Estudiantes de arte de nuestro país participaron de la cuarta edición del Cubic, Circuito Universitario de la Bienal Internacional de Curitiba. Este programa permite que jóvenes artistas participen de una bienal en un programa de profesionalización, con la propuesta de integrar sus trabajos al lado de artistas conceptuados internacionalmente.
Un grupo de estudiantes del Instituto Superior de Bellas Artes llevó a cabo un desarrollo de conceptos para llegar a la obra, a través de talleres dirigidos por Luis Vera, como cátedra de Fotografía Contemporánea, donde no precisamente se centran en una técnica, sino más bien buscan desarrollar y conocer conceptos para realizar una obra. Esta es la segunda participación de estudiantes de su aula, en la anterior, a través del Colectivo 21ojos, y en esta ocasión, con Brigitte Brusetti, quienes fueron seleccionados por el equipo curatorial del Cubic, liderado por Stafanie Dahn Batista, curadora y profesora de Arte de la Universidad Federal de Paraná. Nicolás Domínguez, estudiante del Instituto Superior de Arte, con su instalación performática fue otro de los nacionales que pudieron exponer. Ambos, en el Museu da Gravura.
UN PROGRAMA ESPECIAL
Este programa único en el Brasil fue pensado para apoyar el arduo camino que exige además de un trabajo artístico consistente, un currículum de exposiciones que no siempre jóvenes artistas pueden presentar. Todo el proceso que realiza un artista para una exposición, desde pensar, idear, conceptualizar la obra, realizarla, hacer un portfolio, dar una declaración de artista, etc., forman parte del proceso de selección del Cubic.
Por eso, una gran conquista del proyecto es posibilitar la integración de las poéticas de artistas que inician su trayectoria, con renombrados artistas de la 14ª Bienal Internacional de Curitiba. De ahí la importancia de dar visibilidad en galerías y museos en el inicio de la ardua carrera artística, aunque las exigencias son las mismas que a profesionales. Desde hace dos ediciones, este proyecto fue ampliado a Paraguay, luego Argentina y Uruguay, donde universitarios de cualquier carrera pueden inscribirse y postular sus obras de arte contemporáneo, que luego pasan por una selección curatorial, que cuenta también con las curadoras Isadora Mattioli e Fabrícia Jordão, esta última ganadora del Premio a la mejor curaduría del Brasil.
Las exposiciones de arte del Cubic son en el Museu da Gravura, MuMA- Centro de Artes Digitais; MUSA – Museu de Arte da UFPR, Galería do Departamento de Artes de la UFPR e y la Galería de Arte de la EMBAP.
El programa también incluye talleres, días de campo donde se trabaja en distintos ámbitos de crítica, curaduría e investigaciones. En ese proceso se promueven grupos de trabajo a lo largo de los meses que anteceden a la apertura de la bienal, donde se discuten teorías y prácticas bajo la orientación de las curadoras.
Al trabajo de artistas, este año se incorporaron jóvenes críticos que pusieron sus ojos sobre las obras de los mismos estudiantes.
Desde el 2013 el Cubic busca la integración de la enseñanza superior de las artes visuales, con intercambio de experiencias, visibilidad e investigaciones poéticas de estudiantes. Inicialmente era solo para jóvenes artistas de Curitiba, luego se fue abriendo a otros Estados del Brasil, para a partir del 2017 invitar a estudiantes, no solo de arte del país, sino abrir a quienes trabajen en el lenguaje del arte contemporáneo, en Brasil, además de la participación especial desde Paraguay, Argentina y Uruguay.
PROFESIONALIZAR ARTISTAS
La curadora principal Stafanie Dahn Batista comenta que “lo especial del Cubic es que es una plataforma para profesionalizar artistas de las universidades, en una llamada abierta donde acuden quienes no necesariamente provienen de las carreras de Artes Visuales”. Explica que a partir de un llamado abierto, se forma un equipo curatorial que realiza el proceso de selección a partir de portafolios homologados. De ahí comienza el debate sobre cada proyecto: sobre la consistencia de la propuesta, la relación del proyecto escrito con el portafolio buscando una sintonía entre lo propuesto y el portafolio. “Puede pasar que en el portafolios muestre diseños y que la presentación sea de videoarte, por lo que falta consistencia en el proyecto. También la viabilidad de la propuesta. Puede ser un gran proyecto, pero que el Cubic no tenga la forma de presentarlo, por presupuesto o por espacio”.
Sobre los temas desarrollados en las obras, refiere que cada periodo perciben que cada Cubic tiene sus fuerzas temáticas, como en este año, son muy fuertes las cuestiones feministas, raciales, lo relacionado a un pensamiento descolonizador. Si bien la bienal tiene como lema “Fronteras abiertas”, pero se sigue esa sola línea. “Como son cuatro espacios expositivos, se busca y se percibe que muchos trabajos dialogan, independientemente de sus lenguajes. En una sala agrupamos lo relacionado al cuerpo, sobre relaciones de placer, el deseo, sobre la normativa heterosexual transgresora, etc. Entonces hay instalaciones, cerámicas, performances, de diferentes formalizaciones artísticas en un mismo espacio”.
Es importante un tema actual vigente con posicionamientos críticos, pero ante todo deben tener una formalización para decir que esos trabajos se hacen dentro del campo del arte, que resuelve la cuestión artística dentro de un discurso político o de la sociología. Hay una necesidad de que la obra de arte asuma el lugar de su existencia sobre el lenguaje de las formalizaciones.
