Texto y fotos: Raquel Domínguez, raquel.dominguez@gruponacion.com.py

Piscinas naturales, corales, playas limpias son algunos de sus encantos. Con temperaturas medias de 28 grados todo el año, invita a soñar en sus idílicos parajes conformados por una rica fauna marina, así como vegetación exuberante, donde los “coqueiros” (cocoterales) y manglares toman protagonismo.

“Cuando Dios hizo el edén, pensó en América”, dice una popular canción. Y es eso justamente lo que se siente al conocer Porto de Galinhas, en Recife, estado de Pernambuco.

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Ubicado en el municipio de Ipojuca, este balneario ubicado en el litoral sur pernambucano es un verdadero paraíso natural, con un conjunto de playas cristalinas y de poca profundidad como Muro Alto, Cupe, Porto de Galinhas, Maracaípe y Pontal de Maracaípe.

Con temperaturas medias de 28 grados todo el año invita a soñar en sus idílicos parajes conformados por una rica fauna marina, así como vegetación exuberante, donde los “coqueiros” (cocoterales) y manglares toman protagonismo.

Aventura, adrenalina, hermosos paisajes en playas y bajo el agua, así como una excelente y variadísima propuesta gastronómica, hacen de este destino único en todo el litoral brasileño.

Sus aguas son propicias para los deportes náuticos e invitan a un maravilloso buceo, donde se puede entrar en interacción con la rica vida marina de este sector del nordeste. El buceo de cilindro permite contemplar un inigualable mundo sumergido de colores, peces y corales en las formaciones rocosas.

El paseo en “Jangada” (balsa) en las piscinas naturales que se dejan ver cuando la marea esta baja, son toda una experiencia para el visitante que no se puede dejar de vivir.

Ubicada a una hora de Recife, la capital del estado de Pernambuco, a Porto de Galinhas se llega por vía aérea, pasando por conexiones en San Pablo y Recife.

Mauricio Escobar, gerente general del Vivá Porto de Galinhas Hotel-Resort, afirma que este es un destino para la familia, la pareja, para gente sola, para todos los que gusten de la aventura y la adrenalina de conocer lugares maravillosos como las piscinas naturales.

“Hasta ahora recibimos turistas mayormente de Argentina y otras regiones de Brasil, pero queremos que más sudamericanos, como los paraguayos, así como gente de otros continentes, conozcan este paraíso y vengan a vivirlo”, sostuvo.

PORQUÉ EL NOMBRE

El nombre de esta villa tiene su origen en la triste práctica del tráfico de seres humanos desde África a Brasil en el siglo XVIII, cuando ya abolida la esclavitud en Europa, traficantes seguían trayéndolos en forma ilegal hacia América. Con el grito de “hay gallinas nuevas en el puerto”, los traficantes llamaban a los interesados para las subastas de esclavos en 1883.

En la Villa de los Pescadores, hoy centro de la movida comercial, gastronómica, artística y nocturna de la ciudad, el visitante hallará la artesanía típica de la región, producida por gente que respira arte y lo derrocha con una creatividad realmente sin igual. Y el material principal para toda esa demostración es el cocotero, cuyo tronco es utilizado, además de la madera, para fabricar las famosas gallinitas, que son la marca registrada del pueblo para las “lembranças”.

Fernanda Paterlini, de la Asociación de Hoteles de Porto de Galinhas, afirma que diciembre enero y febrero son los meses en que más turistas visitan este destino. “Pero como hay sol todo el año, todo el año hay visitantes. Es un destino para visitar todo el año, por la temperatura, las playas, la gente, la seguridad. Trabajamos denodadamente para que Porto de Galinhas se vaya consolidando como un destino todo el año”, resalta.

Carne de sol, con arroz con ajo, farofa, puré de banana y feijâo, otra de las delicias de la gastronomía en Porto de Galinhas.
Esta piscina natural es la más apreciada, porque tiene la forma del mapa de Brasil.
La villa de los pescadores es uno de los sitios más emblemáticos de Porto de Galinhas. Allí y en su alrededores se concentra la movida comercial, gastronómica, artística y nocturna de la ciudad.

