Por Marycruz Najle, marycruz.najle@gruponacion.com.py - Fotos: NADIA MONGES
Nacido a la sombra de la guerra, transitó la historia como el auto más accesible a las clases populares y devino en ícono pop. Desde ahora en más, solo lo atesorarán los enamorados que siguen fieles al auto con el “motor al revés” y pinta de bicho. Por él, el menos pretencioso de todos, seguramente pagarán fortunas los coleccionistas. El anuncio de que dejará de fabricarse definitivamente nos invita a conocerlo más de cerca y hablar de la pasión que desata entre sus fans.
La noticia no sorprendió demasiado porque su destino estaba marcado. Las noticias sobre el fin no ocuparon grandes espacios ni fueron titulares de tapa, pero nada de esa indiferencia empujada por la inmediatez tapó del todo el estremecimiento de los corazones de millones de personas en el mundo que todavía tienen ese “autito con el motor al revés” o guardan como si fuera un tesoro invaluable entre sus modelos de alta gama, el lustrado lomo de un “auto con pinta de bicho”.
El Escarabajo, Käfer, Beetle, Vocho, Coccinelle, Fusca y Maggiolino o Fusca ya no volverá a salir de ninguna fábrica automotriz del mundo. Fue largo y variado su trajinar, desde la Alemania nazi hasta quedarse plasmado en la portada del LP “Abbey Road” de Los Beatles, o transitar caminos de cornisa conducido por un psicópata encarnado por Jack Nicholson en “El Resplandor”. Fue benévolo Cupido motorizado y apto para todo público y por uno de ellos, el de un presidente uruguayo, un excéntrico jeque quiso pagar un millón de dólares. Supo dar fe de su guapeza al ganar el arisco Rally del Chaco en 1972, desafiando la lógica que lo ponía entre los menos posibles triunfadores.
Todo eso y más es la historia que merece ser contada antes de que sea solo un recuerdo de un viejo amigo de todos, al que los mexicanos bautizaron “Vocho”. De Cuautlancingo, Puebla, donde en junio de 1965 comienzan los trabajos de construcción de la planta de Volkswagen, en 1967 sale de la línea de producción el primer Volkswagen Sedán. Pero su suerte estaba echada y de allí mismo, el 3 de julio del 2003, sale el último ejemplar de ese mítico clásico, el número 21.529.464, al que los propios trabajadores y ejecutivos bautizaron como “La Nave de la Tristeza”. Y, como corresponde con los amigos más queridos, lo saludaron con un brindis del mejor tequila y al son de los mariachis que entonaban melancólicamente “La Golondrina”, como dicen que se debe sepultar a los muertos más queridos. Adónde irá veloz y fatigada la golondrina que de aquí se va por si en el viento se hallara extraviada buscando abrigo y no lo encontrará...
UN CLUB DE FANS
Como todo ícono pop que se precie, el Escarabajo tiene su propio club de fans. El viernes pasado, Joel Gómez y un grupo importante y muy fiel de miembros del Classic Volkswagen Club de Paraguay, se reunieron para festejar la amistad. Todos se fueron convirtiendo en amigos, unidos por el amor por esos autos que ocupan un lugar muy especial en sus corazones y a los que les dedican muchas horas y desvelos para mantenerlos en buen estado. Joel nos cuenta que el club tiene 20 años de vigencia y tiene personería jurídica y pagan impuestos. Esta asociación reúne a los propietarios y fanáticos de vehículos de la marca VW, refrigerados por aire. Según lo dice la página de Facebook de ellos, dicho club fue fundado el 1 de marzo del 2000 por un grupo de amigos “con la motivación de posibilitar el acercamiento y la unión de los usuarios de estos vehículos”.
Ellos comparten ese amor, a través de internet y personalmente, ya que es habitual encontrar sus escarabajos en lugares como la Costanera, el Jardín Botánico y otros espacios, “relucientes y en excelente estado”, dice Joel. Y en la página leemos que entre los requisitos más importantes para formar parte del club se especifica: “Ser un entusiasta, propietario o fanático, de cualquier VW refrigerado por aire. No importa el año, ni el estado de tu vehículo, solo tus ganas y verdadera pasión por tu viejo amigo VW”.
“UNO SE ENAMORA”
Joel es propietario de dos de los más impecables ejemplares de Escarabajos, pero también colecciona otros autos de la marca. “Uno de ellos es azul cobalto y el otro es un doradito”, especifica. Y además de explicarme claramente que el amor por el Fusca (así lo llaman también aquí y en Brasil) esté más que justificado “porque creo que a todos los que los tenemos y cuidamos nos recuerdan que fueron el primer auto que tuvimos. Además es tan noble que uno se encariña, se enamora de lo que significa”. Y puntualiza: “Además, es un auto noble, sencillo, compacto, te permite estacionar, andar por todo tipo de caminos... uno le toma cariño, un cariño que no cambia con los años”.
