Un día libre, un día de silencio entre los jugadores del plantel cerrista después de la derrota frente al tradicional rival en el torneo Apertura, que lo dejó sin invicto en la competencia. Pero Miguel Carrizosa, directivo de los azulgranas, habló en Versus Radio acerca de lo que dejó el partido y aseguró que “se le subestimó al rival”. Cree que “un baño de humildad nos viene bien en este momento, la idea es que nos haga más grande a todos, ver las cosas que hay que corregir para más adelante, porque creo que no se jugó como veníamos haciéndolo, es mejor que pase ahora y no en los momentos finales del campeonato”, sostuvo en la charla.
Como lo dijo el técnico Francisco Arce llegarán partidos más difíciles. “Todos los equipos van a querer sacar lo lindo del juego de Cerro, Olimpia nos sorprendió en los primeros diez minutos cuando llegó el gol y nos obligó a plantear el partido de otra manera”, añadió. El plantel azulgrana tuvo libre ayer, donde la Reserva ganó 2 a 0 y reanuda las actividades esta mañana en la Ollita para preparar el partido frente a Resistencia del sábado en el Defensores del Chaco.
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Baño 2 o 3 veces a la semana es suficiente para proteger la piel de los niños en invierno, afirman
Ante las bajas temperaturas que se reportaron en las últimas semanas y que seguirán, profesionales de la salud recomiendan que los niños y niñas tomen baños solo dos o tres veces a la semana. No solo es para evitar enfermedades respiratorias, sino que también ayuda a proteger la piel.
Según el pediatra Robert Núñez, no es necesario que los chicos se bañen todos los días, especialmente en días de intenso frío, ya que esto no afectará la higiene.
“Lo cierto es que la ciencia respalda esta práctica de bañarse 2 a 3 veces por semana es suficiente para la mayoría de los niños, especialmente en los días fríos. Y no, esto no tiene nada que ver con la falta de higiene, sino con el cuidado adecuado de la piel infantil”, expresó Núñez, en sus redes sociales.
Aclaró que para el baño diario de invierno se requiere de agua caliente y jabones, que juntos tienden a resecar la piel. Además, eliminan sus aceites naturales y provocan irritaciones. “Reducir la frecuencia de los baños puede ser una forma de cuidar la salud de la piel, no de descuidar la limpieza”, refirió.
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Beneficios
El profesional resaltó que bañarse pocas veces por semana ayuda a mantener la hidratación natural de la piel, previene la resequedad, grietas y eccemas. Así también, disminuye la exposición a productos químicos innecesarios, preserva la barrera protectora de la piel y promueve una relación más respetuosa con el cuerpo.
Recomendó que para mantener la higiene diaria se debe practicar el lavado frecuente de manos con agua y jabón; higiene diaria de axilas, pies, rostro y zona genital. Cambiar a diario la ropa interior y prendas de contacto directo todos los días. Se pueden usar toallas húmedas para reforzar la limpieza en zonas clave sin necesidad de un baño completo.
Adultos lo pueden replicar
Núñez confirmó que este sistema también lo pueden replicar los adultos como las medidas de higiene, para proteger la piel y evitar resequedades especialmente en lo que dure el verano.
“Muchos dermatólogos recomiendan lo mismo para adultos, sobre todo en épocas de frío o en personas con piel sensible. Cuidarse no siempre es hacer más, sino hacer lo justo y necesario. No se trata de flojera, se trata de salud y es parte del autocuidado”, puntualizó.
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Antigua tradición que sigue vigente: bañarse en el río, arroyo o naciente antes de la salida del sol
Como cada Viernes Santo, centenares de personas se congregaron a los causes hídricos, incluso en las nacientes en la madrugada para cumplir con una antigua tradición: bañarse en sus aguas antes de la salida del sol.
En la ribera del río Paraguay, en Mariano Roque Alonso, mucha gente madrugó para cumplir este rito. Este acto, cargado de simbolismo espiritual, se mantiene vivo generación tras generación y forma parte del calendario cultural y religioso de muchas familias paraguayas.
Según los fieles, el baño en el río antes del amanecer tiene un significado purificador. Algunos lo asocian con la limpieza del alma y la renovación de la fe, mientras que otros lo practican como una costumbre heredada de sus abuelos, que mezcla elementos del catolicismo popular con creencias ancestrales.
Las oraciones al borde del agua, el silencio respetuoso y el murmullo del río crean un ambiente místico que marca el inicio de un día sagrado para el pueblo cristiano.
Cementerios llenos de memoria y oración
Más tarde, ya con el sol en alto, otro ritual se repite en los distintos cementerios de la ciudad. Familias enteras llegan para visitar las tumbas de sus seres queridos, limpiar nichos, dejar flores y rezar por el descanso de las almas.
El Viernes Santo se convierte así en un momento no solo de reflexión religiosa sobre la pasión y muerte de Cristo, sino también de reencuentro con la memoria familiar. La jornada, cargada de recogimiento, invita a detener el ritmo acelerado de la vida diaria para honrar a los que ya no están.
Una mezcla de fe, costumbre y comunidad
Tanto el baño ritual en el río como las visitas al camposanto son expresiones vivas de una religiosidad popular profunda y sentida, que combina el respeto por las tradiciones, el valor de la familia y una conexión íntima con lo espiritual.
A pesar de los cambios en la sociedad, estas prácticas se mantienen firmes, recordando que en Paraguay, la fe y la cultura caminan de la mano, especialmente en fechas tan significativas como la Semana Santa.
