Santos, Brasil. AFP.

Santos goleó 3-0 a Boca Juniors este miérco­les en Brasil y se clasi­ficó a la final de la Copa Liber­tadores 2020, en la que se enfrentará al Palmeiras (eli­minó a River Plate) con la moti­vación de convertirse en el pri­mer equipo brasileño en ganar cuatro títulos de la competi­ción americana.

El Peixe que dirige Alexi Sti­val “Cuca” despachó con sol­vencia en el estadio Vila Bel­miro al campeón argentino, tras el 0-0 en Buenos Aires, con anotaciones del volante Diego Pituca (16′), el medio­campista venezolano Yefer­son Soteldo (49′) y del extremo Lucas Braga (51′).

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“Ahora hay que celebrar y pen­sar en los días que faltan para la final, nos merecemos el premio de hoy”, dijo Soteldo.

En una noche destacada del atacante Marinho, que hizo suya la banda derecha, los bra­sileños sometieron sin piedad a los xeneizes de Miguel Ángel Russo, que carecieron de alma y jugaron con diez hombres desde el minuto 56, cuando el colombiano Frank Fabra fue expulsado.

En la primera final brasileña de Libertadores desde el 2006, cuando Internacional venció a Sao Paulo, Santos y Palmeiras lucharán por el título el 30 de enero en el mítico Maracaná, en Río de Janeiro.

SANGRE, SUDOR, LÁGRIMAS

De la cabeza de Lucas Verís­simo chorreaba sangre, de la de los jugadores de Boca ape­nas sudor. La imagen del defen­sor brasileño ensangrentado, tras un choque aéreo, retrató el partido en Santos.

A lo largo de la Copa lo del Peixe no ha sido deslumbrar con fútbol estéticamente admirable. Lo suyo ha sido adaptarse a lo que el partido exige: si para ganar tiene que atacar, ataca; si tiene que con­tragolpear, contragolpea; si tiene que recular, recula. Y, pese a sus problemas finan­cieros y la sanción para con­tratar jugadores, siempre con actitud.

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