Aunque saber el pensamiento del técnico de la selección albirroja Eduardo Berizzo es imposible, ayer se pudo constatar en el entrenamiento en el Centro de Alto Rendimiento en Ypané que se prepara un equipo diferente para el encuentro de mañana en la altura de La Paz frente a Bolivia.
La estrategia para encarar el partido es con la presión y obligación al límite por cosechar los tres puntos en un partido difícil, estadio complicado y con la altura de La Paz en contra. Si en Quito (2.850 metros sobre el nivel del mar) se tuvo serias dificultades, en La Paz (3.640 metros) la cuestión empeora.
Un periodista chileno radicado en suelo boliviano criticó a la Albirroja y la trató de “mediocre” y que “por obligación hay que ganarle”. Es imperiosa la necesidad del triunfo para ambas selecciones. Berizzo y el plantel lo saben, por lo que cualquier sistema y elección de hombres son claves.
Se espera que jugadores como Juan Escobar, Richard Sánchez, Luis Amarilla y Carlos González, con experiencia en la altura de México DF y Quito, puedan tener chances. Júnior Alonso y Villasanti están a disposición tras cumplir la pena de suspensión por acumulación de tarjetas. Fabián Balbuena es la primera opción en el centro de la defensa para cubrir el puesto del suspendido Omar Alderete.
En el mediocampo, junto a Richard Sánchez, pueden acompañarlo el mismo Mathías Villasanti, Jorge Morel y Ángel Cardozo Lucena, dejando a Miguel Almirón como enganche y un hombre en punta. Luego del entrenamiento de esta mañana, Berizzo y Alonso atenderán a la prensa. A las 17:00 es el viaje rumbo a Santa Cruz y mañana cerca del mediodía se realiza el traslado hasta La Paz.
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Bolivia va a las urnas en medio de escasez de pan, gasolina y dólares
En una esquina del centro de La Paz, a días de las elecciones generales del 17 de agosto, Wilson Paz recorre más de una decena de puestos, pero no encuentra pan fresco: la crisis económica dejó de nuevo sin harina a los panaderos. “Estamos esperando con muchas ansias que lleguen de una buena vez las elecciones para cambiar este modelo que nos ha empobrecido bastante”, afirma este trabajador independiente de 39 años, con una familia de siete miembros.
La escasez de alimentos, de combustibles y de dólares exacerban el malestar en Bolivia antes de los comicios presidenciales y legislativos. Por primera vez en 20 años, la izquierda no figura en las encuestas como alternativa de poder. Dos candidatos de derecha, el empresario Samuel Doria Medina y el expresidente Jorge Quiroga (2001-2002), dominan las preferencias electorales.
El gobierno del presidente Luis Arce, que no buscará la reelección, casi ha agotado sus reservas internacionales de dólares para sostener su política de subsidios. Importa gasolina y diésel y algunos insumos como el trigo, para hacer la harina panadera, y los vende a menor precio en el mercado interno.
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Pero sin divisas para estas compras internacionales, la disponibilidad de estos bienes se ha vuelto inconstante y se generan largas filas. Ligia Maldonado, un ama de casa de 70 años, se va sin marraqueta, el pan favorito y subsidiado de los paceños. “Con este gobierno no hay esperanza. Tiene que irse y entrar uno que sepa cómo viven los pobres”, dice.
En medio de una inflación interanual de 24,8 % en julio, la más alta desde 2008, la marraqueta es uno de los pocos productos que no se encareció debido al control de precios del gobierno. Otros panes, sin subsidio, asoman en los mostradores. Pero como muchos productos, su precio se disparó y no están al alcance de todos. La escasez de marraqueta es un padecimiento crónico en el mercado, de la misma manera que el aceite o el arroz.
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“Cualquiera es mejor”
En las gasolineras, los conductores se resignan a perder horas de trabajo en filas extensas que serpentean entre las calles. “Esta mañana he venido a las 6 de la mañana y a las 11 recién estoy entrando a cargar” gasolina, dice Manuel Osinaga, un taxista de La Paz. La exportación de gas natural, antes el principal motor de la economía boliviana que mantenía un importante ingreso de divisas para el país, viene en caída libre desde 2017.
Según el gobierno, el año pasado las ventas de este hidrocarburo solo representaron 1.600 millones de dólares, mientras que los desembolsos que la administración hizo al exterior, por deuda externa e importaciones, alcanzaron los 5.000 millones. El valor de la divisa estadounidense se duplicó en el mercado paralelo y disparó el precio de varios productos básicos.
