La hermosa y jovencí­sima actriz Ella Fan­ning, que este año es miembro del jurado de Can­nes, tuvo que participar de innumerables premières, encuentros de prensa y fies­tas. Causó sensación en la red carpet por la variedad y belleza de los increíbles ves­tidos de haute couture que lució divinamente y fue ele­gida como la más elegante de todas, pero hasta el glam más estudiado tiene su lado B. Y en una de las galas aus­piciadas, la Chopard Tro­phée, el lunes pasado por la noche, cita convocada por la importante joyería, padeció un desmayo que asustó a los presentes.

Estaba sentada junto a su hermana, la tam­bién famosa Dakota Fan­ning, quien junto al actor Colin Farrell la ayudaron a salir del lugar lleno de cele­bridades para tomar aire.

Horas después, ya vestida con un cómodo pijama y desde su cuarto de hotel, Elle explicó que la culpa de su desmayo era que se había puesto un bello modelo de Prada con falda amplia, pero ajustado corsé, que en reali­dad era de “un talle menos” del que correspondía a su talle, además, estaba en “esos días” (lo dijo ella) y, por lo tanto, se sentía más débil. Textualmente lo explicó así: “Ups, tuve un desmayo esta noche con mi vestido de graduación de Prada de 1950, ¡pero ya todo está bien!”, escribió junto a los hashtags #Vestidodema­siadoapretado y #elmomen­todelmes.

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Al día siguiente, conti­nuó con sus compromisos y luciendo otros modelos extraordinarios, divina bajo los flashes. Muchos obser­vadores de la prensa espe­cializada recordaron que para estos compromisos, muchas actrices y famosas se someten a dietas restric­tivas –algunas hasta se pri­van de tomar agua siquiera para verse increíbles en la alfombra– y eso causa algu­nos problemas. Pero, a los 21 años y hermosa como apare­ció al día siguiente, luciendo otros tantos modelos cada vez más bellos de las firmas más importantes del mundo.

TORTURA VOLUNTARIA

A esta altura del partido, nada de lo que haga la fla­mante mamá de su cuarto hijo (a través de materni­dad subrogada) Kim Kar­dashian debería impresio­narnos, pero ella siempre se las ingenia para ser “el” motivo de todas las mira­das y críticas en cuanto sitio aparezca. Y eso pasó en la reciente Gala del Met, en la que la reina de Vogue, Ann a Wintour, convoca a la crème de la crème del mundillo fas­hion. Kim se puso –o mejor dicho, le ayudaron a ponerse entre varias personas– un vestido que causó sensación. Pero a ella le obligó a prepa­rarse antes de usarlo en una rutina inusual.

La consigna del año era “Camp”, un estilo que tiene que ver con lo exa­gerado, lo inusual y hasta rayano con el “mal gusto elegante”. Y la diva de los reality contó que fue Thie­rry Mugler el encargado de crear el “modelito” que no le permitió, entre otras cosas, sentarse ni ir al baño mientras lo tuvo puesto y que le demandó hasta ejer­cicios de respiración meses antes para no morir así de apretada, ya que su cintura era casi irreal. Kim dijo: “El día en que descubrí el tema de Met Gala fue ‘camp’, ese mismo día llamamos a @manfredthierrymugler. Nos reunimos en Miami justo después de las vacaciones del año pasado y vimos los bocetos”, escribió la famosa en su cuenta de Instagram.

“Aprendí mucho sobre la alta costura de este genio, fue más allá de la alta cos­tura, ¡fue el arte! 7 meses en la fabricación y accesorios en Montreal, París, y LA”. La celebrity confesó que tomó clases de respiración con Sr. Pearl, y que valió la pena todo. “Este fue el comienzo de una conexión mágica ins­piradora”, aseguró. Era un minivestido nude que daba efecto “desnudo” y que con el look de make up y pei­nado “mojado” parecía una mujer saliendo del agua.

El outfit fue inspirado en Sophia Loren en la película “Boy on a Dolphin”. Pero lograr ese aspecto costó lar­gas horas de preparación. Según mostró la celebrity en Vogue, encajar dentro del vestido hecho de silicona, organza de seda y cristales, diseño del francés Thie­rry Mugler, significó no poder sentarse ni orinar, además de respirar con alguna dificultad.

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