Como un ejemplo de lo que significa el Escarabajo en su vida, nos cuenta una anécdota: “Yo tengo otro auto, uno que podría definir como de alta gama. Y, habitualmente, voy con ese auto a trabajar durante la semana. Pero –dice Gómez– cuando dejo ese auto en el taller por algo, llevo uno de los escarabajos y ahí ocurre algo increíble”.
La magia, según Joel, es que “cuando llevo el Escarabajo, la gente en la calle me mira de una manera afectuosa; algunos le sacan fotos con sus teléfonos, me saludan levantando la mano como si fuera un amigo de ellos. Es un auto que despierta esas sensaciones positivas en la gente, algo que con mi otro auto o cualquiera, no importa qué tan de alta gama sea, no ocurre”.
TESOROS PARA COMPARTIR
La tarea de conservar los “viejos tesoros” es algo que les apasiona a los miembros del club. Tienen ejemplares (no sé si podemos llamarlos así) que son prácticamente incunables: “Hay un Escarabajo de 1952 que ya no sale, pero está impecable. Tiene el volante a la derecha todavía, todo original”. Y cuenta que la llegada al Paraguay de esa joya fue en la década del 50 traído por un diplomático de Gran Bretaña que lo trajo a Asunción entre sus posesiones más preciadas y luego, antes de volver a Europa, se lo vendió a un señor que trabajaba en la embajada.
En “actividad”, por decirlo así, el más “viejito pero impecable es de 1958”, dice Joel.
El intercambio de información, la búsqueda de repuestos originales, los detalles y novedades, son parte de la razón de ser de estos fanáticos de la marca y muy especialmente del Escarabajo.
Cuando le recuerdo en la charla a Joel que en la carátula del LP “Abbey Road” (1969) de Los Beatles, aparece un escarabajo (Beatle para los ingleses) de color blanco de fondo, me dice sin dudar: “Ese Escarabajo quedó ahí cuando sacaron la foto porque no pudieron encontrar al dueño para que lo retirara del lugar como hicieron con otros autos. Quedó para la historia y hace poco se vendió y un coleccionista pagó una fortuna enorme por él”. También conocen el destino final de la llamada “nave de la tristeza” salida del corazón de la fábrica de Puebla, en México. Hoy está para que lo admiren en el museo de Volkswagen, en Alemania.
EL LARGO CAMINO HACIA LA GLORIA
De acuerdo a datos de la página oficial de VW (Puebla), por muchos años y muy especialmente en México, en donde se lo llama desde siempre con el mote de Vocho, el 22 de junio de cada año se festeja el Día Mundial del Vocho o del Volkswagen Sedán. La fecha fue elegida porque en ese día del año, pero de 1934, la Asociación de la Industria Alemana del Automóvil de Adolfo Hitler y Ferdinand Porsche firmaron un contrato para que desde esa fecha comenzara el desarrollo de un concepto en ese entonces conocido simplemente como Volkswagen, que en alemán significa “el auto del pueblo”. No se comenzó a fabricar hasta después de la guerra en serie, debido a las circunstancias por todos conocidas. Cuando salió a la luz, ya no era el sueño populista de un tirano, sino que en diciembre de 1945 vieron la luz los primeros 55 vehículos del prototipo Volkswagen Type 1. Ellos fueron llamados KdF-Wagen, la abreviación en alemán de Kraft durch Freude, que significa “fuerza por medio de alegría”. En 1946, ya se lograron los 10.000 vehículos ensamblados. La llegada a América fue en 1949 y a los Estados Unidos, donde tuvieron éxito, pero la historia le tenía reservado un destino singular y maravilloso del otro lado del río Bravo.
“EL REY”
Fue en marzo de 1954 cuando se realizó en México una exposición dedicada a mostrar la industria alemana en la Ciudad Universitaria de la capital. Allí llegó como parte de esa muestra y los mexicanos se enamoraron, literalmente, de ese vehículo.
Mientras, un año después, en 1955, ya se habían ensamblado nada menos que 1 millón de “Käfer” o Beatle o Fuscas o Maggiolinos en el mundo.
Diez años después, la pasión se juntó con los proyectos industriales y se decide instalar en la zona de Puebla, México, una planta de donde comenzarían a salir al mundo los Escarabajos, rebautizados como Vochos. Puebla se convierte en el epicentro de donde van saliendo unos tras otros los autos que desde 1967, cuando salió el primero, “tomaron” las calles de ese país y fueron viajando por las rutas de todo el continente.