Carlos Tavera, un socialista jubilado de 65 años, asegura que apoyará al mejor ubicado de la oposición, aún si es de derecha. “Cualquiera es mejor que esto”, asegura. “Ahora no tenemos dólares. Hay filas para la gasolina, para el pan, para todo. En los hospitales no hay medicamentos”, agrega.
“Sangre, sudor y lágrimas”
El economista Napoleón Pacheco, profesor de la estatal Universidad Mayor de San Andrés, indica que los bolivianos ahora son más pobres en general. “Lo poco que se había ganado en los años anteriores se ha ido perdiendo porque la economía se ha contraído”, ha crecido la informalidad laboral y la inflación, señala.
Un estudio de la boliviana Fundación Jubileo advierte que la pobreza actual sería de 44 % si se toma en cuenta la subida del costo de vida, una cifra mucho mayor a la que reporta el gobierno (36 %). “Yo diría que estamos al borde de iniciar un proceso hiperinflacionario”, dice Pacheco, pues el gobierno busca estabilizar la economía a través de la emisión de moneda local. Entre 2023 y 2024, la masa de dinero circulante creció en 20 %.
Según el especialista, para contener la crisis son necesarias medidas de shock, como un cambio en la política de subvenciones y el cierre de empresas públicas deficitarias. “Yo creo que viene un período, parafraseando a Churchill, de sangre, sudor y lágrimas. Hay que abrocharnos los cinturones”, concluye.
“No me voy a escapar”
“No me voy a escapar”: el expresidente Evo Morales, prófugo de la justicia, dijo en entrevista con la AFP que seguirá dando “batalla en las calles y caminos” de Bolivia, ante la probable victoria de sus opositores de derecha en las elecciones del domingo. El líder indígena, que gobernó entre 2006 y 2019, pretendía buscar un cuarto mandato en estos comicios, pero quedó inhabilitado por un fallo del tribunal constitucional que señaló que nadie puede gobernar el país más de dos períodos.
Desde el año pasado se refugia en Lauca Eñe, un pequeño poblado del Trópico de Cochabamba, para evadir una orden de captura por un caso de presunta trata de una menor cuando era presidente, cargo que él niega. Según Morales, no saldrá de Bolivia si gana la derecha tras 20 años de dominio del Movimiento Al Socialismo, que lideró hasta antes de abandonar sus filas este año por su disputa con el presidente Luis Arce.
“Me voy a defender, no me voy a ir. Dicen: ‘Se va a escapar a Cuba’. No me voy a escapar”, señaló el dirigente cocalero. Las encuestas anticipan un duelo reñido entre el millonario Samuel Doria Medina y el exmandatario Jorge Quiroga (2001-2002), quienes se verían en una segunda vuelta el 19 de octubre.
Ambos son enconados adversarios de Morales. “Estoy con mi pueblo, no voy a abandonar al pueblo boliviano”, remarcó el expresidente, que en el 2019 se exilió por un año tras verse forzado a renunciar en medio de protestas, después de que fue acusado de cometer un fraude en las elecciones de ese año.
En ese sentido, dio a entender que no dará tregua al próximo gobierno y que estará de vuelta en la “batalla en las calles y en los caminos”. Morales encabezó violentas protestas y bloqueos de vías contra Arce, a quien acusó de excluirlo de la carrera electoral en complot con los jueces.
Fuente: AFP.
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Bolivia se apresta a girar a la derecha por primera vez en 20 años
Sumidos en una profunda crisis económica, los bolivianos se aprestan a dar un giro radical hacia la derecha en la elección presidencial de este domingo, después de 20 años de dominio del Movimiento Al Socialismo (MAS) que lideró Evo Morales. Este país de 11,3 millones de habitantes, con fuerte influencia indígena y rico en litio, acude a las urnas hastiado por la falta de dólares, combustible y alimentos.
La inflación acumulada del último año ronda el 25 %, la más alta al menos desde 2008. La mayoría culpa de la debacle al impopular gobierno de Luis Arce. “Nuestra situación está realmente (...) por los suelos. Nuestra moneda se ha devaluado, los sueldos no alcanzan, todo está carísimo”, dice a la AFP Freddy Millán, un ingeniero de 53 años que vive en la ciudad de Santa Cruz. Una “gran mayoría quiere el cambio porque está cansada de esta política del socialismo”, añade.
El millonario Samuel Doria Medina, de 66 años, y el expresidente Jorge Quiroga, de 65, encabezan la intención de voto entre los ocho aspirantes y se verían en una segunda vuelta el 19 de octubre. Los dos opositores prometen el fin del modelo económico de corte estatal que impuso el MAS. Por años, el crecimiento de Bolivia dependió de sus exportaciones de gas, su principal fuente de divisas. Pero desde 2017 la producción sufre una caída constante.
