Paraguay, que sufrió la baja por una lesión muscular del ofensivo Miguel Almirón, se enfrenta hoy a Perú por los cuartos de final de la Copa América en Brasil. No hay margen de error, ni espacio para ningún tipo de especulaciones. El que haga mejor las cosas pasa de ronda, el otro queda al margen del torneo tras una primera etapa en la que lograron avanzar cuatro, de cinco selecciones de los grupos A y B, respectivamente.
La Albirroja tiene otra oportunidad para salir de la irregularidad, ya alternó buenos y malos resultados, además el rendimiento tuvo su pico más alto con la victoria sobre Chile (2-0). Sin embargo, quedaron muchas dudas tras los juegos ante Argentina y Uruguay, en ambos casos, con derrota por la mínima diferencia (1-0).
El entrenador Eduardo Berizzo plantea un par de cambios en el equipo inicialista, ya que además de Miguel Almirón, hay otros jugadores con molestias y contusiones.
Perú había comenzado muy mal su trajinar en la competición, en la que cayó 4-0 frente al local y favorito Brasil. Sin embargo, pudo y supo reponerse para terminar en la segunda posición del grupo B. La Albirroja propondrá un partido de igual a igual y saldrá por todo. Tiene un rival que cuenta con individualidades que pueden hacer la diferencia.
El volante Diego Gómez se constituye tempranamente en gran duda de Paraguay para la Copa América 2024, a jugarse en los Estados Unidos.
Su club, el Inter Miami, confirmó ayer lunes que el futbolista sufrió el sábado un esguince del tobillo derecho grado tres con desprendimiento de huesos, estimándose el tiempo de recuperación entre cuatro a seis semanas para la realización de alguna actividad específica.
De esta forma si Gómez es convocado por el entrenador Daniel Garnero para la Copa América, a jugarse del 20 de junio al 14 de julio, eventualmente llegaría con lo justo y sin el ritmo ideal para competir al más alto nivel.
El futbolista de 21 años fue pieza fundamental del equipo paraguayo Sub-23, que en febrero pasado se coronó campeón sudamericano en Venezuela y logró la clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024, a jugarse en la capital francesa entre el 24 de julio y el 10 de agosto.
Daniel Garnero, DT de la Albirroja absoluta, había adelantado que Gómez iba a ser tenido en cuenta para la selección mayor, estableciendo la prioridad entre las dos competencias.
Gerardo “Tata” Martino, DT del Inter Miami, dijo que el afectado solo sería liberado para una competencia, es decir, que Paraguay debía elegir convocarlo para la Copa América o los Juegos Olímpicos.
Por ahora, lo más factible es que llegue en mejores condiciones para tomar parte de los Juegos Olímpicos con la selección Sub-23.
Para Trinidense, el colero del grupo D de la Copa Sudamericana, la victoria es impostergable teniendo en cuenta que una nueva derrota lo dejará muy lejos de la zona de clasificación a la fase de octavos de final o por lo menos del segundo lugar del grupo, para tener derecho al partido de repechaje a jugarse contra uno de los terceros de la Libertadores, por un lugar a la siguiente etapa del segundo torneo en importancia, organizado por la Conmebol.
En la fecha pasada, Triqui tuvo una buena actuación frente a Boca Juniors, en la mismísima Bombonera, donde en largos pasajes del compromiso le jugó de igual a igual a los boquenses, pero todo el esfuerzo quedó en la nada porque no le sirvió para evitar la derrota de 1 a 0.
En la fecha inaugural del grupo D, el cuadro de Trinidad cayó frente al equipo brasileño de Fortaleza, en el estadio Defensores del Chaco, por 2-0, por lo que esta noche conseguir la victoria será fundamental para apuntalar una futura clasificación.
