Juan Vicente Duarte, Nacion Media

Olimpia le ganó anoche en forma agónica a Sportivo Luqueño, con un gol de Facundo Bruera en el último segundo del tiempo añadido y rescató al equipo de Martín Palermo de una noche sin rumbo.

El tanto fue demasiado castigo para los auriazules, que perdonaron previamente y se fueron con las manos vacías.

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Los primeros quince minutos fueron de pura adrenalina franjeada. Comenzó a ganar los rebotes y las pelotas a Parzajuk se fueron multiplicando. El juvenil ganó la iniciativa en una de ellas y tras dejar en el camino a Aguilar, también se abrió de Aguilar, pero ya con ángulo cerrado definió mal, perdiéndose el tanto de apertura. Tras otros avances sin éxitos, la historia cambió. Luqueño equilibró todo y puso a correr a sus dos hombres más veloces, como Maná y Comas.

Sucesivos saques de esquina para apurar con la pelota parada, pero tampoco estuvo fino en la definición. De todas formas, la sensación de gol siempre rondó más el arco de Olveira, tanto por la poca marca del mediocampo franjeado como por el ímpetu auriazul, principalmente con un activo Conejo Benítez, que arañó su tanto en un par de jugadas.

Se esperaba que al inicio del segundo tiempo Olimpia mostrara un poco más de rebeldía, pero ello no sucedió y el partido se presentaba ideal para los contras de Luqueño, pero al equipo de Cáceres también le faltó decisión. Lo intentó a su manera pero siempre equivocó el camino en el último cuarto de la cancha, incluso perdonando en los minutos finales.

Fue así y luego de dos jugadas increíblemente malogradas por Luqueño en los pies de Fernández y Rojas, se vino el tanto franjeado. Vera rescató una pelota y metió el centro que Arrúa bajó estupendamente para Bruera. Solito, el argentino definió por debajo de Aguilar para sellar el 1-0.

Injusto o no, los goles se hacen y Olimpia lo hizo para sumar tres puntos de oro.


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