AVENTURA IMPERDIBLE

La mejor y más divertida manera de conocer Porto de Galinhas de punta a punta es mediante un paseo en buggy que lleva al visitante por los 18 kilómetros de playas desde Muro Alto hasta Pontal de Maracaípe. En todo el trayecto, en el que se pasa por los “coqueirales”, la vista es maravillosa y permite apreciar todo el atractivo del color turquesa de las aguas.

Luego están los paseos en “jangada” en las piletas naturales o en los manglares, donde a ritmo lento y con todo el entorno rodeando al visitante, se puede apreciar la riqueza natural de este destino en todo su esplendor, como los peces de colores, estrellas de mar, caballitos y erizos de mar.

Aunque como toda la actividad gira en torno al mar, bien se puede hacer todo el circuito a pie por la playa, sobre todo si el deseo es conocer a fondo el destino con todas sus peculiaridades.

Enrique Farías, guía turístico que trabaja para la empresa Luck Receptivo, señala que las playas de muro alto son las mas calmas, están más al norte del municipio de Ipojuca. “Aquí viene la gente que quiere aguas calmas, porque son seguras. Porto de Galinhas recibe visitantes todo el año, pero es a partir de setiembre que aumenta considerablemente la cantidad. Vienen mayormente argentinos, pero es un destino que esta comenzando a conocerse más en otros países”, asegura.

Otros sitios que no se pueden dejar de visitar en la ciudad son el Proyecto Hipocampus y el Museo de las Tortugas Marinas. En el primero se trabaja en la preservación del caballito de mar, una de las especies más amenazadas de la fauna marina de la región. En el segundo un equipo de jóvenes profesionales en biología marina, trabajan en la protección de las tortugas marinas, cuyo desove se realiza en las playas de esta región del Brasil.

El paseo en buggy permite conocer todas las playas de Porto de Galinhas en una mañana, en un recorrido que pasa por los coqueirales.


¡DELICIAS!

Aparte de la inigualable belleza natural de este destino, lo que definitivamente enamorará al que la visita, es su exótica propuesta gastronómica. Una variedad enorme de frutos de mar, condimentos, frutas, frutos secos y la creatividad a flor de piel de su gente para la cocina, hacen de cada plato un mundo de sabores inolvidables.

Camarâo, pescado, banana, piña, arroz, castaña de caju, cangrejos, porotos, son solo algunos de los ingredientes principales de los platos que deleitan al comensal en los diferentes restaurantes y bares de la ciudad. Además, el queijo cualo (queso cuajado) es otro de los íconos a la hora de comer rico en Porto de Galinhas.

Y en cuanto a postres, la cartola y el bolo de rolo (torta de rollo) llevan los palmares, tanto como la cocada (dulce de coco). La calabaza y la miel de caña son otros ingredientes estrella a la hora de combinar sabores en los platos, tanto dulces como salados.

La Cartola, es un postre a base de banana, queijo cualo, castaña de cajú, azúcar y miel de caña. Una delicia y el más popular de ésta región de Brasil.
Camarón tropical, acompañado de arroz con castaña de cajú y pirâu, es uno de los platos más típicos de la región.

HOSPEDAJE Y MOVILIDAD

La propuesta de hospedaje es tan variada que se acomoda a todo tipo de posibilidades económicas. Hay desde hoteles de cuatro estrellas como el Vivá, Nannai, Solar, Porto Praia o el Kembalí Porto de Galinhas, para quienes tengan ganas de confort y servicio de primer nivel durante la estadía.

Pero las posadas no se quedan atrás, pues las hay desde lujosas hasta sencillas, pero con excelente infraestructura para albergar al turista.

Para moverse igualmente las alternativas son variadas, desde los buses de agencias que se encargan del traslado para quienes van con paquetes de viaje. Sin embargo, quienes van por su cuenta, tienen a disposición Uber y taxis.