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Una nueva etapa
La izquierda se encamina hacia su peor fiasco en las urnas desde que ascendió a la presidencia de la mano de Morales, quien gobernó del 2006 al 2019. Luego impulsó el triunfo de Arce, su exministro y hoy adversario. El dirigente indígena fue inhabilitado por la justicia para buscar un cuarto mandato en estos comicios. Desde octubre se refugia en un pequeño poblado del centro de Bolivia para evadir una orden de captura por el caso de presunta trata de menor cuando era presidente, acusación que él niega.
Bajo el resguardo de sus seguidores, Morales promueve el voto nulo. Ante el probable triunfo de sus opositores, aseguró a la AFP que “no se va a escapar” y seguirá de vuelta en la “batalla en las calles y en los caminos”. La pugna Morales-Arce durante los últimos meses dinamitó al MAS y profundizó la crisis económica con violentas jornadas de bloqueos de carreteras. Esto melló la popularidad de la izquierda.
El candidato del oficialismo Eduardo Del Castillo y el senador y dirigente cocalero Andrónico Rodríguez, ambos de 36 años, marchan rezagados en las encuestas. La crisis nos ha “afectado totalmente (...) Creo que todos estamos tratando de que cambie este contexto”, dice Alejandra Ticona, una estudiante de derecho paceña de 24 años.
Aunque reconoce que antes la izquierda benefició a la gente campesina, como su propia familia, hoy quiere que gane uno de los dos candidatos de derecha para que resuelva los apuros económicos. Doria Medina y Quiroga prometen un plan de shock muy similar basado en un recorte drástico del gasto público y el desmonte progresivo de los millonarios subsidios.
“Se va a iniciar una nueva etapa en la que lo más importante a va ser recobrar la estabilidad económica”, para salir del “estatismo y tener una economía capitalista”, dijo Doria Medina en una reciente entrevista con la AFP. El expresidente Quiroga promete un “cambio sísmico”. Casi ocho millones de bolivianos están convocados a ejercer su voto obligatorio este domingo.
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Anhelo de cambio
Después de 20 años del MAS en el poder, “el gobierno simplemente no puede echarle la culpa a nadie más” de la crisis, dice el internacionalista Pablo Calderón, profesor de la Northeastern University de Londres. Durante el gobierno de Morales, Bolivia triplicó su producción interna, redujo la pobreza de 60 % a 37 % y empoderó a la población indígena.
La mayoría de gobiernos izquierdistas que antes dominaron la escena política de la región perdieron su continuidad en la década pasada. Bolivia ha sido la excepción hasta ahora. Pero si finalmente la derecha asume el poder, Calderón advierte que esta no debería “dar giros extremos de 180 grados”, sobre todo en los programas sociales que ayudaron a mucha gente a salir de la pobreza.
Por lo pronto, los bolivianos están abiertos a los “cambios”: a liberar la economía y reducir el rol del Estado, sostiene Glaeldys González, analista del Crisis Group para Bolivia, Ecuador y Perú. “La situación actualmente es la peor que ha vivido esta generación a nivel económico, y yo creo que sí hay mucha más apertura a este tipo de políticas”, enfatiza.
Altura, hojas de coca y el Che
La capital más alta del mundo, hojas de coca, destino final del Che Guevara... Estas son algunas de las cosas para saber de Bolivia, país sudamericano inmerso en una profunda crisis económica que celebrará elecciones generales el 17 de agosto.
Altura sorprendente
Ubicada 3.657 metros sobre el nivel del mar, la capital administrativa La Paz, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo y con casi dos millones de habitantes teniendo en cuenta su periferia, es la ciudad capital a mayor altura en el mundo. Sus visitantes sufren con frecuenta síntomas clásicos del mal de altura, como dolores de cabeza, fatiga, náuseas y dificultad para respirar. Las tiendas de recuerdos en el aeropuerto de la vecina ciudad de El Alto, a 4.150 metros sobre el nivel del mar, venden pequeñas botellas de oxígeno para los afectados.
Expresidente indígena
Bolivia, con 11,3 millones de habitantes según el último censo de población de 2024, tiene una considerable población indígena de 36 etnias, cada una con su propio dialecto. Los quechuas y los aymaras son las principales. El líder cocalero Evo Morales fue el primer indígena boliviano en llegar al poder. Resultó electo en 2006 y pasó casi 14 años en el cargo.
