• Por Juan Vicente Duarte
  • Periodista – Nación Media

Guaraní salió mejor parado que lo pre­visto. El equipo paraguayo se plantó de gran manera ante el Botafogo en condición de visitante y estuvo a punto de traer un empate. Pero un penal evi­table de Gastón Gil Romero en la agonía del partido, le permitió al cuadro brasileño marcar la diferencia final, en el partido de ida de los octa­vos de final de la Copa Suda­mericana.

El cuadro de Juan Pablo Pumpido sorprendió de entrada con el gol de Romeo Benítez cuando apenas se jugaban dos minutos de partido. Todo se ini­ció con la gran galopada de Raúl Cáceres, que habilitó a Estivel Moreira. Este, sin dudar, metió el centro bajo que cerró magníficamente el joven extremo aborigen.

Los minutos que siguieron fueron ideales para el Auri­negro que, sin embargo, comenzó a ceder terreno ante la lógica reacción de los loca­les. El dominio brasileño se hizo sentir con la indudable calidad de sus jugadores, pero no lo supo capitalizar en el marcador.

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De contra, Guaraní tuvo para ampliar con un remate de Camacho que se fue apenas desviado.

BOTAFOGO REMONTA

El técnico Bruno Lage se jugó con tres cambios al inicio del segundo tiempo, con Matías Segovia entre ellos. Botafogo amplió su dominio territorial y tras el despeje de un córner, el zaguero Hugo, con remate desde fuera del área, decretó el empate. Dio la sensación que Popi Muñoz pudo haber hecho más para evitar la caída de su arco.

Cuando parecía que el partido se iba con el empate, se generó la acción del penal que echó por tierra el gran trabajo des­plegado por el equipo para­guayo. Gil Romero engan­chó a Lucas Fernandes y no hubo dudas. Tiquinho Soares no perdonó y con remate al medio decretó el 2-1. De todas formas, la serie está abierta y las chances del “Indio” siguen intactas. Todo se definirá la semana que viene en la revan­cha a jugarse en nuestro país.

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