Los triunfos no tienen sustitutos, reza una vieja frase futbolera. Sino, que lo diga el Sportivo Luqueño, cuyo panorama cambió totalmente tras sus dos triunfos al hilo ante Guaireña y Ameliano, que lo sacaron de la zona roja del promedio y abre un panorama esperanzador para sus posibilidades en este tramo del Clausura.
Además, el Auriazul se sacó una espina ante Ameliano, al que ganó por primera vez en seis enfrentamientos, incluyendo aquellos dolorosos enfrentamientos por la promoción, que lo mandaron a la Intermedia en el 2021.
Precisamente, este hecho fue destacado por el presidente del club, Daniel Rodríguez. “Por fin rompimos la mufa ante Ameliano. Es la primera vez que estamos hilando dos triunfos. Hace varios partidos que estamos con ese premio especial, así da gusto gastar”, enfatizó el directivo en contacto con la 730 AM.
Luqueño tendrá tiempo suficiente para preparar su siguiente partido ante General Caballero, al que recibirá en el Feliciano Cáceres, el jueves 19 de octubre a las 19:30. En cuanto al promedio, el equipo se ubica ahora en la novena posición por arriba de Guaireña y los dos que están en la zona roja, Resistencia y Tacuary.
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Día del Niño: una fecha para regalar sonrisas y celebrar la infancia
Hoy, 16 de agosto, se celebra el “Día del Niño” en Paraguay en conmemoración a los pequeños compatriotas que lucharon y perdieron la vida en la guerra contra la Triple Alianza.
Los antecedentes indican que el 19 de julio de 1948, el presidente provisional Juan Manuel Frutos, a través del Decreto N.° 27.484, fijó el 16 de agosto como Día del Niño del Paraguay. La fecha fue instaurada en conmemoración a los niños mártires de la guerra contra la Triple Alianza, en la que se tuvo la particular batalla aquel 16 de agosto de 1869. El Ejército Paraguayo lo constituían jovencitos de entre 11 y 15 años perdieron la vida.
En esta fecha, además de honrar su memoria, muchos buscan llevar alegría a la niñez actual, transformando el homenaje en un gesto de amor y esperanza. Es así que existen personas para quienes esta fecha simboliza un momento mágico e ideal para alegrar a los niños y niñas, ya sea con regalos, dulces o una merienda.
Este es el caso de Luis Amado Solís, de 71 años, conocido como “Sinosé”, quien por más de 4 décadas dibujó sonrisas en el rostro de miles de niños, niñas y adolescentes. “Hace 41 años comencé con Sinosé. Los creé como un hobby, porque amaba entretener a los niños y sus familias”, explicó Luís, en entrevista con La Nación/Nación Media.
Su debut fue el 21 de noviembre del 1981 en el teatro Padeco del club Cerro Porteño, donde actualmente se encuentra La Nueva Olla, y que lo hizo con la visita del Chavo del Ocho. “El domingo 22 fue el mega evento, pero una noche antes nos presentamos en el teatro y fue maravilloso, porque eran nuestro ídolo el Chavo”, expresó.
Sin estrato social
Luis afirmó que recorrieron el país y también visitaron países de la región como Argentina, donde aún es muy querido. “Actuamos para futbolistas, presidentes y todo el país. Fue un fenómeno lo que hicimos con Sinosé y me alegra mucho el legado que estoy dejando”, manifestó.
Señaló que nunca hicieron distinciones a la hora de presentarse y que aceptaban actuar en lugares muy reconocidos, como en los barrios de cada ciudad. “Un sábado podíamos estar en el Club Centenario y ese mismo día en un cumpleaños del barrio Santa Ana o la Chacarita, indistintamente. Nosotros manejábamos el grupo”, puntualizó.
Visita a los enfermos
Es muy bien sabido que los payasos Sinosé visitaban los hospitales para dibujar sonrisa en los pequeños pacientes y que en agosto, mes del niño, eran jornadas cargadas de actividades. Sin embargo, siempre priorizaban poder llegar juntos a los enfermos.
“Una vez las enfermeras del IPS me invitaron para festejar el cumpleaños de un niño que tenía una enfermedad terminal, porque él pidió por Sinosé y como padre ahora dimensiono todo eso. Prepararon todo y ahí actuamos, fue un momento mágico”, detalló entre llantos.
El show debe continuar
Los Payasos Sinosé siguen ofreciendo shows, pese a que estuvo internado en estado delicado hace unos meses, pero ahora le dedica más tiempo a su familia, hijos y nietos a quienes por mucho tiempo tuvo que dejar para poder alegrar a su público.
“El show debe continuar, esto es mi pasión, yo me subo al escenario y me olvido de todo. Ahora lo hago más pausado, porque tengo que cumplir con mi familia y no sé cuanto tiempo de vida me queda, lo que me queda lo quiero disfrutar con ellos”, dijo.
