En 1972, un albañil paraguayo de 26 años se alzaba con un impensado premio de unos 391 millones de pesos –monto equivalente a 30 millones de dólares hoy día– en un juego llamado Prode en Buenos Aires, Argentina. Desde ese entonces, todo tipo de leyendas y versiones acompañaron la vida de Mercedes Ramón Negrete, quien había ido a la capital bonaerense en busca de trabajo, pero se encontró con la gloria de la fortuna. Hoy, con 73 años y alejado de los trascendidos, el hombre se refugia en su casa de Pilar, departamento de Ñeembucú, en donde recibió a La Nación para hablar de su historia.

El portón de la casa, que tiene un amplio patio y el jardín bien cuidado, está abierto. La vivienda está ubicada en una de las esqui­nas del casco urbano de Pilar. El Sol atenúa el fresco con que amaneció el 3 de setiembre en esta ciudad, cuyos habitantes olvidaron por ahora el drama de una posible inundación.

Mercedes Ramón Negrete Santacruz recibe al equipo de La Nación y GEN con mucha amabilidad. Sin embargo, se lo ve algo ner­vioso. Y no es para menos. Sabe que la presencia de toda esta gente es para escucharlo. Escuchar prin­cipalmente su versión sobre las tantas cosas que se han escrito y hablado del epi­sodio que cambió por com­pleto su destino cuando un día cualquiera de abril de 1972, siendo un albañil en la gran Buenos Aires, deci­dió apostar en un juego lla­mado Prode. Ni él ni nadie sabían ni imaginaban lo que vendría después.

Lo que sí se sabe desde enton­ces de Mercedes Ramón Negrete es que se hizo millo­nario de la nada. Que, con un golpe de suerte, acertó los trece resultados de los par­tidos que se jugaron en la undécima fecha del Campeo­nato Metropolitano del fút­bol argentino el 16 de abril de 1972 jugando al Prode. Que de entre dos millones de tar­jetas que probaron fortuna en aquella oportunidad, la de Ramón Mercedes Negrete, que le costó 30 pesos, fue la única en acertar todos los resultados. Se sabe que eso significó llevarse el premio mayor: 391.437.948 pesos ley (340 mil dólares en la época, pero con la conversión y ajus­tes, al día de hoy sería como unos 30 millones de dólares). Una fortuna. Un monto jamás soñado para alguien que era empleado jornalero de una empresa textil y cuyo sueldo mensual no superaba los 50 mil pesos.

Este evento de ser millonario rápidamente le convirtió en un suceso televisivo. Mer­cedes Ramón Negrete se vio abrumado por tantos cam­bios. De pasar de ver la tele­visión en grupo con el único vecino del barrio que tenía televisor, a convertirse en uno de los principales invita­dos de los programas argen­tinos de entretenimiento. Todo de un día para otro.

El Prode, que de por sí explo­taba el morbo de la gente que aspiraba ganar millones con apenas acertar resultados deportivos, encontraba en Negrete y su situación el cóc­tel explosivo para hacer del juego el sueño de cualquier ciudadano promedio: un joven paraguayo albañil que se volvía multimillonario con apenas una boleta.

A Mercedes Ramón Negrete es que este millonario premio le trajo problemas. Y rápida­mente. Una mujer, de nom­bre Fabiana López, quien ase­gura hasta ahora ser su pareja de entonces, le denunció por abandono y apareció en todos los medios posibles. Toda Argentina se conmovió con aquello. Fue así que Mercedes Ramón Negrete, aquel hom­bre humilde que fue a reti­rar su premio acompañado de abogados del Consulado paraguayo, ya que no tenía documentación argentina, pasó de héroe de la suerte a ser considerado casi como un villano.

“Yo hablé con ella (por Fabiana) después y aclara­mos todo. No sé, no es como se dijo en los medios. El juez del caso y todo como que entendió y me dijo ‘como que es todo falso esto’, pero más allá de cualquier cosa, igual llegamos a un acuerdo y eso terminó”, dice hoy Negrete.

