Sin pérdida de tiempo, Lucas Bovaglio ya comenzó a trabajar en Guaraní en el mismo día que llegó al club. El flamante técnico argentino no anduvo con muchas vueltas y tras una breve presentación dentro del campo a los jugadores, lo primero que hizo fue ordenar fútbol en espacio reducido para ir conociendo al plantel que estará a su cargo.
Previamente, el club utilizó sus redes sociales para desearle éxitos. “Bienvenido a tu nueva casa!Queremos dar la bienvenida oficial al nuevo director técnico, Lucas Bovaglio, y a todo su cuerpo técnico conformado por: Fernando Clementz, Leonardo Dolce y Cristian Manfredi. Con todo, profes!”, escribió el club.
CON MARTÍNEZ
Aparte de los refuerzos que ya concretó, Guaraní también aseguró el fichaje de Mathías Martínez. El ex-Nacional ya estuvo en el club para saludar a sus nuevos compañeros, pero recién comenzará a trabajar con el grueso del plantel desde enero, por una cuestión contractual.
Guaraní cayó en forma catastrófica (5-0) de local ante Boston River en su último partido de la fase de grupos de la Copa Sudamericana y su técnico Francisco Arce reconoció que en momentos así es preferible agachar la cabeza, asumiendo además toda la responsabilidad por el rendimiento del equipo.
“Cuando uno pierde así hay que callarse, tragar y aceptar. Lo que yo sí veo es que la poca gente que a veces viene a la cancha, veo que a mí no es que me quiera mucho, veo, identifico eso desde hace rato”, mencionó en la rueda de prensa tras el juego del miércoles.
Pese a ese último penoso partido que disputó, el Cacique sigue en carrera para intentar entrar a octavos de final de la Copa Sudamericana y con el agregado de que el domingo disputará su último partido del torneo Apertura, con la posibilidad de lograr el título.
En ese sentido, Arce espera que así como la gente critica, dé el apoyo para el duelo ante Trinidense.
“Espero que el domingo esté lleno porque el estadio no es grande y necesitamos de ese apoyo para que nos ayuden desde su lado a poder pelear por el título y que se sientan orgullosos de su equipo”, concluyó.
Humillante y vergonzosa. De esas goleadas que nadie quiere recibir. Así fue la noche de terror que vivió Guaraní en Sajonia en lo que ya es su mayor derrota a nivel continental.
El lapidario y contundente 5-0 que le propinó el modesto Boston River de Uruguay generó indignación en su propia gente, en el cierre de su participación en el Grupo A de la Copa Sudamericana.
El cuadro de Francisco “Chiqui” Arce saltó al Defensores con una posibilidad mínima de clasificación directa a los octavos de final, pero el que parecía ávido de un triunfo fue el cuadro charrúa.
Tras unos tibios intentos del Legendario se vino la debacle defensiva. Porque Facundo Gutiérrez, Juan Gutiérrez y Guillermo López se pasearon entre los defensores aurinegros para cerrar el primer tiempo con un 3-0 contundente. Y, además, con golazos para enmarcar.
De nada le sirvió a Arce hacer cambios en el entretiempo porque la suerte estaba echada en la fría noche. Mateo Barcia, con un gol maradoniano y otra vez López, se dieron nuevamente un festín entre los lentos defensores de Guaraní para ampliar a cinco el marcador. Es más, la cifra pudo ser mayor, pero los uruguayos no la embocaron más de puro milagro.
Pese al resultado, Guaraní quedó segundo por la también goleada (7-0) de Independiente sobre Nacional Potosí y jugará la repesca para intentar clasificar a octavos.
En la fase de grupos de la Copa Sudamericana, este miércoles, se juega la última fecha del grupo A. Guaraní recibe al ya eliminado Boston River de Uruguay; e Independiente de Avellaneda al boliviano Nacional Potosí.
Guaraní debe ganar y esperar que Independiente no lo haga ante el Nacional Potosí para avanzar directamente a octavos de final. De todas maneras, hay buen panorama para llegar a los playoffs, cerrando como segundo de la tabla.
Un empate le privará de ser primero, ya que en la jornada anterior, el Aurinegro cayó 1-0 ante Independiente en Avellaneda, que pasó a liderar la clasificación.
Guaraní llegó tambaleando, pero con posibilidades hasta el final del torneo Apertura y también está pendiente de su suerte en la Copa Sudamericana.
El cuadro aborigen tendrá una semana especial. Primero con el partido que lo pondrá frente a Boston River, al que debe ganar y esperar que Independiente no haga lo mismo ante Nacional Potosí para clasificar a la siguiente ronda del torneo continental.
Y lo otro, con la definición del torneo Apertura, donde también está obligado a ganarle a Trinidense y esperar una derrota de Libertad ante 2 de Mayo, para gritar campeón. Es decir, puede tener una doble alegría o quedarse sin nada.
“Tenemos el desafío del miércoles y ojalá el domingo podamos coronarnos de la mejor manera. En este último tiempo se siente el cansancio con la doble competencia, pero nos va bien con la rotación y los chicos que están ingresando”, refirió Agustín Manzur, uno de los referentes del equipo que dirige Francisco Arce, en señal de optimismo para lo que viene.
El plantel reanudó sus aprestos ayer y para hoy está marcada otra actividad.