- Por Luis Irala
- Nación Media
A pesar de mostrar muchas fisuras, el golazo de Juan Manuel Iturbe en la complementaria le dio el triunfo y la punta a Cerro Porteño.
El primer tiempo fue de muchos choques, trabado y con muchas infracciones e imprecisiones. Cerro tenía la obligación de ser protagonista, aunque Ameliano tampoco renunció al ataque, por más que reforzó la marca en la zona medular con el objetivo de cortar todos los circuitos del rival que pudieran inquietar a Martínez. El problema para ambos conjuntos fue en el momento de cristalizar las jugadas, que casi siempre terminaron mal.
El Ciclón quiso jugar a mil por hora y esa situación le restó precisión, por más de que fue dueño del balón por mayor tiempo que el local. Blas Riveros, la figura del cuadro cerrista, que se desprendió varias veces por su sector izquierdo para acompañar a la ofensiva, fue el que desequilibró a la última línea de Ameliano y sobre el final creó la situación más clara de la etapa, tirando un centro que desperdició Araújo desde buena posición.
En tiempo de adición del acto inicial se produce la jugada que cambió el curso del partido, al quedar Ameliano con diez hombres, cuando a instancias del VAR es expulsado Alejandro Samudio por jugada peligrosa sobre Riveros.
En el inicio de la complementaria el técnico García realiza tres cambios con el objetivo de retomar la estrategia, sin embargo, un zurdazo envenenado de Juan Manuel Iturbe le dio el triunfo y la punta al cuadro azulgrana, a pesar de que la V Azulada nunca se rindió. Por ahora, para el Ciclón, los triunfos no tienen sustitutos, porque su rendimiento alterna entre buenos y malos momentos.