Por Ricardo Rivas, periodista

El martes 7 de junio de 1977, Día del Periodista en la Argentina, junto con Helvio “Poroto” Botana, periodista, poeta y monógamo serial, hijo de Natalio, fundador del diario Crítica, en Buenos Aires, el 15 de setiembre de 1913; Teodoro “El Lolo” Bourse Herrera, escultor y magistral dibujante gardeliano; y, Ulises Petit de Murat, escritor, dramaturgo y periodista, de alguna forma –por elección de ellos– mis padres en el periodismo, compartíamos lo que primero fue un carajillo y más tarde ron ámbar, en el café Los 36 Billares, Avenida de Mayo 1265. “Las redacciones de esta época me dan tristeza”, dijo el hijo de Botana. Ulises miró hacia la calle con nostalgia. A una cuadra de allí, desde 1926, vibró Crítica que llegó a imprimir hasta 1 millón de ejemplares diarios. “Más que periodistas –continuó– parecen bancarios con el ojo en el reloj. En Crítica, no había horarios. Cada redactor sabía qué tenía que contar historias y lo hacía. Eran estudiantes universitarios, poetas, escritores que fueron célebres, jugadores, bebedores, mujeriegos, activistas, anarquistas pero, por encima de todo, relatores de lo cotidiano visible e invisible”. Terció Petit de Murat: “Eran otros tiempos y no se debe vivir mirando el pasado”.

Por aquellos años uno de mis lugares de trabajo estaba en Corrientes 1032, Editorial Perfil. Entre muchos colegas estaban Francisco Nabor “Pancho” Juárez y Alejandro Sáez-Germain. Dos enormes maestros redactores de lo que venga y cómo venga con estilos inimitables. Tiré sus nombres sobre la mesa. “Ahora también hay periodistas como aquellos”, repliqué. “Juarez, no dudó en dejar atrás muchos de sus afectos y se largó a recorrer la Patagonia para ‘encontrar’ a Butch Cassidy, a Sundance Kid y a quien él llamaba ‘la novia de ambos’, Etta Place”. Los tres, conmovieron con sus andanzas el Oeste norteamericano hasta que decidieron huir para evitar a los agentes Pinkerton que los perseguían. “En 1901 llegaron a Cholila [casi 1775 Km al Sudoeste de Buenos Aires] y allí se radicaron hasta que fugaron a Chile luego de algunos asaltos. Pancho lo verificó y hasta dialogó con vecinos ancianos que los conocieron y desconfiaron de ellos”. Ninguno respondió. Sentí que estaba habilitado para continuar. “Alejandro, escritor y aventurero, me contó que de viaje en España, afectado por algunas copas, una madrugada firmó papeles que lo obligaron a permanecer varios años en el Sahara español. Sin saberlo, se alistó en la Legión Extranjera que sólo pudo abandonar cuando fue ascendido a cabo 1ro. Rehusó firmar un nuevo contrato. Volvió al periodismo”.

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Poroto apuró un trago más y, con impronta paternal relató: “En Crítica teníamos dos redactores –padre e hijo– que se ocupaban de la información gremial. El mayor era estudiante avanzado de ingeniería por mandato familiar y, luego de medicina. Por dejar la primera carrera su viejo lo dejó en la calle. Para comer y estudiar era periodista. En las madrugadas, vendía diarios. Brillante. Por concurso, ganó una ayudantía de cátedra rentada con el médico Bernardo Houssay quien le informó de su éxito aunque le advirtió que no permitiría que un diariero ocupara ese lugar. Para ‘compensarlo’ ofreció pagarle mensualmente la misma suma que no recibiría por sus méritos. Ofendido, sin dejar que el reaccionario continuara corrió al diario, buscó a su hijo para que lo acompañara, regresó a la facultad y, sin decir agua va, con algún cachetazo e insultos homéricos indignó a quien en 1947 recibió el Premio Nobel de Medicina. Volvió a la redacción y, con su vozarrón característico, informó: ‘Hoy le expliqué a un oligarca, públicamente y en presencia de mi hijo, que todos somos iguales”. El Lolo propuso un brindis por aquel “anarquista reivindicador”. “¿Quién era?”, pregunté. Ulises, dijo con solemnidad: “Era Héctor Daniel ‘El Loco’ Rivas, tu abuelo”. De pie brindé por él. Mi padre, pasada la medianoche, confirmó. Lo abracé. Poroto escribió esta historia y muchas otras en sus Memorias. Me dedicó un ejemplar.

El edificio del ex diario Crítica, una belleza del art deco que hoy es dependencia policial, en Bs.As.
Ulises Petit de Murat, un emblemático periodista, escritor y autor.
Teodoro “El Lolo” Bourse Herrera, escultor y dibujante

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