistas principales en la emisión radiofónica.

El sistema operativo

El complejo mecanismo de la emisión radiofónica, básicamente se realizaba desde una cabina de operadores y otra de locutores, y las señales que se generaban desde la consola, que estaba ubicada en la primera nombrada, regulaba la ecualización del volumen como de la intensidad del audio, y realizaba la mezcla tanto de la voz de los locutores con la musicalización del programa. Dicha señal era enviada al transmisor y desde ahí a las torres de transmisión donde se encontraba la antena principal.

Antiguamente los operadores debían cambiar la púa del tocadiscos, después de cada tema musical difundido, y, naturalmente, contaban con cajas de púas con cientos de ellos para su utilización en discos de grandes dimensiones, hechas en base a un tipo de cera mezclada con productos químicos, especialmente por los años 40 y 50. Un poco más tarde aparecieron los discos de vinilo que por muchos años fue el material usado en todo el mundo para las producciones discográficas, siendo sustituidas en los años 80 por los discos compactos o CD y otros archivos electrónicos de grabación, hoy día en distintos formatos.

UN SEÑOR OPERADOR

En el año 1948 adolescente aun, Adalberto “Chito” Melgarejo, iniciaba su larga trayectoria en la radiofonía, contratado como ordenanza en Radio La Capital, tres meses más tarde ya estaba en la consola de operaciones de la misma. Permaneció enesa emisora hasta la inauguración de Emisoras Paraguay; se retiró de allí al poco tiempo, y luego de un breve paso por ZP4 Radio Stentor, regresó a Emisoras Paraguay hasta el año 1988, fecha en que Don Gerardo Halley Mora, su propietario, la vendió.

Hoy en el lenguaje radiofónico los llaman ingenieros de sonidos o Disc jockey, pero estos operadores de radio han sido un gran soporte para dar lucimiento a los programas y colaborar activamente con los locutores, ya que debían no solo ocuparse, muchas veces, de seleccionar los temas musicales, cuidar la consola de cuatro tocadiscos, operar la grabadora de cintas, y en ocasiones hasta debían atender el teléfono para recibir las solicitudes de los oyentes, actividades que con el correr del tiempo se han venido multiplicando, con la incorporación de nuevas tecnologías.

CON ESTRELLAS

Así Chito Melgarejo pasó cuatro décadas como operador en las emisoras ya citadas. Acompañó a grandes de la radiofonía tales como Blanca Navarro, Agustín González, Juan Bernabé, Ernesto Abdo, Rubén Britez Monín, José Tito González, Ramón Salazar Martínez, Ninica Segura, Nicolás Arguello, Irene Portillo, Stilver Cardozo, Oscar Salas, Juan Carlos Matto, Nemesio “Coco” Fiandro y tantos otros, como recuerda en las reuniones de camaradería de ex compañeros de la radio.

Cuando la radionovela era dueña de la masiva audiencia, por los años 60, Melgarejo se ocupó de ponerle el sonido y los efectos especiales, sobre todo a un obra que luego fue representada en el Cine Roma, la terraza del Granados y que recorriera algunos puntos del interior, la famosa Leyenda del Hombre Lobo, a la que acompaño en su carácter de ingeniero de sonidos. También trabajo al lado de Mercedes Jane, de Carlos Gómez, de los Compadres desde el inicio de la Pensión de doña Liga, todo un suceso en los programas de humor de la época.

Durante su tiempo en Emisoras Paraguay participó de la transmisión en vivo desde la fonoplaea, de grandes artistas tales como Los Iracundos, Leo Dan, Palito Ortega, Leonardo Favio, Sandro, Roberto Carlos, Erasmo Carlos, Wilson Simonal, Sergio Denis, Los cinco Latinos, Javier Solís, Los Panchos y tantos otros, así como grupos paraguayos: los Blue Caps, la Baby Jazz, los Jokers con Kike Krona.

Trabajó con don Pedro García y su Corporación Deportiva Fénix en transmisiones desde los estadios deportivos. Esta experiencia le valió para que Radio Tupi y O Globo lo contrataran durante eventos deportivos internacionales.

Adalberto Melgarejo se encargó de darle su toque personal de buen gusto musical a programas como Brújula señala los Éxitos, Grandes bailables de La Española, Treinta minutos pasan volando y Camino a la medianoche. Y entre los programas que guarda en su memoria con mucho cariño se encuentra Jueves folclóricos con Elpidio Alcaraz Segovia por donde también pasaron grandes conjuntos como los Orrego, los Hidalgos, el grupo de Mauricio Cardozo Ocampo entre otros.

Hoy en el reposo de su jubilación señala que éste paso por la radio le permitió cultivar grandes amigos y conservar un nutrido anecdotario de ese tiempo, en que la radio era el principal instrumento de distracción familiar.

JORGE LUIS GIMÉNEZ

“ Lucho “ Gimenez o “ chicato “, para sus compañeros, fue un operador con un pronunciado impedimento visual que sin embargo, aún así, por muchos años trabajó como operador en radio La Capital primero, luego en Stentor, Teleco y en Radio Cáritas después, con notable solvencia. Su gran habilidad para el manejo de la consola y capacidad de poner con precisión en los surcos de los discos de vinilo, la música que correspondía, constituía una tarea segura en la puesta en el aire de los programas.

En una antigua publicación, Lucho Giménez, señala que se inició en el año 1948 en radio La Capital, con Adalberto Melgarejo, quien le enseñó las nociones mínimas para el desempeño en la consola. Dijo que durante los primeros días en esa emisora, el director de la misma se oponía a admitirle para manejar la consola, el plato de los discos y los demás equipos que conformaban la cabina de operadores, ya que su vista sería el mayor problema. Sin embargo, poco tiempo después, le dieron la oportunidad y desde aquellos días trabajó en forma continuada como operador.

Son historias de la radio poco conocidas y en especial de un hombre que a pesar del impedimento, supo sobresalir y fue reconocido por todos los profesionales quienes han pasado por los medios en las que él estuvo.