De Mercedes Ramón Negrete se sabe que se enteró de que fue ganador cuando estaba jugando a las cartas en la casa en donde residían con unos amigos, algunos para­guayos y otros no, en una especie de pensión en Villa Domínico, en la zona sur del Gran Buenos Aires. Se sabe que hubo una gran confusión con su nombre, ya que el presentador de televisión del programa de los domingos de canal 9, Orlando Marconi, pensó que se trataba de una mujer.

“Llegamos cuando ya ter­minó el programa de los domingos de tarde, nos pre­sentamos al guardia y le diji­mos que yo era el ganador del Prode. Cortaron el programa que estaba en ese momento y Marconi volvió y me presentó ante la TV. Como decían Mer­cedes, buscaban a una mujer. Me preguntaron si no fue mi hermana realmente la gana­dora”, recuerda Negrete.

De sus recuerdos de ese día, Negrete rescata momentos. Recuerda que ese domingo salió de la casa en donde jugaban a las cartas para ir a bus­car hojas para afeitar. Al volver, encontró a muchas personas frente a la casa del único vecino con tele­visor. Todos comentaban que hubo un solo ganador del Prode y que en breve se daría conocer el nombre.

Ni bien llegó a la vivienda en donde estaban sus amigos, una mujer entró atropellando y le avisa que él fue el ganador del Prode. El único de toda la serie. Rápidamente tomaron camino hacia canal 9.

“Tengo que decir que el cón­sul paraguayo de ese enton­ces, el señor Aníbal… Aní­bal…, lastimosamente se me fue el apellido (Aníbal Gómez Núñez, entonces cónsul en Buenos Aires), se portó bien conmigo. Como no tenía documento argen­tino, me ayudó a hacer el depósito de dinero en el Banco Nación Argentina con dos abogados que esta­ban con él”, expone Negrete.


Sobre estas gestiones tam­bién se han generado todo tipo de comentarios. Las versiones dan cuenta de que en este proceso Merce­des Ramón Negrete perdió gran parte del premio que le correspondía. Él niega. Dice que jamás pagó un peso demás por el trabajo que le habían hecho para las tran­sacciones con el banco. Dice que hay muchas cosas inven­tadas.

Lo que no es invento son las malas inversiones que hizo después de recibir aquella fortuna. Merce­des Ramón Negrete dice que hizo negocios que no prosperaron. Habla de la compra de un par de terre­nos, además de un camión que tenía la intención de ponerlo a trabajar en flete o algo así, pero finalmente nunca le dio resultados. Menciona que abrió un almacén grande en Pilar, pero que con el tiempo finalmente fracasó.

Mercedes Ramón Negrete es o era aficionado por las apuestas y los juegos. Le gusta la carrera de caballos, por ejemplo. Desde que su nombre se hizo conocido como el “millona­rio del Prode”, se habla de que incluso había apostado­res que venían a buscarlo en avionetas para ir a apostar en las carreras de caballo de ciudades como Formosa y Corrientes, cercanas a la frontera con Paraguay.

“No voy a negar que me gusta lo relacionado a la jineteada. Pero el tema de que venían a buscarme en avión es una exageración. Te voy a explicar lo que pasa con esa historia. Una vez tuvimos que ayudarle a un señor para trasladarlo porque estaba muy enfermo y usamos una avioneta. La gente me vio ahí con la avio­neta y ya empezaron con ese cuento. Todo es falso”, ase­gura Negrete.

Para 1972, el ganador del Prode ya llevaba cuatro años en Bue­nos Aires y se había hecho hincha de River Plate, el acé­rrimo rival de Boca Juniors. Por la bendita undé­cima fecha del campeonato Metropoli­tano de ese año Boca enfren­taba a Colón en su cancha, partido que estaba en la gri­lla de apuestas del Prode. Por aquella sicología de cancha tan perteneciente al hincha del fútbol de estar a favor del equipo que enfrenta al rival de siempre, Mercedes Ramón Negrete se jugó por la victoria de Colón, a pesar de la dife­rencia y jerarquía que había entre ambos equipos.

