“Ahora toca esperar hasta setiembre. Salvo Brasil, nadie sumó más. Seguimos dependiendo de nosotros. Estamos más cerca, muy cerca”, publicó en sus redes el entrenador Gustavo Alfaro, quien hizo un análisis de los últimos partidos de Paraguay frente a Uruguay (victoria 2-0 en Asunción) y Brasil (derrota 1-0 en San Pablo) por las eli­minatorias para el Mundial 2026.

La Albirroja está virtual­mente dentro de la Copa Mundial México, Canadá y Estados Unidos. Solo queda cerrar de la mejor forma los últimos juegos, frente a Ecuador de local en Asun­ción, y Perú de visitante en Lima.

“Era la batalla, ganar era más que un partido (ante Uru­guay). Era llegar al puntaje previsto tres fechas antes, sostener la distancia con los que nos seguían y crear un colchón ante cualquier imprevisto que nos permita clasificar al Mundial”, des­tacó el seleccionador sobre el juego con Uruguay. “La victo­ria fue trabajada y exigente. Física, mental y futbolística­mente dejó sus secuelas. La gran parte del trabajo estaba hecho”, valoró.

En cuanto a la primera caída en su era frente a Brasil en San Pablo, apuntó: “un rival con jerarquía, en una de las canchas más veloces. Fue derrota, la primera del ciclo. Y sí, las derrotas due­len, pero hay algunas que también enseñan. Esta nos dejará grandes aprendizajes para lo que viene. Hay que incorporarlos para mirar el futuro con otra perspectiva. La entrega de los mucha­chos fue increíble, eso me da tranquilidad. La actitud no se negocia”, destacó.

PURA PASIÓN

Alfaro también se acordó de la afición, que apoyó desde que llegó el año pasado. “El camino al estadio fue increíble, una manifes­tación de pasión e ilusión en las calles de Asunción. Gente vestida de orgullo, rostros marcados por la emoción. La pasión dibujada en los rostros de niños, padres, abuelos. Todos detrás de una esperanza. Ese es el combustible de quienes persiguen una meta”, describió.

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