EXPOSICIONES Y SOLIDARIDAD
Este año fueron seleccionadas 36 obras, de unas 200 postuladas, donde la serie de fotografías “Como si fueras en silencio” de la estudiante del ISBA, Brigitte Brusetti, fue presentada en la exposición colectiva en el MUSA, que quedará hasta febrero del 2020. La misma trabaja utilizando un cuasilenguaje cinematográfico, con una secuencia donde, con sutiles cambios en cada foto, hace alusión a la ausencia provocada por las migraciones y el exilio.
Sobre su experiencia, Brigitte dijo que el Circuito Universitario de la Bienal de Curitiba abrió sus puertas a otras fronteras, y “de esa forma tuve la oportunidad de poder participar en un exigente programa de formación artística. El Cubic ofrece una gran oportunidad a estudiantes universitarios a desarrollar una obra con un lenguaje contemporáneo a través de un programa que incluye todo el proceso que involucra a una obra de arte para su participación en la bienal”.
El fotógrafo y docente Luis Vera agregó que “además de todo el proceso para los estudiantes, en todo momento sentimos la experiencia como un gran grupo solidario. Los montajes de las obras eran realizados con ayuda de todos. No era necesario que sea tu obra para que te encargues de que todo quede bien. Si hacía falta algo, eran decenas de manos las que se extendían para ayudar. Así se pudo llegar en tiempo sin muchos sobresaltos, sobre todo algunas obras que eran bastante complejas para su puesta en sala”.
También invitó a estudiantes a trabajar pensando en la propuesta del Cubic 5 del 2021. “Desde espacios no necesariamente formales, buscamos desarrollar un pensamiento crítico, el desarrollo de conceptos y su formalización de propuestas dentro del campo del arte contemporáneo. Si lo realizamos en todo este tiempo, más aprendizaje generamos”.
ENCUENTROS CON ARTISTAS INTERNACIONALES
Un momento especial para los estudiantes fue el encuentro con la artista sudafricana Lerato Shadi. Cada edición del Cubic facilita estos encuentros con artistas internacionales de consagrada carrera, lo que se convierte en un atractivo importante del programa de profesionalización.
Durante casi tres horas, ella compartió su obra en video, dando lugar a decenas de preguntas e inquietudes de la sala. Como una emotiva artista que posee una fuerza extraordinaria en sus propuestas, fue desmenuzando cada una, tratando de hacer llegar mejor al auditorio, hablando de lenguajes, poéticas, técnicas y mucho de lo que hizo para forjar una gran carrera artística.
“Ser perfeccionista puede ser una barrera cuando te autodestruye. Ser tan dura con una misma, no permite ser lo que es una misma. No soy buena dibujante, pero practico para mejorar”, dijo en medio de risas, como respuesta a una inquietud acerca del camino de la artista.
“Mosaka wa nako” es la performance e instalación que ofrece en la sala del Museu Oscar Niemayer, y de la que habló también en el encuentro.
Luego de este encuentro, el grupo de estudiantes se trasladó a la Galería Zilda Fraletti, donde mantuvo otro encuentro de visita comentada con Rogerio Ghómez, artista visual y fotógrafo que presenta varias obras en la bienal y una colección especial en este espacio.
LA BIENAL DE CURITIBA
“Fronteras abiertas” es el lema asignado por la curaduría de Adolfo Montejo Navas y Tereza de Arruda, que desarrolla la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Curutiba, que inició el 21 de setiembre y culmina el 1 de marzo. Las muestras proponen obras de artistas de los cinco continentes, destacando a los de países invitados del BRICS, como se conoce al bloque formado por además de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Estas ocupan museos, centros culturales de Curitiba, además de sedes en otras ciudades de Paraná, Florianópolis y Brasilia.
También posee circuitos de galerías, atelieres y espacios públicos. El acto inaugural se desarrolló en el Museu Oscar Niemeyer, el principal y más importante de la ciudad, donde el presidente de la bienal, Luiz Ernesto Meyer Pereira, dio apertura a la gran cantidad de actividades que tienen programadas.
La propuesta temática es un diálogo con la nueva situación de refronteras y desfronteras del mundo actual, con la deconstrucción de las nociones de fronteras físicas, las transformaciones que sufren con el transcurso del tiempo a partir de las relaciones cambiantes entre sujeto y espacio, buscando una nueva cartografía simbólica, de nuevas señales. Nombres icónicos como Marina Abramovic, Bruce Nauman, Dan Flavin, Louise Bourgeois, Julio Le Parc, Ai Weiwei, Richard Serra, Shirin Neshat, Tony Craigg, Bill Viola, Tracey Moffat, Marta Minujín, William Kentridge, ya pasaron por la Bienal de Curitiba que cumplió 25 con 14 ediciones. Con una serie de circuitos y diferentes sedes, la bienal cuenta con un grupo de curadores invitados, entre ellos: Massimo Scaringella (Italia/Argentina), Gabriela Urtiaga (Argentina), Ernestine White (Sudáfrica), Esenija Bannan (Rusia), además de Adriana Almada (Argentina/Paraguay), curadora da Bienal de Curitiba en Asunción; y Ticio Escobar (Paraguay), curador da Bienal de Curitiba en Rosario, Argentina.