Una mala noticia sacudió el entorno de la selección chilena ayer, debido a que el jugador Francisco Sierralta no podrá estar disponible para la triple fecha de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Qatar 2022.
Durante el último partido del Watford por la Premier League, el futbolista salió lesionado y de inmediato se activaron las las alarmas en la Roja, situación que finalmente no mejoró, debido a que fue liberado de los citados para los partidos ante Perú, Paraguay y Venezuela.
ARGENTINA
Argentina es el primer rival de Paraguay, al que debe recibir el próximo jueves. El DT Lionel Scaloni manifestó su preocupación con miras a la fecha triple de eliminatorias. Consideró que el periodo entre un partido y otro es corto y ello impide la correcta preparación para encarar los partidos. El plantel albiceleste, que llega en vuelo chárter mañana a Asunción, ya trabaja en Ezeiza. Hoy se completa la plantilla con la llegada de Lionel Messi, Ángel Di María y Leandro Paredes.
COLOMBIA
El atacante colombiano Miguel Ángel Borja, del Gremio de Brasil, sufrió una lesión en el tobillo izquierdo que lo dejará por fuera de la triple jornada del premundial sudamericano que se disputará a partir del jueves, informó su club, que lo tiene al paraguayo Mathías Villasanti en sus filas.
Dejanos tu comentario
Francisco y la paraguayidad
- Por Felipe Goroso S.
- Columnista político
En tiempos del emperador Tiberio, un hombre llamado Jesús, que predicaba la llegada del reino de Dios fue crucificado en Jerusalén por orden del prefecto romano Poncio Pilato. Este fue el inicio de un proceso histórico que lleva más de dos mil años de vigencia. Se han desarrollado en el Vaticano, las exequias del líder (político y religioso) más importante del mundo: la cabeza de la Iglesia Católica Apostólica Romana. En este caso, hablamos de Francisco, el papa número doscientos sesenta y seis. El mismo que ha tenido sucesivas y notables muestras de afecto hacia nuestro país. El pueblo paraguayo es profundamente católico. Cerca del 90 % declara subscribirse a esa religión y un porcentaje similar le asigna a la Iglesia católica entre las instituciones con mayor credibilidad.
“Era una mujer extraordinaria, la quería mucho. Ella me enseñó a pensar”, así describe Jorge Mario Bergoglio, en su autobiografía “Esperanza” a Esther Ballestrino. De padre uruguayo y madre paraguaya, Esther Ballestrino nació en 1918 en Uruguay, pero siempre se sintió paraguaya, país donde vivió gran parte de su vida. Ya como papa mantuvo siempre en su despacho de la Casa de Santa Marta, en el Vaticano, un retrato de Esther hasta el final de sus días. Como sacerdote y posteriormente arzobispo de Buenos Aires trabajó muy de cerca con la comunidad de paraguayos residentes y descendientes que han emigrado a esa ciudad.
La relevancia que tuvo Francisco en la paraguayidad se explica por sus permanentes muestras de afecto con nuestro pueblo, con nuestras costumbres y cultura. El protagonismo que le dio a las mujeres paraguayas y a nuestra calidad de buenos amigos que podemos ser. El cariño que dejó plasmado en hechos concretos como su visita misma, el cardenal paraguayo que nombró y elevar a Basílica el Santuario de la muy querida Virgencita de Caacupé.
En los funerales del papa Francisco, el Estado paraguayo estuvo representado por el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre, su esposa y la embajadora paraguaya. La designación vino de parte del presidente de la República, Santiago Peña. La serie de actos estuvieron marcados por la majestuosidad, sincronía, simbología, el misticismo, la solemnidad, belleza, escenificación, y liturgia de poder de la Iglesia católica. Todo eso y mucho más. Y todo repleto de mensajes y comunicación.
La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, nos convoca a observar con atención el siguiente paso que se dará ahora, el Conclave donde se elegirá al sucesor de Francisco. Sobre el mismo, se abren infinidad de teorías e hipótesis. Mirar con atención y relatar los sucesos, es lo mejor que podemos hacer desde el lugar que nos toca.
Dejanos tu comentario
Pontificado de Francisco: “Era alguien que supo hablar el lenguaje del mundo de hoy”
“Qué difícil es hacer un análisis o tener una perspectiva de cómo podíamos condensar en tan poco tiempo lo que fue este pontificado fascinante“, expresó el comunicador católico Pedro Kriskovich, en torno al papado del argentino Jorge Bergoglio, primer papa latinoamericano de la historia y el primero no europeo desde el siglo VIII.
"Era alguien que supo hablar el lenguaje del mundo de hoy. Por eso lo vamos a extrañar tanto, por eso lo lloran tanto hasta los ateos, los agnósticos", dijo en el programa “Fuego Cruzado” emitido por el canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Kriskovich recordó algunas enseñanzas dejadas por el papa Francisco desde su elección en marzo del 2013 y que marcaron importantes hitos en la historia de la Iglesia católica. “En el ámbito de la economía, el papa hablaba de la teoría del derrame, que él no creía en ella, que es mentira, que si le va bien a un cierto sector de la población, iría bien a todos”, indicó.
También hizo alusión a las enseñanzas que impartió el sumo pontífice a los comunicadores. “Primero, amar la verdad, amarla más que a uno mismo, segundo, comunicar la belleza. En ese sentido era muy crítico, que el periodismo no sea publicar siempre sangre", mencionó.
