La barra de Chacarita, club de la segunda división del fútbol argentino, se encuentra partida por una disputa de poderes entre dos facciones. A diferencia de otras luchas por el poder de las hinchadas, esta tiene un hecho muy particular: ambos grupos son liderados por mujeres, que además son hermanas.

  • Por Juan Pablo Zaracho
  • @laespadasagrada

El lunes 11 de noviem­bre se enfrentaban Chacarita Juniors ante Tigre por otra fecha de la Primera B Nacional en Argentina, pero el choque real se daba a unas cuadras del estadio del “Funebrero” en San Martín. A pocas calles de distancia, dos facciones de la barra brava del club se agredían lanzando piedras, botellas, todo lo que tenían a su paso. Esta lucha ya lleva años llevándose adelante, enfrentando no solo a dos grupos, sino también a dos hermanas, quienes son líde­res de una de las barras más violentas de la Argentina: Angélica y Ana Molina, “La dueña” y “La negra”.

LA HERENCIA DEL “MUCHINGA”

¿Cómo es que dos hermanas terminan en una cruenta batalla por el poder de una hinchada organizada? Todo se inicia con el marido de Angé­lica, Raúl “Muchinga” Esca­lante, quien se hizo poderoso en el club bajo el mandato de Luis Barrionuevo, líder del sindicato de trabajadores gas­tronómicos y que se convirtió en el hombre fuerte de Chaca­rita. “Muchinga” fue su fiel escudero en la hinchada, convirtiéndose en líder de la barra. Así pudo encar­garse de la concesión del bar del club, manejar una ambulancia de la familia de Barrionuevo y cobrar como funcionario en la Munici­palidad de San Martín.

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Tuvo varias luchas por el poder de la barra, perdiendo y volviendo repetidas veces. Algunos de sus rivales ter­minaron asesinados, como el caso de “Lolo” Páez en el 2000, pero no se le vinculó con el asesinato. Tras años en el poder del club, pudo ser nombrado como vocal. Luego sería nombrado como miem­bro de la directiva, demos­trando el poder de la barra dentro de la institución.

El tener que ocupar un cargo político dentro del club obli­gaba a Escalante a dejar el liderazgo de la barra, a pesar de que todos sabían que la seguía controlando. Por esta razón nombró a su hijastro, apodado “Chucky”, como su sucesor. En el 2012, “Chucky” fue arrestado y señalado como uno de los líderes de tráfico de dro­gas en la zona de San Mar­tín. Esto dejó a la barra sin líder, por lo que tomó la posta su madre: Angélica Molina.

LA NUEVA LÍDER

Angélica Molina, con su esposo Raúl en la dirigencia, tenía el poder de controlar los negocios de la barra del “Funebrero”. Temiendo que el arresto de su hijo haya sido una entrega por grupos que buscaban obtener el poder en la hinchada, ella se convirtió en la nueva cabeza del grupo. Tras varios años al frente, en el 2018, “Muchinga” sufrió un ACV, quedando así ella como la encargada de facto de toda la barra, que llevaba el nom­bre de “La Famosa Banda”.

Años antes ya había consoli­dado su poder, dando conce­siones del club, como la venta de remeras falsificadas y el usufructo de las cantinas del estadio, a grupos barriales dentro de la hinchada. Tam­bién organizaba los eventos dentro de la entidad, tales como el Día del Niño. Ahora, ya con el poder consolidado, se dedicó a desterrar a los grupos que cuestionaban su liderazgo. Una de las integran­tes de esos grupos era Ana Molina, conocida como “La Negra”. Es decir, su hermana.

Ana, también una histórica de la tribuna de Chacarita, fue ganando poder y se hizo cargo del grupo disidente, con caudillos que habían sido desplazados de los sectores de poder durante el paso de los años. De esta forma, la nueva líder de “Somos Fami­lia” buscaba volver a domi­nar las gradas, pero “La Dueña” esperaba una lucha.

LUCHA SANGRIENTA

Desde comienzos del 2019, ambos grupos se prepararon para una dura batalla entre ambos. La barra oficialista comenzó a llevar armas a la popular y reclutó a barras bravas colombianos del Atlético Nacional que viven en Argentina. Angélica tenía la ventaja de ser el centro de todos los negocios dentro y fuera del club, siendo la venta de drogas el más prolífico.

Por su parte, Ana y su fac­ción contrataron a un grupo de peruanos, prometiendo el manejo de ciertas conce­siones dentro del club a cam­bio de su lealtad. A partir de agosto las peleas comenza­ron a ser más frecuentes, generándose tiroteos entre ambos grupos cada semana. En setiembre, un llamado anónimo permitió a las fuer­zas de seguridad abortar un ataque por parte del grupo de Ana a la barra oficial. Fue tras este evento que el titular de la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (Aprevide), Leopoldo Lugo­nes, mencionó que las her­manas “(...) están enfrenta­das por el poder de la tribuna y para hacer negocios”.

El 21 de octubre, la Policía de la Provincia de Buenos Aires arrestó a “La Dueña” por ser una de las cabezas de la venta de drogas en la zona de San Martín. La investigación se inició por la falsificación de entradas, pero terminó abar­cando la venta de drogas, robo de autos lujosos y hasta llevar porcentaje de ventas de los jugadores de Chacarita.

A pesar de que Angélica y varios de su grupo terminaron arrestados, al igual que varios cabecillas de la facción de Ana, la guerra continúa entre los bandos. Para buscar mayor apoyo, “La Negra” se reu­nió con el poderoso Barrio­nuevo, pero aún no se sabe si este apoyo terminará con ella como la jefa de la barra brava.

De esta forma, la lucha frater­nal por el poder de la barra de Chacarita no parece tener fin. El dominio del dinero y de la institución son factores más poderosos que un lazo fami­liar, por lo que el enfrenta­miento entre “La Dueña” y “La Negra” seguirá siendo el epicentro de lucha de barras en un club en el que estas son los verdaderos dueños.

Fuentes:

1- “Secuestros, drogas, armas y fút­bol: cayó ‘La Dueña’, jefa de la barra brava de Chacarita” - Infobae

2 - “‘La Dueña’ y ‘La Negra’: la guerra de hermanas que siembra terror en el club Chacarita” - La Nación (Arg.)

3 - “Lugones: ‘Son responsables dos hermanas que pelean por poder en la tribuna de Chacarita’” - Agen­cia Télam

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