París, Francia. AFP.
La posible llegada de la superestrella Lionel Messi al París Saint-Germain puede representar una locura para un club con las finanzas limitadas por la pandemia, pero el aura mundial del argentino le garantiza ingresos que pueden amortizar su coste.
Sin haber firmado todavía por el PSG (una “posibilidad”, según Messi) el atacante ya provoca humo en las calculadoras.
Con un salario evaluado por la prensa francesa en unos 40 millones de euros netos por año (47 millones de dólares), Messi se movería en los mismos niveles que Neymar (36 millones de euros; 42 millones de dólares). El brasileño era hasta el momento el futbolista mejor pagado de la historia en Francia.
A escala global no hay muchos a la altura del argentino: la revista especializada Forbes le sitúa segundo entre los deportistas mejor pagados en el 2021, por detrás de la estrella de MMA Conor McGregor.
La “Pulga” con ingresos de gigante (110 millones de euros en total), patrocinada por Pepsi y Adidas, supera a Cristiano Ronaldo, LeBron James o Roger Federer.
“Estamos en otro planeta, es estratosférico”, la llegada de Messi sería “un evento que solo ha pasado una o dos veces en el fútbol, con Maradona cuando firmó por el Nápoles o cuando Zidane fue al Real Madrid”, dice Virgile Caillet, delegado general de Union Sport et Cycle.
Aunque ya tenía un vestuario lleno de estrellas, el PSG dobló la apuesta e hizo hueco al astro argentino, encontrando la solución de una difícil ecuación financiera.
ES UN SEGURO
Messi también es la promesa de “desarrollar nuevos horizontes de marketing. Encaja perfectamente en la estrategia del PSG”, analiza Christophe Lepetit, responsable de estudios económicos del Centro de Derecho y de Economía del Deporte (CDES, por sus siglas en francés) de Limoges.
“Messi es un seguro. Desde que lo contratas tienes un número de ingresos adicionales casi automático: productos derivados, boletería, patrocinios. Es infalible”, apunta Virgile Caillet. A diferencia de Neymar y Kylian Mbappé, fichados por más de 400 millones de euros (470 millones de dólares) en el verano (boreal) del 2017, el PSG no ha tenido que pagar nada al FC Barcelona: el jugador tiene la carta de libertad. “Para la amortización solo cuenta el salario, es mucho más asequible”, añade Caillet.