Y se dio nomás. Ganó Colón 1 a 0 sobre Boca con un gol de penal de Humberto Zuc­carelli. Con esto, Mercedes Ramón Negrete acertó los trece resultados del Prode. Fue el primero en conver­tirse en el único ganador en la octava edición del juego. “Yo le jugué a Boca por ser contrera nomás. Y mirá lo que me salió”, dice Merce­des Ramón Negrete con una sonrisa amplia que le deja ver los dientes.

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Pilar es una ciudad que hasta hace unos meses estaba en zozobra por una posible inun­dación. A la crecida del río Paraguay se le sumaron días y días de lluvia, lo que hizo que el muro que protege a la ciu­dad casi colapse. Hoy el miedo se fue con las aguas. El nivel del río bajó. Pilar volvió a su estado normal; un pueblo de unos 32 mil habitantes que trabaja en el comercio, en la pequeña agricultura, en la fábrica de la manufactura y en los negocios propios y por supuesto, en la pesca.

Los pilarenses reclaman hoy que se haga la franja costera para que ya no ten­gan ese miedo de quedar bajo agua con cada subida del río Paraguay.

“Es urgente tener esa franja costera para que estemos tranquilos”, dice Negrete.

El proyecto está en carpeta y, según había anunciado el Gobierno, costaría unos 120 millones de dólares. En prin­cipio, los trabajos arranca­rían en noviembre próximo, según se había anunciado.

Por de pronto, en la ciudad –que es también la tierra del fallecido futbolista Roberto Cabañas, el delantero que brilló en Boca Junior y en la selección nacional– aguardan que la naturaleza no vuelva a quebrantarles la vida con otra subida del nivel de las aguas.

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Mercedes Ramón Negrete viste una camisa blanca con cuello largo, un pulóver sin mangas color gris con tiras en marrón y amarillo. Un pantalón marrón, zapatos y medias negras. En suma, es un hombre que se muestra muy sencillo y está lejos de presentarse como alguien que a sus 73 años tiene en su cuenta bancaria miles de dólares. Sus respuestas son cortas, mas no desagrada­bles. Piensa mucho ante cada respuesta, pero responde todo, incluso esas cuestio­nes que guardan relación con el premio.

Con respecto a la millonaria suma que ganó, se muestra cauto en cuanto a los núme­ros. Solo atina a decir que no es el monto que los medios publicaron. O dice que estos exageran. No obstante, ase­gura que es falso que perdió absolutamente todo.

“De repente mucha gente se te acerca… quiere pedirte algo, cosas… pero uno tiene que saber manejar eso. Aun­que claro, yo no sabía nada”, explica Negrete.

La realidad es que no hay manual de manejos para nuevos millonarios. Merce­des Ramón Negrete era un asalariado. Tenía 26 años cuando compró el Prode. De un día para otro, la suerte le llenó de fortuna los bolsi­llos, pero también de infor­tunio para relacionarse con la gente. Mercedes Ramón Negrete no dice, pero asiente que mucha gente se acercó a él con el interés de sacar algún provecho de los dóla­res que tenía a su disposición.

Mercedes Ramón Negrete es un vecino más de barrio. Que gusta del mate y que ofrece siempre café a sus visitas. Que nació en Loma Guasu, un distrito de General Díaz, ciudad ubicada a unos 40 kilómetros de Pilar, un pueblo polvoriento y olvidado por el Estado paraguayo. Trabajó desde muy joven en la chacra y en la plantación de algodón con su familia, com­puesta por cuatro hermanos. Una mujer y tres hombres, y él es el mayor de todos.

