Por Juan Pablo Zaracho, @laespadasagrada - Fotos: Middle East Eye / AFP / ABC News
La inmolación de una fanática del fútbol en Irán, que era juzgada por haber ido a un partido, develó al mundo la lucha entre los cambios sociales y la tradición religiosa en el país.
Al salir del juzgado de Teherán el 2 de septiembre, Sahar Khodayari se quejaba sobre un nuevo atraso en su proceso. En ese momento, sacó un recipiente con combustible, derramó el líquido por su cuerpo, prendió un fósforo y lo lanzó encima suyo. Falleció días después tras sufrir quemaduras graves en el 90% de su cuerpo, una muerte vinculada al proceso judicial que estaba enfrentando, todo por haberse ido a una cancha para ver a su equipo, el Esteghlal.
DEL ESTADIO A LAS LLAMAS
La cadena de eventos que llevó al suicidio de Sahar Khodayari se inició en marzo, cuando se enfrentaban el Esteghlal contra el Al Ain de Emiratos Árabes por la Champions League de Asia. El partido se jugaba en el estadio Azadi, ‘libertad’ en el idioma persa, y más de 65 mil personas iban para ocupar sus lugares en las graderías. Entre ellas se encontraba Khodayari, quien estaba vestida como hombre para pasar los controles, siendo que las mujeres no pueden ir a la cancha para ver partidos de fútbol en Irán.
La seguridad descubrió el disfraz de la mujer y fue enviada a prisión por 3 días por violar las leyes islámicas del uso del hijab, sin taparse la cabeza. Esta situación afectó su salud mental, debido a que sufría de trastorno bipolar, cuadro que se agravó en esos días en la cárcel y con la continuación del proceso judicial.
Seis meses después debía comenzar su juicio, pero este se pospuso por inconvenientes del juez. La pena que podía recibir la mujer por la violación de la ley islámica era de entre seis meses y dos años de prisión. Este último retraso terminó siendo lo que llevó a Khodayari a tomar la decisión de prenderse fuego y acabar con su vida.
PROHIBICIÓN Y LUCHA POR ACCEDER A LAS CANCHAS
Desde la Revolución Islámica en 1979, los derechos de las mujeres disminuyeron de manera brusca, estableciendo una sociedad segregada, incluyendo los eventos deportivos. Nunca se estableció una ley prohibiendo el acceso a las mujeres a los estadios, pero las fuerzas de seguridad no les permiten entrar a las canchas desde 1981 y tampoco está habilitada la venta de entradas para mujeres en partidos de fútbol masculino.
En 1987 el ayatolá Khomeini analizó la visión del régimen sobre las mujeres y el fútbol, permitiendo que estas puedan ver los partidos en vivo desde sus casas. La prohibición tácita de acceder a los estadios llevó a las mujeres a tomar medidas como utilizar barbas o pelucas para pasar como hombres los controles de seguridad de los estadios. En algunos partidos contra equipos europeos, se les permitía el acceso a las extranjeras, pero las mujeres iraníes debían esperar.
En el 2005 se dieron las primeras protestas por parte de las mujeres iraníes desde la revolución, exigiendo el fin a la discriminación por sexo. Una de las protestas fue realizada en el partido entre Irán y Bahrein por las Eliminatorias, cuando se permitió acceder al estadio a las mujeres luego de ser reprimidas brutalmente, llevando pancartas exigiendo el fin de la segregación en las canchas y en el país.
Otro grupo de mujeres utilizaron la ley del hijab a su favor, escribiendo eslóganes a favor de la libertad en las telas que cubrían sus cabezas, cumpliendo la ley, pero mandando un mensaje. Fueron llamadas las “mujeres de bufandas blancas” y se juntaban a protestar frente al estadio Azadi cuando se jugaban partidos de la selección.
PUJA POR EL ESPACIO
La llegada de Hassan Rouhani, un presidente reformista, al poder en Irán aumentó la esperanza que se libere la prohibición de acceso a las canchas. La organización Open Stadiums, creada años antes para impulsar este cambio, continuó con diversas protestas para acelerar el proceso. Durante el Mundial de Rusia 2018, las autoridades permitieron a mujeres ver el partido de Irán ante España en una pantalla gigante ubicada en el estadio Azadi.
Finalmente en octubre, con presiones de instituciones como la FIFA, el gobierno iraní permitió que 100 mujeres asistan al partido amistoso de su selección contra Bolivia. Unas semanas después, unas 500 mujeres pudieron asistir a un partido entre el Persépolis y el Kashima Antlers. Parecía que el camino ya estaba allanado, pero en noviembre ninguna mujer pudo ingresar al partido de Irán ante Trinidad y Tobago.
El problema es que no todos los funcionarios de gobierno apoyaron la medida. El fiscal general Jafar Montazeri insistió en que se debía prohibir el acceso a las mujeres a los partidos porque es un “pecado” que vean a hombres semi-desnudos jugar fútbol, mientras que el jefe de la Guardia Revolucionaria, Abdullah Hajj Sadeqi, mencionó que la presencia de las mujeres en el estadio podía ser “peligrosa”.
FIFA Y LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL
La muerte de Sadhar Khodayari causó indignación a nivel mundial, con varias figuras del fútbol mundial, incluyendo a Masoud Shojai, capitán de la selección de Irán, lamentando la muerte, y Ali Karimi, ex jugador del Bayern Munich, quien exigió boicotear los partidos del equipo. Las protestas se enfocaron en la FIFA, señalándolos como responsables de permitir que continúe la prohibición al no sancionar al país a pesar de varios intentos por impulsar este cambio.
Desde la asunción de Gianni Infantino al frente de la institución, la FIFA ha buscado que el gobierno iraní permita el acceso de las mujeres a los estadios. A comienzos del 2018, Infantino se reunió con el presidente Rouhani, recibiendo la promesa que este pedido se realizaría, pero que estas cosas “toman tiempo”. Para calmar a las autoridades del fútbol mundial, han permitido esos accesos limitados, pero ya han señalado que solo se levantaría la prohibición para partidos internacionales, no del fútbol local.
Ya en julio de este año Infantino señaló su decepción porque los avances no fueron implementados y exigió que mujeres puedan comprar entradas para los partidos de Eliminatorias, que se jugarán en septiembre y octubre. El fiscal general Montazeri declaró que esta insistencia de la FIFA era una muestra de la “infiltración del enemigo en nuestro país.”
La lucha por el acceso de las mujeres iraníes a los estadios es cada vez mayor, pero los avances siguen siendo lentos. La falta de castigos y el rechazo de sectores fundamentalistas dificultan su implementación, pero las mujeres no se detendrán hasta obtener igualdad en el acceso, siendo un paso más en su lucha en todos los ámbitos de la sociedad. Esta lentitud le costó la vida a una joven fanática, quien terminó envuelta por las llamas, todo por no poder ir a la cancha a ver a su equipo jugar.
Fuentes
1- “Iran’s ‘Blue Girl’ Wanted to Watch a Soccer Match. She Died Pursuing Her Dream.” - New York Times
2- “Maryam Shojaei helps Iran’s female football fans carry fight for admission” - The Guardian
3- “FIFA Says Negotiations Continue With Iran To Allow Women Attend Matches” - Radio Farda
4- “Iran’s chief prosecutor: Women watching half-naked men play soccer is sinful” - Al-Arabiya Network