Conocido entre los bolivianos y parte del continente simplemente como Evo, estuvo al frente de más de una década de fuerte crecimiento económico y una dramática reducción de la pobreza. No obstante, fue forzado a renunciar tras buscar extender su permanencia en la presidencia para un cuarto periodo en 2019. Morales quedó impedido de participar por un fallo constitucional que prohíbe más de una reelección presidencial. Además, pesa sobre él una orden judicial de detención en un caso de trata de menor cuando era presidente, cargo que él niega.
Cultivo de coca
Bolivia autoriza el cultivo y la comercialización de la hoja de coca, el principal componente de la cocaína, para masticar, hacer infusiones y rituales religiosos. El presidente saliente Luis Arce ha pedido a instituciones internacionales que retiren a la planta de la lista de sustancias controladas, con el objetivo de que productos como caramelos y pasta de dientes de coca puedan exportarse.
En la actualidad, Bolivia permite el cultivo de 22.000 hectáreas de hoja de coca para el consumo legal en el país. La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito estima en su último informe que según cifras más realistas esa superficie alcanza las 31.000 hectáreas, de las que una parte se destina al tráfico mundial de cocaína.
Escondite nazi
El criminal de guerra alemán Klaus Barbie fue uno de los muchos nazis que huyeron a Sudamérica tras la Segunda Guerra Mundial para escapar de la justicia. Una investigación reciente del semanario alemán Der Spiegel reveló que Barbie, quien se convirtió en un asesor de las dictaduras bolivianas de las décadas de 1960 y 1970, tuvo un papel clave en la creación de uno de los cárteles de la droga más importantes de Sudamérica gracias a sus conexiones con un barón de la droga boliviano.
El exjefe de la policía nazi en la ciudad francesa de Lyon, ocupada por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, fue extraditado de Bolivia a Francia en 1983 y en 1987 fue condenado a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad. Murió en prisión en 1991.
Destino final del Che
Fue en Bolivia en 1967 donde Ernesto “Che” Guevara dirigió su última campaña guerrillera en su intento de propagar su revolución izquierdista marxista por toda Latinoamérica. El ejército boliviano lo capturó a sus 39 años. Fue ejecutado en la pequeña localidad de La Higuera, al sureste del país andino. Tres décadas después, los restos del Che se encontraron en una fosa común, fueron devueltos a Cuba y allí fueron enterrados con honores militares.
Fuente: AFP.
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Elecciones en Bolivia: un millonario y un expresidente se miden el domingo
Uno es un expresidente y el otro un millonario. Entre estos dos perfiles estará muy probablemente el nuevo mandatario de Bolivia. Cualquiera pondrá fin a dos décadas de gobiernos de izquierda que terminan con una grave crisis económica.
El millonario Samuel Doria Medina y el exmandatario Jorge Quiroga (2001-2002) encabezan las encuestas que predicen una segunda vuelta entre ambos opositores de derecha el 19 de octubre. Ambos capitalizarán el rechazo del electorado al mandatario Luis Arce y al líder indígena Evo Morales, quien ejerció el poder entre 2006 y 2019.
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La principal carta de la izquierda es el presidente del Senado Andrónico Rodríguez, pero quien marcha muy rezagado de los punteros. Desde 2005, el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) ganó todas las elecciones en las que participó en primera vuelta con más del 50 % de los votos. ¿Quiénes son los aspirantes que desafían hoy su hegemonía?
Un millonario sobreviviente
Samuel Doria Medina, empresario paceño de 66 años que se define como socialdemócrata, participó sin éxito en tres elecciones presidenciales durante los últimos 20 años. En este cuarto intento, acude con la coalición Alianza Unidad.
Lidera la última encuesta de Ipsos-Ciesmori con 21,2% de las preferencias. “Vengo de una familia humilde (...), mi padre tuvo que dejar el colegio a los 14 años”, dijo en una reciente entrevista con la AFP.
Por décadas hizo fortuna con Soboce, una compañía de cemento que su grupo familiar vendió en 2014 por 300 millones de dólares. Ahora es propietario de la franquicia de Burger King en Bolivia e invierte en el rubro hotelero.
Estuvo secuestrado 45 días por la guerrilla peruana del MRTA en 1995 y fue liberado tras el pago de un millonario rescate, cuyo monto nunca fue revelado. Luego en 2005 sufrió un accidente aéreo en la región andina de Oruro.
Plantea renegociar créditos internacionales y eliminar el subsidio a los combustibles, una política que agota los dólares del país, genera largas colas en las gasolineras y es considerada la principal causa de la crisis. Su eslogan es “¡100 días, carajo!”. “Nosotros hemos planteado que en 100 días van a volver los dólares y la gasolina y el diésel”, asegura.