Fue en 1972 cuando se consagra soberano sobre todo lo demás conocido en el mundo de los vehículos: se ensambló la unidad 15.007.034, cifra con la que se rompió el récord ostentado hasta entonces por otro mito: el Ford T.
Como dice la canción “Con dinero o sin dinero... sigo siendo el rey”, los conductores de taxis de la imposible capital de México, con calles atestadas de millones de vehículos, lo adoptaron definitivamente. Era el único que les daba la posibilidad de escabullirse entre la maraña y llegar incólume –y sin gastar casi nada de combustible ni necesitar de caros mantenimientos– a destino. Así lo cuenta un famoso cantante guatemalteco en su “Historias de taxis”, de mucho éxito. El Fusca, o Escarabajo, o Vocho era sin dudas el verdadero rey. Hasta que lo vieron partir, en julio del 2003, para siempre.
Campeón de campeones
El Escarabajo o Fusca (así se lo llama en Paraguay) tiene entre sus numeroso méritos el haberse consagrado campeón del Rally del Chaco, una de las pruebas más difíciles de sortear para cualquier piloto –y vehículo– del mundo. La famosa dupla conformada por dos “pioneros” del Rally chaqueño, Gerardo “Karaja” Planás y Héctor “El Negro” Omar Risso, se lanzaron a las turbulencias polvorientas del Chaco paraguayo, a lomos de un VW Escarabajo 1300. Era el año 1972 y los tripulantes del auto número 40, de la clase “A”, fueron a la caza de la gloria con más sueños que otras cosas y dieron el batacazo obteniendo el primer puesto en la Categoría “A”. Ambos “héroes” de las intensas jornadas recordaron cada vez que pudieron aquella gloria inolvidable, aunque participaran de nada menos que 31 ediciones del Rally chaqueño. Según relataba Rizzo, ante el gran triunfo obtenido, la empresa representante de la marca (Diesa) les regaló a cada uno de ellos un auto 0 kilómetro. Al año siguiente, intentaron repetir la historia, pero tuvieron problemas imposibles de solucionar. No ganaron, pero tampoco se quedaron en el camino. Usando la fuerza del viento fuerte que soplaba entonces, pudieron increíblemente seguir hacia adelante y tomar velocidad hasta llegar a Nueva Asunción para arreglar el problema de diferencial que tenían. Todo un acto heroico del auto y de sus tripulantes.
LOS MÁS FAMOSOS
Como todo un ídolo, el Escarabajo tiene su historia en la gran pantalla o ligada a la fama.
- Fue “Herbie” en la película “Cupido Motorizado”. Un escarabajo de 1963 protagonizó el famoso filme.
- En la película “El Resplandor”, de Stanley Kubrik, que nos puso a temblar de miedo, la familia viaja en un Escarabajo amarillo, al comando del psicópata personificado por Jack Nicholson, en la primera escena del filme.
- En “Footloose” (1984) Kevin Bacon, en su papel de Ren McKormack, se transporta en también en un sedán escarabajo.
- Ya lo dijimos: En la portada del último disco de los Beatles (“Abbey Road”, 1969) aparece un escarabajo identificable por la matrícula LMW 28IF. La policía trató de quitar el vehículo de la acera para realizar la foto, pero el dueño estaba de vacaciones.
“Un millón de dólares por tu escarabajo”
El mítico escarabajo celeste de 1987 del ex presidente uruguayo.
El ex presidente uruguayo, el mítico José “Pepe” Mujica, recibió un día del 2014, en plena cumbre de países del G77 + China, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, una oferta que pensó era una broma. “Alguien quiere pagarte un millón de dólares por tu escarabajo”. El hombre no hablaba en broma, sino que transmitía el deseo de un acaudalado jeque árabe que quería pagar semejante suma por el Volkswagen 1987 color celeste que apenas podría entonces (hace pocos años) alcanzar la suma de 2.800 dólares, en el mercado automotriz de Uruguay y de cualquier otro lugar del mundo.
En ese momento, cuando aún era presidente de su país, Mujica contó que “me sorprendió un poco todo esto y al principio dudé y no le di tanta importancia. Pero después me llegó otra propuesta y me lo tomé un poco más en serio”, al semanario Búsqueda. Y esa segunda oferta por el mítico escarabajo la recibió de parte del embajador de México en Uruguay de entonces, que le ofreció 10 camionetas 4x4 a cambio del Fusca. Pero tampoco se hizo la transacción. El escarabajo celeste sigue formando parte de la vida cotidiana de Mujica y más de una vez, hasta no hace mucho, piloteado por el mismo Mujica, recorría las calles de Montevideo y hasta se “aventuraba” en un día soleado a llegar para comer algo rico y pasar el día en la bella ciudad de Colonia.