Fluminense y Chelsea se enfrentan hoy en la primera semifinal del Mundial de Clubes, partido que se acogerá el MetLife Stadium de Nueva Jersey (Estados Unidos), duelo con el favoritismo del conjunto londinense ante un equipo brasileño, el único superviviente no europeo en el torneo, que quiere culminar su gesta avanzando a la gran final.
El equipo brasileño es ya el matagigantes de este Mundial de Clubes, después de dejar por el camino a Inter de Milan y Al Hilal en octavos y cuartos de final, respectivamente. Fluminense es el mejor ejemplo de que los conjuntos sudamericanos llegaban a Estados Unidos más rodados, y ha sabido jugar bien sus armas.
El camino del Chelsea hasta estas semifinales no fue aparentemente sencillo. En la inicial fase de grupos, los londinenses fueron segundos, por detrás del Flamengo, en una primera fase por debajo de las expectativas que les cruzó con el Benfica en octavos, un partido en el que necesitaron la prórroga para ganar (1-4).
La calidad individual de un equipo joven y con hambre es la principal amenaza de un Chelsea que parece estar dando sus primeros pasos en un proyecto que aspira a ganador. Además, posee múltiples variantes en su equipo para adaptarse también a múltiples situaciones.