• POR MARTÍN VILLAGRA
• Periodista
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Todo al revés. Brasil le hizo precio a Para­guay, ganó y le des­pojó el invicto. La Albirroja sale peligrosamente de zona de clasificación. Gran parte de la culpa es del entrenador Eduardo Berizzo, quien hizo cosas inexplicables. Lo sacó de la defensa y lo tiró al medio a Júnior Alonso para correrlo a Neymar. Ubicó por derecha a Mathías Villasanti y aguantó demasiado tiempo a un lento Gastón Giménez, más confun­dido que su propio entrena­dor. Solo se maquilló la ambi­ción con los ingresos, aunque tardíos de Antonio Bareiro y Óscar Romero.

Dio la impresión que hubo penal contra Miguel Almi­rón al minuto. Paraguay salió a presionar, pero “alocada­mente”. A los tres minutos llegó el gol de Neymar. Des­borde y centro perfecto de Gabriel Jesús. Ya eran serios los problemas defensivos y dudas. A partir de ahí, se jugó otro partido. Un bombazo de Omar Alderete sacó especta­cularmente el arquero Eder­son. Richarlison llegó a un mano a mano, que salvó de milagro el golero Antony Silva. Se generaron algunos toques, algo de trabajo y convenci­miento para mejorar el trato de la pelota. Miguel Almirón casi llegó al gol. El pase y des­borde de Robert Rojas fueron buenos. El remate fue desviado en el defensor Militão.

Había un segundo tiempo para revertir la mala situación. La Albirroja acusó el cansancio, ya que se corrió mal en el intento de presionar a una selección como Brasil, con demasiados recursos. A ritmo de entrena­miento jugó en el Defensores y no se apuró nunca.

Paraguay tuvo casi nada en ofensiva con el resultado adverso. Brasil estaba para el segundo y era cuestión de apretar el acelerador. Un tímido golpe de cabeza de Gustavo Gómez tras un late­ral de Robert Rojas, más otro remate mordido de Alberto Espínola, bien conjurado por el portero rival, quizás fue lo más importante. Hubo ganas, pero no alcanza, faltan ideas y profundidad.

En tiempo agregado, Neymar robó un balón, habilitó a Paquetá, quien puso el segundo gol de Brasil con remate seco. Más que merecido. Castigo duro para Paraguay, que lo complica en todo.

Recién dentro de tres meses se jugará el siguiente combo de partidos, ya que por ahora toda la aten­ción a nivel de selecciones estará centrada en la realización de la Copa América, que tiene como sede única a Brasil tras la baja de Argentina y Colombia.

Paraguay debe viajar a Quito para enfrentarse a Ecuador el 5 de setiembre, en tanto tres días des­pués se inicia la rueda de revanchas, oportunidad en la que se recibirá en Asunción a Venezuela, este último rival al que la Albirroja había vencido (0-1) en condición de visitante.

Ambos partidos corresponden a la novena y décima fecha, respectivamente. En tanto, se espera en breve la reprogramación de los partidos pendientes de regularización ante Chile (de visitante, en Santiago) y Colombia (de local), de la quinta y sexta fecha, respectivamente, que no pudieron rea­lizarse en marzo a raíz del peligroso avance de la pandemia del covid-19 en los diferentes países de Sudamérica.