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Trinidense hizo mejor las cosas
Sportivo Trinidense volvió a la victoria tras unas cuantas fechas. Haciendo gala de efectividad, dejó sin nada a un Sportivo Luqueño poco productivo y que ni siquiera aprovechó el hombre de más que tuvo en un tramo del partido.
El primer tiempo fue de pocas emociones, con apenas algunas aproximaciones por parte de ambos equipos. La expulsión de Luis de la Cruz, a instancias del VAR, por un pisotón en el tobillo de Julio Báez, le dio a Luqueño esa ventaja que no pudo aprovechar.
Todo se igualó en el segundo tiempo cuando Brahian Ayala también vio la roja por un golpe en el tobillo de Juan Salcedo. Trinidense sí aprovechó esta situación porque apenas unos minutos después, Fernando Romero aprovechó un penal otorgado por el juez Blas Romero, para poner el primer tanto del partido a los 62’.
Ni siquiera ese tanto en contra despertó a Luqueño, que con cambios ofensivos buscó en vano la paridad. Por el contrario, en otro ataque de Trinidense, el recién ingresado Nelson Gauto puso el segundo con disparo fuerte a ras del piso, sin oposición y luego de tener todo el tiempo para acomodar el balón. Un triunfo justo para que quiso más y que aprovechó su momento.
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Mucho ruido por polémica declaración
Cuando hay cuestionamientos a labores arbitrales, generalmente los protagonistas afectados (dirigentes, técnicos y jugadores) utilizar calificativos moderados para expresar sus quejas.
Sin embargo, eso no ocurrió tras el partido entre el 2 de Mayo y Sportivo Luqueño, que terminó con derrota auriazul (3-2), dos de sus jugadores expulsados y un mar de nervios en su plantel.
El juvenil delantero de Luqueño, Jonathan Ramos, de 17 años, autor de uno de los goles de su equipo, literalmente destrozó al árbitro Derlis Benítez, asumiendo de hecho, el sentir de todo el equipo.
“Desde que empezó el partido hasta que terminó, lo que cobró el árbitro fue impresionante. Lastimosamente es lo que el fútbol paraguayo ofrece, árbitros miserables que no están capacitados”, disparó Ramos en declaraciones a Tigo Sports.
La decisión que comenzó a desatar la furia de los luqueños fue el penal en contra y la expulsión de Ángel Benítez, por doble amonestación, por un codazo sobre Rodrigo Ruiz Díaz, que terminó en el hospital. Benítez amonestó a media docena de jugadores luqueños a lo largo del partido y sobre el final, también expulsó al capitán
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Remontada y festejo del Gallo
Como es habitual en el fútbol, una jugada puede cambiar el rumbo de un partido. Y fue lo que pasó anoche en el partidazo que jugaron el 2 de Mayo y Sportivo Luqueño, que terminó ganando (3-2) el primero, sobre todo por los errores y el nerviosismo de su rival.
Luqueño había arrancado mucho mejor el partido. No pasaba apuros y fue el equipo que comenzó a arrimar mayor peligro, hasta que un penal de VAR por mano de Pedro Sosa, le permitió a Sergio Díaz poner en ventaja al Auriazul. Su penal se lo paró el arquero Martínez, pero el rebote le favoreció y lo mandó a guardar.
El trámite del partido se mantuvo igual en los minutos siguientes, pero Ángel Benítez, que ya tenía una amarilla (merecida, por cortar deliberadamente un ataque del 2 de Mayo), cometió una imprudencia (codo en el cuello de Rodrigo Ruiz Díaz). Tras revisión del VAR, penal, doble amonestación y, por ende, roja para el volante. Todo cambió tras esa jugada porque Elías Alfonso no perdonó y empató el partido. A Luqueño le restaba remar contracorriente. Y fue guapo, porque se puso en ventaja con el golazo del chico Jonathan Ramos para ir al descanso.
De todas formas, sabía que tenía que defenderse bien con un hombre menos todo el segundo tiempo, pero el 2 de Mayo, en el reinicio de ese periodo lo empató por Franco Aragón tras una serie de rebotes. A partir de ahí, todo fue de los locales, mientras el nerviosismo auriazul contra la labor arbitral llenó de tarjetas a sus jugadores.
Eso lo aprovechó el equipo de Palau, para que a los 69’ Brahian Fernández consume la remontada. En Luqueño, las quejas seguían y lejos de meterse en el partido para intentar volver a igualar, siguió en sus cuestionamientos al juez y con su capitán, Alexis Villalba a la cabeza, que también vio la roja en el último minuto por empujar al árbitro luego de un reclamo. La victoria fortalece al 2 de Mayo y deja herido a Luqueño, que no solo perdió el partido y jugadores, sino también la calma.