Tremendo e histórico triunfo, paradójica­mente a lo Ciclón. De contragolpe mortal y gol sobre la hora del juvenil Luis Abreu. Olimpia venció y fes­tejó ante Cerro Porteño para extender a trece partidos su racha imbatible sobre el clá­sico rival.

El Decano dejó ardiendo el estadio La Nueva Olla de Barrio Obrero. Sus juga­dores tuvieron coraje, enorme corazón, dieron vuelta una desventaja, también dejaron fuera de carrera a su adver­sario eterno.

Antes de la media hora, un mejor cua­dro azulgrana llegó al tanto apertura mediante Juan Iturbe, quien remató de zurda a la carrera el pase de Alan Benítez, este último habilitado por el sector derecho con un pelotazo largo de Federico Carrizo.

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Cerro dispuso de otras chan­ces en los pies de Cecilio Domínguez y Jonathan Torres. Olim­pia asustó con Derlis González, quien anotó en posición adelantada, aunque su conquista fue anulada.

Los cambios y la deter­minación dieron otro aire a Olimpia en el segundo tiempo. En cinco minu­tos llegó al empate con el golazo del lateral izquierdo Facundo Zabala, campeón de mil batallas, quien defi­nió como crack el gran pase filtrado de Rodney Redes ante la salida estéril del arquero Fernández. Olim­pia comenzó a mandar en el partido, esperó el momento para golpear, desesperó a Cerro, que devorado por los nervios y el pánico escénico, volvió a sucumbir.

En el último minuto de tiempo agregado, Hugo Adrián Benítez empren­dió corrida, remató potente, el balón des­vió a medias el arquero Roberto Fernández y apareció el juve­nil Luis Abreu, quien de atropellada puso el segundo gol. Así se desató la fiesta de Olim­pia en la casa de Cerro Porteño.

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