Para Henrique da Silva fue algo inolvidable ser campeón de América con el Olimpia. Al cumplirse 19 años de aquella gesta, el lateral izquierdo comentó en contacto con “Versus radio” por Universo 970 AM, que una gran cantidad de gente estaba esperando el arribo de la delegación hasta Asunción. A las 2:00, con un frío impresionante. En ese momento, el futbolista brasileño tuvo certeza que estaba en uno de los mejores clubes.

Aquel 31 de julio del 2002, Olimpia levantó el 0-1 encajado de local, dio vuelta el 1-0 del primer tiempo y ganó el partido 2-1 con los goles del argentino Gastón Córdoba y Richart Báez, en un lapso de diez minutos. Al emparejarse la serie, se recurrió a la tanda de los penales.

Hay varias anécdotas de aquel bonito desenlace, contadas por un protagonista de lujo.

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“Lo primero que se me viene a la mente es el penal del Mauro Caballero (el último para asegurar el título de América). Todos saliendo, corriendo para ir a abrazar al ‘Mono’ Tavarelli”, recordó.

En medio de la tensión, contó que Juan Franco, quien debía ejecutar el último penal, pero no fue necesario cuando dos brasileños del São Caetano fallaron, quería definir con el quinto remate.

“El ‘Choco’ Franco es un niño grande. Cuando fue Mauro (Caballero) para patear dijo: ‘Ojalá que Mauro falle’. Franco quería definir como contra Gremio (en semifinales) y le dije que estaba loco”, contó entre risas.

Pasó cuatro años de su vida en el Olimpia, con todos tuvo buena relación, pero unos se ganaron en mayor medida su alta estima.

“Si tengo que elegir a tres compañeros, son Orteman (Sergio) por ser mi cuate, Rodrigo López y Nelson Zelaya. Los cuatro años que estuve en Olimpia, siempre concentré con Zelaya”, rememoró con nostalgia.

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