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Advierten que pasar mucho tiempo en el baño revisando el celular puede ser perjudicial
Es una nueva costumbre ir hasta el baño con el teléfono celular y pasar varios minutos, incluso horas, sentados viendo las redes sociales, pero médicos afirman que este hobby puede ser perjudicial para la salud. Recomiendan no llevar libros o periódicos porque tienen el mismo efecto, además, por una cuestión de higiene, ya que las bacterias permanecen igual tras lavarse las manos.
Según el coloproctólogo Rodrigo Bernard, el uso de dispositivos o libros en el baño puede atentar contra la salud de las personas, ya que suelen pasar varias horas sentadas y expuestas a los agentes contaminantes propios de un baño. Los celulares pueden contaminarse con cualquier tipo de bacterias que pueden generar un sin fin de enfermedades.
“Lo más común que suele ocurrir es que justamente, por entrar con el celular, lleve una bacteria y termine en una gastroenteritis, tener diarrea y empezar a tener fiebre. Con la publicación que hicimos de no usar los teléfonos, no entrar con libros para leer en el baño, es una cuestión también de higiene”, expresó el profesional a la 650 AM.
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Indicó que permanecer mucho tiempo sentado hace que el cuerpo se acostumbre a evacuar más lento las necesidades fisiológicas y que esto puede acarrear una serie de problemas renales, pero especialmente para el colon. “Uno de los problemas puede ser la acumulación de desechos dentro de nuestro cuerpo, que tarda más en salir, se reseca y ya empieza a haber complicaciones perianales”, confirmó.
Apuntó que un reciente artículo médico afirma que es lo mismo que no lavarse las manos si se ingresa con un objeto en el baño para hacer las necesidades. “Cada vez que una persona va a ir al baño, un reflejo tarda más en aparecer y entonces, tipo que va causando un acostumbramiento al cuerpo y cada vez hay más dificultad para evacuar, eso puede ser un riesgo”, puntualizó.
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La humildad práctica
- Por el Pastor Emilio Daniel Agüero Esgaib
Según los evangelios Jesús estaba en la eternidad al lado del Padre en humildad y fue esa humildad la que le permitió hacerse hombre y morir en la cruz (Fil 2:5-8). Durante toda su vida en la Tierra fue humilde y su humildad le llevó a morir en una cruz donde mostró su máxima mansedumbre en la cruz donde no se quejó, no maldijo, no se defendió, perdonó a sus verdugos y pidió al Padre que no le sea tomado en cuenta ese pecado. Y luego Dios lo exaltó hasta lo sumo y en esa exaltación vemos en el cielo a un cordero humilde y manso.
Cristo sigue siendo humilde aún en la exaltación. Su esencia es la humildad.
Por el contrario, sus discípulos que convivieron con él tres años mamaron de su sabiduría y ejemplo, vieron sus milagros, incluso dos de ellos lo vieron en la transfiguración, dejaron todo por seguirlo, cuando en Juan, capítulo seis, la multitud le había dejado a Cristo, ellos siguieron a su lado, estaban dispuestos a morir por él, creían en él, lo amaban, le obedecían, pero a pesar de todo eso, muy en el fondo de su ser estaba una fuerza imbatible, llena de miserias que, a pesar de todo lo que habían visto y gustado de la misma persona de Cristo, no podían vencerlo, tal vez ni siquiera se percataban de su presencia: el ego, el orgullo.
Juan y su hermano Santiago anhelaban estar a la derecha y la izquierda de Cristo cuando venga a su reino. Había celos entre ellos de quién sería el mayor. Pedro no quiso ser lavado sus pies por Jesús a quien Jesús le dijo: “si no te dejas lavar (o sea, si no eres humilde) no tienes parte conmigo”. El mismo Pedro se jactó de su valentía desmeritando a sus compañeros diciendo: “Aunque todos te abandonen, yo no”. Se juzgaban entre sí, competían. Jesús hizo que se sentaran en la misma mesa a comer un publicano (como Mateo que recaudaba impuestos para Roma, extorsionando a sus compatriotas) junto a un zelote y revolucionario hebreo llamado Simón que odiaba a Roma y a todo lo que estuviera aliado al Imperio. A un incrédulo y pesimista Tomás, a un jactancioso Pedro, a un codicioso Judas, a los “hijos de ira” Santiago y Juan que pidieron eliminar toda una ciudad mandando fuego solo porque no quisieron darle albergue por una noche. Ese era el ambiente íntimo que nuestro Señor vivía el día a día.
Así, hoy hay muchos maestros bíblicos, pastores, evangelistas, líderes espirituales con mucho carisma, dones, grandes ministerios que han entregado su vida a Cristo, han dejado todo para seguirles, saben la Biblia y la enseñan, pero a la hora de la verdad, en su día a día se ve que carecen totalmente de humildad y ni siquiera se dan cuenta.
Hay orgullo espiritual (soy el más ungido, todos tienen que seguirme, soy el hombre de Dios, soy padre de multitudes, no toques el manto del ungido), orgullo intelectual (soy el mejor teólogo, el que más sabe, el mejor apologeta), orgullo ministerial (mi iglesia es la más grande, si dejas esta iglesia estas bajo maldición), orgullo carnal (tengo más recursos económicos, soy el más carismático, el más elocuente, el que tiene más seguidores). Sin dudas todos estos hombres y mujeres estarían de acuerdo con que la humildad es una de las virtudes más elevadas, pero la más difícil de conseguir.
¿Cómo podemos tener un corazón manso y humilde? Jesús se humilló hasta la muerte, el creador de los cielos y la tierra muere en una cruz desnudo, golpeado, humillado y desamparado para que podamos entender la gravedad del pecado del orgullo y el ego.
La muerte de Cristo destruyó el poder del pecado y del diablo y efectuó una redención eterna. Nos falta comprender la cruz, nos falta una revelación de ella, Gálatas 2:20 nos dice: " Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí…”.