Guaraní llegó tambaleando, pero con posibilidades hasta el final del torneo Apertura y también está pendiente de su suerte en la Copa Sudamericana.
El cuadro aborigen tendrá una semana especial. Primero con el partido que lo pondrá frente a Boston River, al que debe ganar y esperar que Independiente no haga lo mismo ante Nacional Potosí para clasificar a la siguiente ronda del torneo continental.
Y lo otro, con la definición del torneo Apertura, donde también está obligado a ganarle a Trinidense y esperar una derrota de Libertad ante 2 de Mayo, para gritar campeón. Es decir, puede tener una doble alegría o quedarse sin nada.
“Tenemos el desafío del miércoles y ojalá el domingo podamos coronarnos de la mejor manera. En este último tiempo se siente el cansancio con la doble competencia, pero nos va bien con la rotación y los chicos que están ingresando”, refirió Agustín Manzur, uno de los referentes del equipo que dirige Francisco Arce, en señal de optimismo para lo que viene.
El plantel reanudó sus aprestos ayer y para hoy está marcada otra actividad.