Heredero de un exdictador
Jorge Quiroga es un ingeniero de 65 años, graduado en la Universidad A&M de Texas, exempleado de la multinacional estadounidense IBM y hoy candidato de la alianza política Libre.
Más conocido como “Tuto”, apodo que agregó a su nombre oficial, fue vicepresidente del militar Hugo Banzer, un exdictador que a fines de los 1990 alcanzó la presidencia por la vía democrática. Lo reemplazó luego de su renuncia por cáncer en 2001 y 2002.
Buscó también la presidencia en 2005 y 2015, pero nunca tuvo tantas posibilidades como ahora. Ipsos-Ciesmori le da un segundo lugar con 20 % a una semana de los comicios. Se denomina liberal, pero también atrae los votos más conservadores.
“Me voy a dedicar a salvar la economía de Bolivia, a traer inversiones, a abrir mercados. Voy a hacer acuerdos de libre comercio con China, con Corea, con Japón, con Europa”, dijo a la AFP. Promete un “cambio sísmico”: bajar el déficit fiscal, reducir el Estado, privatizar todas las empresas públicas deficitarias e impulsar una nueva Constitución con giros “radicales”.
Un cocalero rezagado
Andrónico Rodríguez, presidente del Senado de 36 años, llegó a la política boliviana en 2020 de la mano de Evo Morales y de Arce. Luego de que ambos líderes se enfrascaran en una áspera disputa y rompieran la unidad del partido de gobierno, este politólogo y dirigente sindical de los cocaleros fue visto como una posible tercera vía de consenso para la izquierda.
Pero aunque en las primeras encuestas figuraba a la cabeza de la intención de voto, su popularidad se fue reduciendo hasta hoy. Ipsos-Ciesmori lo pone en quinto lugar con un 5,5 %.
Para postular tuvo que romper con su mentor político Morales, que también aspiraba a un nuevo mandato hasta que fue inhabilitado, y con el MAS de Arce. “Represento a una nueva generación”, dijo en un reciente debate televisado.
Fuente: AFP
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Bolivia: dos candidatos presidenciales de derecha lideran encuestas
Dos candidatos opositores al gobierno izquierdista de Bolivia, que está muy cerca de perder el poder después de casi 20 años, lideran las encuestas publicadas este domingo, las últimas autorizadas antes de las elecciones presidenciales del 17 de agosto. El empresario de centroderecha Samuel Doria Medina, que postula por la Alianza Unidad, está a la cabeza de los sondeos de Ipsos-Ciesmori y Captura Consulting, con un 21,2% y 21,6%, respectivamente.
Le sigue de muy cerca el expresidente de derecha Jorge Quiroga, de la coalición Libre, que figura con 20% en ambos estudios. De confirmarse la tendencia el próximo domingo en la elección, los dos candidatos disputarán un balotaje el 19 de octubre. Desde 2005, el izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS), de la mano de Evo Morales durante tres mandatos (2006-2019) y luego de Luis Arce (2020-2025), ganó todas sus elecciones en primera vuelta.
El MAS ve por primera vez amenazada su continuidad en una elección, en momentos que Bolivia atraviesa una grave crisis económica derivada de la escasez de dólares y que se ha convertido en la principal preocupación de los bolivianos en los últimos meses. El gobierno de Arce casi ha agotado sus reservas internacionales de divisas para sostener una política de subsidios. Importa combustibles para distribuirlos a precio menor en el mercado interno.
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La inflación interanual llegó en julio a un 24,8%, la cifra más alta por lo menos desde 2008. La situación ha castigado al MAS en las encuestas. Su candidato, el exministro de gobierno Eduardo del Castillo, aparece en el séptimo lugar entre nueve candidatos. La principal carta de la izquierda es el presidente del Senado Andrónico Rodríguez, un sindicalista cocalero alejado del oficialismo. Pero Captura Consulting lo coloca en el cuarto lugar (7,2%), mientras que Ipsos-Ciesmori en el quinto (5,5%).
Un fallo judicial que solo permite una única reelección presidencial dejó fuera de la carrera al expresidente Evo Morales, que aspiraba a un cuarto mandato. Morales ahora impulsa una campaña por el voto nulo, que según Ipsos-Ciesmori alcanza a un 14,6% del electorado. Desde octubre se resguarda en la zona cocalera del Chapare, en el centro de Bolivia, de una orden de captura por un caso de trata de menor que él niega.
Fuente: AFP.
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