Mercedes Ramón Negrete tuvo que migrar a Buenos Aires en 1969 ante la deses­peración porque la cosecha de algodón estaba cada vez peor en su tierra. Sintió, junto con su familia, que era la única opción que tenía para progresar.

“Le agarró una especie de virus al algodón. No salía nada. Fue difícil, pero tenía que ir. Llegué un domingo a Buenos Aires y para el martes ya estaba traba­jando. Yo, por suerte, nunca me sentí discriminado porque lo único que hacía era trabajar”, recuerda Negrete.

Pocos saben también que tiene 5 hijos, todos mayores de edad y profesionales. Que está casado con Nilda Zarza, su pareja de hace 47 años. Mercedes Ramón Negrete es hincha de Olimpia y gusta del fútbol, aunque no se considera un fanático, pero lamenta las cuestiones de vio­lencia que ahora afectan al mundo futbolero paraguayo.

El primer año de Merce­des Ramón Negrete en Bue­nos Aires fue duro. Trabajó en principio como capataz o hacía de sereno en obras. Buenos Aires era en aquellos tiempos el sueño de paragua­yos por conseguir un trabajo con pago digno. Mercedes Ramón Negrete formó parte de esa migración de compa­triotas a la capital argentina que fue aumentando con el paso de las décadas. Un informe de la propia Cancille­ría paraguaya del 2018 señala que un millón doscientos mil paraguayos cuentan con DNI (cédula argentina), pero que se estima que en toda Argen­tina están radicados más de dos millones de paraguayos.

Pasaron 47 años de aquel domingo en el que se convir­tió en el hombre del momento. De pasar de la nada a la gloria y de bajar del cielo al infierno en apenas días. Hoy Mercedes Ramón Negrete se muestra sereno. Dice que nunca más jugó el Prode ni otro juego para pro­bar fortuna. Solamente le hizo a las apuestas en las carreras de caballo.

Hoy, alejado de todo, el primer ganador único del Prode está en su casa de Pilar y se ocupa en el día a día de la adminis­tración de parcelas de tierra, que es lo que le quedó.

–¿Está conforme con su vida, don Negrete?

–Lo único que te puedo decir, no soy ese millonario ni el indigente que por ahí dicen. Ya me ves, yo vivo tranquilo.

EL FUROR DEL PRODE

Recortes periodísticos de la época muestran el furor que representó para la Argentina la entrada en vigencia del juego Prode, que consistía en acertar los 13 resultados de los partidos de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). Mercedes Ramón Negrete, el paraguayo de 26 años, albañil de oficio, fue el primero que ganó en forma solitaria acer­tando los trece posibles resultados en la octava edición del juego, por lo que se llevó la multimillonaria suma de 391 millones de pesos argentinos.

Lo que vino después fue una locura social. Según reportes de Infobae.com y del diario La Nación de Argentina, Negrete fue invitado a todos los programas de entretenimiento de los canales de aire de Argentina. Las revistas le dedicaron páginas y páginas y los diarios destacaban su participación en cada uno de estos programas. Pero la fama de Negrete se vio reforzada por la situación casi de novela que se presentó con la denuncia de quien aseguraba ser su pareja de enton­ces: Fabiana López, una mujer que aseguró haber sido aban­donada por Negrete al día siguiente en que ganó el Prode.

“La perdedora del Prode”, se leía, por ejemplo, en una nota a tapa completa que le hizo la revista Así a Fabiana en mayo de 1972. Además, se abrieron programas de televisión con la temática del Prode, teniendo a Fabiana como protago­nista, según reportes del año pasado de notas publicadas por Infobae y La Nación de Argentina.

El Prode se habilitó en 1972 para hacer apuestas con respecto a los resultados deportivos de los juegos de la AFA. El furor del Prode y de Mercedes Ramón Negrete definiti­vamente revolucionó a la Argentina en aquellos tiempos.

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