En el fútbol importa ser efectivo. Y esa premisa fue la que tuvo Luqueño para estrenarse en el Clausura con un triunfo importantísimo para sus pretensiones en este segundo semestre.
El Auriazul, si bien no estuvo brillante desde la creación, aprovechó su momento para dar el golpe certero en La Huerta en el primer tiempo, para luego hacer gala de sacrificio para cuidar el resultado.
Como era de esperarse, la iniciativa corrió por cuenta del Gumarelo. Estuvo mejor en la recuperación y cerró bien los espacios para evitar pasar apuros defensivos. Así fue que acercó peligro al arco de Aguilar, que siempre respondió bien.
Sin embargo, al promediar la primera etapa, el arquero Rodrigo Morínigo cometió un grueso error en un saque de arco, que lo terminó pagando caro. Walter González interceptó el tiro por abajo y tras acomodarse, sacó el bombazo por alto para vencer al portero, al que no le quedó de otra que lamentarse en el piso.
Fue desde ese momento que todo el equipo auriazul decidió cuidar el resultado y apelar al contragolpe. Libertad, que sintió el golpe, generó ocasiones, pero le faltó esa chispa de calidad en el último cuarto de cancha para transformarlo en el tanto del empate.
PURA RESISTENCIA
Ya en el segundo tiempo, con cambios más ofensivos, el Gumarelo aumentó su presión. En el medio, Luqueño se perdía el segundo tras un contragolpe que Kevin Pereira no resolvió bien ante el achique de Morínigo.
Estaba visto que a Libertad no se le abriría el arco rival en toda la noche, porque tuvo su chance de empatarlo tras un infantil penal de Alexis Villalba sobre Lorenzo Melgarejo. Pero Aguilar intuyó el tiro desde los doce pasos de Espinoza y evitó la paridad en brillante intervención.
El partido se cerró con Libertad presionando por el empate y Luqueño defendiendo sin ruborizarse para conseguir finalmente un triunfo de mucho valor en el comienzo del torneo.