Osvaldo Domínguez Dibb, el dirigente más laureado del fútbol paraguayo y presidente honorario del Olimpia, despi­dió a su “querido amigo Abra­ham Zapag”, ex presidente de Cerro Porteño, quien a la edad de 88 años, falleció el martes 1 de diciembre.

Don Abraham encabezó la dinastía Zapag en el Ciclón, le dio al pueblo cerrista el recordado título de campeón en aquella lejana temporada 1977, última consagración de la gloriosa década del 70, que incluyó los campeonatos del 70, 72, 74 y 77. Desde esa época dorada, el apellido Zapag quedó grabado con letras de molde en la historia del fútbol paraguayo.

Abraham Zapag fue objeto de muchos homenajes póstumos durante la semana.FOTO:NÉSTOR SOTO

“Ha partido a la eternidad mi querido amigo ‘Ito’ Zapag. Mucha gente creerá que nues­tra relación se limitaba a la rivalidad que marcó el fútbol paraguayo en las décadas de los 70 y 80, él dirigiendo su amado Cerro Porteño, yo al frente de mi amado Olimpia. En la can­cha y por 90 minutos éramos adversarios enconados, pero siempre leales. Fuera de la cancha ‘Ito’ y yo fuimos gran­des amigos, de aquellos que se tienen respeto y admiración mutua”, expresa el escrito de ODD al inicio.

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“Nuestros padres cruzaron medio mundo, procedentes de Siria, para buscar un futuro para sus hijos y su descenden­cia. Los dos crecimos en un ambiente de trabajo, de fami­lia, donde no tenían cabida ni la haraganería ni las distrac­ciones inútiles. Aquellos labo­riosos inmigrantes árabes ape­nas se permitían descansos y tanto ‘Ito’ como yo honramos ese legado de esfuerzo y dedi­cación a lo largo de nuestras vidas”, agrega.

“Me consta que toda la pros­peridad que ‘Ito’ logró cons­truir fue fruto de su empeño, de su sacrificio y capacidad. Y no me refiero solo a los bienes materiales, sino sobre todo a la familia que forjó, a la que deja un valioso ejemplo. En torno al fútbol tuvimos desacuer­dos, algunos de ellos ásperos. Siempre defendí mis convic­ciones de frente y sin doble­ces. Y delante de mí se hallaba ‘Ito’, con la misma firmeza. Era el choque de dos rocas. Sin embargo, jamás permiti­mos que el vínculo se rompiera. Los que me conocen saben que no soy de regalar elogios, pero ante la partida de ‘Ito’ Zapag debo decir que fue un hom­bre que combinó inteligencia y carácter en los negocios, el deporte y en todos los cam­pos en los que trabajó. Con él se va un luchador de raza, de los que lamentablemente van quedando pocos en nuestro país. Abraham, descansa en paz, amigo”, concluye.

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