Londres, Reino Unido. AFP.
Como otros favoritos de la Eurocopa-2020, Inglaterra se la juega hoy contra República Checa, en un partido donde pese a su ya clasificación a octavos de final, se lo medirá por el modo en que juega. Simultáneamente, Escocia y Croacia chocan en Glasgow y el eventual ganador todavía podrá al menos hacerse con una de las plazas de mejor tercero.
En el camino de los clasificados en este grupo estarán fuertes rivales: Francia, Alemania o Portugal. Muestra de la profunda conmoción que dejó el insípido 0-0 ante Escocia el viernes, algunas voces se han preguntado este fin de semana sobre la conveniencia de terminar en segundo lugar y afrontar unos octavos menos exigentes, ante el subcampeón de la llave B, integrada por Bélgica, Dinamarca, Finlandia y Rusia.
El desenlace está a la altura del entusiasmo que rodeaba a este joven y talentoso equipo antes de entrar en liza en la Eurocopa. Con un grupo de 26 construido en torno al Manchester City, campeón de Inglaterra y finalista de la Liga de Campeones; Chelsea, vencedor de la Champions, y Manchester United, finalista de la Europa League, Inglaterra contaba con beneficiarse de la dinámica positiva de sus clubes.
Pero tras un debut esperanzador contra Croacia (1-0), las dudas sobre el sistema y los jugadores han renacido. La juventud de la plantilla – el once dispuesto el viernes, de 25 años y 31 días de media, fue el más joven de Inglaterra en una competición internacional– es la explicación para algunos.
Sin embargo, es sorprendente que tres años después de una semifinal del Mundial, con ocho de los once titulares todavía en el grupo, el equipo de Gareth Southgate parece que está en rodaje todavía. “Frente a Escocia muchos han vivido una experiencia muy diferente de lo que han podido conocer hasta ahora”, dijo el seleccionador después de medirse a una selección que llevaba 23 años sin disputar la fase final de una gran competición.