SÍMBOLO

Un símbolo de este destino son las gallinitas, cuyas esculturas adornan calles y plazas en todos los rincones. Hechas de troncos de coqueiros, toman diversas formas y colores, emulando a personalidades de todo el mundo.

El atelier del artista plástico Gilberto “Carcará”, es el sitio donde se gestan las esculturas de gallinas que adornan toda la ciudad.

Y las manos que moldean magistralmente estos troncos son de Gilberto “Carcará”, un artesano que nació y creció en Porto de Galinhas y es su hijo más mimado.

Carcará, como se lo conoce popularmente en toda la región nordestina, tiene en su atelier figuras recién moldeadas y otras por restaurar, que son instaladas en diversos sectores de la villa y toda la ciudad.

“Este arte que yo amo y vivo es sustentable, porque tomo como materia prima lo que la naturaleza da, los troncos de coqueiros ya caídos. No derribo árboles. Procuro que mi trabajo devuelva a la vida a los troncos secos, dándoles formas de graciosas gallinas o gallos, para así honrar la evolución de la vida”, dijo para explicar el sentido de su arte.

CONSERVACIÓN AMBIENTAL

Si hay algo que caracteriza a este destino, es la sustentabilidad del turismo que se promueve, pues el reciclaje está presente en todo, desde la ambientación. Además, todas las especies marinas tienen una protección especial y hay diversos programas de conservación, como el Hipocampus, que es un proyecto que se encarga de proteger a los caballitos de mar, una especie marina muy propia de la zona y muy amenazada en su ecosistema y hábitat natural.

Igual labor realizan en el Museo de Tortugas Marinas, donde jóvenes especialistas se encargan de vigilar todo el ciclo natural de la vida de estas especies, desde el desove en las playas hasta el nacimiento de las pequeñas tortugas y su adaptación al entorno natural.

COSTOS GENERALES

Conocer Porto de Galinhas tiene costos en general parecidos a otros de América como el Caribe. Sin embargo, el diferencial es que este destino se lo tiene que vivir, salir a conocer a pie, en jangada, en taxi o Uber.

Por persona el costo del hospedaje va desde 300 hasta 800 reales, dependiendo de si es hotel o posada. Todos los alojamientos incluyen desayuno.

En cuanto a la movilidad, un viaje en taxi o Uber puede costar entre 15 y 40 reales, dependiendo de la distancia del viaje. El pasaje en transporte público es de 3 reales.

La comida, almuerzos o cenas para dos personas, pueden rondar entre los 50 a 150 reales.

En lo que respecta a las atracciones, como los paseos en buggy o jangada, tienen un costo de 250 reales el primero y 30 reales el segundo todo por persona. Es decir, un paseo de buggy de punta a punta por todas las playas de Porto, cuesta 250 reales. Si a eso se suma el paseo en jangada para conocer las piscinas naturales, esto tiene un costo de 30 reales, igual al costo de otro paseo en jangada pero por los manglares, que son el hábitat natural de los caballitos de mar.

La visita al Hipocampus y al Museo de las Tortugas tiene un costo de 16 reales cada una.

SEGURIDAD

Aparte de su belleza natural, Porto de Galinhas se caracteriza por su tranquilidad y seguridad. Marco, un joven uruguayo que se estableció hace seis meses por trabajo, asegura que es una de las ciudades más seguras que ha conocido. “He vivido en otras ciudades sudamericanas, pero Porto es diferente, aquí puedes pasear toda la noche por las calles que no te van a asaltar. No hay registros casi de hechos delictivos”, resalta.

En resumen, por ubicación, costos, belleza natural y muchas razones más, Porto de Galinhas es un destino ideal para vacacionar. Vaya a conocerlo, ¡no se arrepentirá!

Hipocampus es un proyecto de conservación que funciona con mucho éxito en Porto de Galinhas.
Las gallinas son en principal ornamento en todos los rincones de la ciudad.
El Museo de las Tortugas es un sitio donde se trabaja para proteger todo el ciclo vital de las tortugas marinas, que desovan en las playas del nordeste.
Beijupirà es uno de los restaurantes tradicionales donde se pueden saborear todos los platos típicos.

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