Eclesiastés 3 dice: “Hay un tiempo para todo. Todo tiene su momento oportuno; hay tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: tiempo para nacer y tiempo para morir; tiempo para plantar y tiempo para cosechar; tiempo para matar y tiempo para sanar; tiempo para destruir y tiempo para construir; tiempo para llorar y tiempo para reír; tiempo para estar de luto y tiempo para bailar; tiempo para esparcir piedras y tiempo para recogerlas; tiempo para abrazarse y tiempo para apartarse; tiempo para buscar y tiempo para perder; tiempo para guardar y tiempo para desechar; tiempo para rasgar y tiempo para coser; tiempo para callar y tiempo para hablar; tiempo para amar y tiempo para odiar; tiempo para la guerra y tiempo para la paz”.
La política se enfrenta a una paradoja tremenda. Los ciudadanos tienen cada vez más acceso a información, pero a la par la capacidad que se tiene de prestarle nuestra atención a los mensajes es cada vez menor, pasa lo mismo con la capacidad de retención que es cada vez más corta. Diversas investigaciones coinciden en el siguiente dato: en los últimos quince años el ser humano promedio ha pasado de dieciocho a doce segundos. Brutal. Pero hay otro dato más brutal aún; diecisiete milisegundos (sí, milisegundos) es el tiempo que se toma una persona para decidir si es que lo que está mirando le interesa o no seguir viendo, leyendo o prefiere pasar de largo, hacer zapping. He ahí la paradoja para la comunicación política en general y en particular en su vertiente gubernamental, porque usualmente los gobiernos prefieren emitir mensajes en formato de datos, cifras, pero con eso no se logra captar la atención; si se quiere cautivar, se debe emocionar (y en las emociones también se incluyen las negativas, incluso la generación de controversias). Y al estar en función de poder (esto abarca a todos quienes ocupan algún espacio de decisión) también se deben comunicar resultados. Se precisa de mucha versatilidad, además de una obvia creatividad y un contenido ejecutado con base en ejes y líneas estratégicas.
Al mismo tiempo, la agenda de temas que están en el campo de acción de una persona con poder usualmente son complejos de argumentar. Requieren de más tiempo tanto en su presentación, ni que decir en la resolución de los mismos. Mientras tanto, la población tiene urgencias. Es necesaria una articulación que está muy lejos de ser sencilla. Ahí radica la relevancia que cobran las imágenes.
En la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, hay tiempo para todo. Es vital saber leer y medir los mismos. Tanto a la hora de pensar como también de ejecutar, teniendo como prioridad que el mensaje llegue a quien queremos y con el framing que nos interesa y que a nuestro parecer es el más conveniente.
La 12.ª ronda del Apertura termina hoy con dos cotejos que tienen su atracción. En Sajonia, Olimpia, con su nueva estrategia enfrenta al siempre complicado Sol de América y en PJC, 2 de Mayo recibe a Luqueño, en un cotejo entre equipos que necesitan recuperarse luego de sus últimas caídas.
El entrenador Martín Palermo, consciente de que la propuesta futbolística del cuadro olimpista no convence, ensayó en la semana un cambio en el sistema táctico, del mediocampo para arriba, donde incluyó a tres volantes fijos (Fernando Cardozo, Marcos Gómez y Ramón Martínez), un enganche (Derlis González) y dos delanteros; uno por fuera (Lucas Pratto) y otro dentro del área (Aarón Páez). Páez que siempre fue uno de los goleadores en las forma t i v a s decanas y que ya tuvo su paso en P r ime r a División, será el Sub-19 del equipo.
La mayor virtud del Danzarín es el orden con que encara cada compromiso. Es un equipo que no se desordena nunca en defensa y utiliza mucho los extremos para realizar sus peligrosos contragolpes. Es un rival de mucho cuidado.
En PJC, 2 de Mayo y Luqueño se sacarán chispas, por la necesidad que tienen de reivindicarse. El cuadro norteño viene precedido de tres jornadas sin victorias, en las que se incluyeron dos derrotas y un empate. El equipo auriazul, por su parte, viene de caer ante el Racing argentino por Copa Sudamericana y esta noche necesita de la victoria, antes de seguir su aventura internacional, donde le espera el próximo jueves Coquimbo Unido, en Chile.