Leé también: Itaipú: 52 años del tratado que evitó un nuevo conflicto bélico entre Paraguay y Brasil
El comunicador mencionó que “como tercera enseñanza se encuentra el denunciar lo malo, la corrupción, que es una tarea nuestra, por supuesto. Mientras que el cuarto se centra en hacer memoria, el quinto me impresionó mucho y es el saber escuchar y que como periodista miremos la totalidad de la realidad“.
Kriskovich agregó que “fue un papa tan humano, supo leer al hombre que ha perdido la fe, que perdió el sentido de la vida”. El papa Francisco fue sepultado ayer sábado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, el primer sepelio de un pontífice fuera del Vaticano desde León XIII en 1903. Su pontificado estuvo marcado principalmente por la defensa de los migrantes, el medio ambiente y la justicia social.
Te puede interesar: Senador liberal repudia danza anticipada de presidenciables en la oposición
Dejanos tu comentario
El papa Francisco descansa ya en su última morada
El papa Francisco fue enterrado este sábado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, anunciada la Santa Sede, el primer sepelio de un pontífice fuera del Vaticano desde León XIII en 1903
La inhumación tuvo lugar a las 13H30 (11H30 GMT) durante una ceremonia íntima presidida por el cardenal camarlengo Kevin Farrell, en presencia de familiares del jesuita argentino, precisamente el Vaticano.
Su entierro, el primero de un papa fuera de los muros del Vaticano desde León XIII en 1903, terminará a 12 años de un pontificado marcado por la defensa de los migrantes, el medio ambiente y la justicia social.
Su tumba es fiel a la imagen de sencillez que se labró: de mármol procedente de la zona del norte de Italia de donde era originaria su familia y con “Franciscus” como única inscripción. El público podrá visitarla a partir del domingo.
Para su último viaje, su féretro recorrió las calles de la Ciudad Eterna a bordo del papamóvil, pasando frente a lugares emblemáticos como el Coliseo y los Foros Imperiales, en un soleado día de primavera.
Fuente: AFP
Dejanos tu comentario
Bergoglio fue antes que Francisco
- Por Aníbal Saucedo Rodas
- Periodista, docente y político
Jorge Mario Bergoglio fue un papa que descifró los códigos de su tiempo. Desde lo teológico, iluminó los grandes temas y problemas, algunos controversiales, que nos preocupan y agobian. E, incluso, fue más allá al añadir su impronta personal a varios dogmas de la Iglesia católica. Lo hizo desde la mirada del Nuevo Testamento y el segundo mayor mandamiento de Jesús: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. El primero, obviamente, es la disposición de amar a Dios “con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” (Mateo 22:34-40). Por eso es que fue tan polémico como sabio. Y supo utilizar los signos de la tecnología para una mayor comprensión de sus mensajes. Su contacto con periodistas y medios de comunicación fue fluido y sin intermediarios. Probablemente, de esas conversaciones y algunos mensajes sectorialmente direccionados surgieron las certeras apreciaciones sobre la política, la cultura, la mujer en la sociedad (y, sobre todo, en cargos de jerarquía dentro del propio Vaticano), el apego a las riquezas mundanas, el cambio climático y el ideal de una “Iglesia pobre para los pobres”. Supo hacerse entender desde una filosofía practicada a partir de la realidad y con un lenguaje claro y sencillo. Frases cortas, pero contundentes, como aquella dedicada a la mujer paraguaya que ya pasará a formar parte de nuestra historia colectiva: “En toda América, es la más gloriosa”. Tampoco negó la bendición a las parejas del mismo sexo.
En cuanto a la política, subrayaba que “la búsqueda del poder a cualquier precio lleva al abuso y a la injusticia”, razón por la cual debe constituirse en “un vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre”. De lo contrario, si quienes se dedican a ella no “la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e, incluso, destrucción”. Valores que, evidentemente, ya no adornan este quehacer envolvente del ser humano, al priorizarse los egoísmos y las apetencias personales por encima del bien común, que es el fin último de la política.
Esta preocupación de Bergoglio no nació con Francisco. Hasta diría que tiene su Pedro Páramo (de Juan Rulfo). Un libro pequeño, pero de alcance universal: “La nación por construir: utopía, pensamiento y compromiso” (2005). Desarrolla con habilidad discursiva las encrucijadas de la crisis global. Y que es “global porque comprende una hermenéutica, una forma de entender la realidad. Esa realidad somos nosotros como nación en movimiento, como obra colectiva en permanente construcción, e incluye tanto la dimensión espacial como temporal, el lugar y el tiempo donde nuestra historia se encarna”. Por eso reflexionaba sobre la “discontinuidad de la memoria relacionada con el tiempo y la historia”, entendida (esa discontinuidad) como “la pérdida o ausencia de los vínculos en el tiempo y el entretejido socio-político que constituye a un pueblo”. Y, luego, la estocada lacerante: “Somos parte de una sociedad fragmentada que ha cortado los lazos comunitarios. Esta realidad se debe a un déficit de memoria, concebida como la potencia integradora de nuestra historia, y a un déficit de tradición, concebida como la riqueza del camino andado por nuestros mayores”.
Esa ruptura dificulta el diálogo intergeneracional sobre “las inquietudes y preguntas que unen al pasado con el presente y a este con el futuro”. A la discontinuidad añadió la dimensión del desarraigo, perdiéndose el sentido de la trascendencia, así como la caída de las certezas: “La patria, la revolución, incluso la solidaridad, tienden a ser vistas con curiosidad, burla o escepticismo”. En síntesis, la visión humanista de la vida, de comprensión en las diferencias, del amor al otro y de la urgencia de una iglesia que restituya los valores perdidos en la sociedad de hoy no nacieron con Francisco. Ya venían con el amplio conocimiento con que Bergoglio aterrizó en el Vaticano.