San Pablo, Brasil. AFP.
Los dedos de una mano no alcanzan para contar las ausencias. Sin Neymar, Casemiro y Coutinho, el líder Brasil estrena ataque el viernes ante una Venezuela ávida de sumar para salir del fondo del clasificatorio sudamericano.
El vacío de los tres titulares y de otros cuatro suplentes habituales (Gabriel Menino, Eder Militao, Fabinho y Rodrigo Caio) pondrá a prueba, de nuevo, la capacidad del grupo de Tite de reinventarse. Aunque el rival, en el estadio Morumbí de San Pablo, pinta manso. Con dolencia en los aductores, el 10 del PSG se guarda para el duro partido contra Uruguay, el martes en Montevideo.
Tite perdió este jueves al lateral o volante Gabriel Menino (Palmeiras), positivo por covid-19. Los demás futbolistas dieron negativo, según el médico de la selección, Rodrigo Lasmar.
Si Brasil resiente ausencias, Venezuela celebra el regreso de hombres clave. Y se muestra optimista para arañarle puntos a la “Canarinha” pese al mal sabor que dejó en su debut premundialista, con sendas derrotas ante Colombia (3-0) y Paraguay (1-0).
UN CLÁSICO
Tras dos fechas de la clasificatoria, las selecciones de Chile y Perú no conocen de triunfos.
En el encuentro que disputan hoy en Santiago buscan su primera victoria, en lo que se avizora un “Clásico del Pacífico” de dientes apretados.
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Brasil empieza por fin a vacunar a su población
El gobierno brasileño adelantó para este lunes el lanzamiento de su campaña nacional de vacunación contra el coronavirus, después que el estado de Sao Paulo iniciara el domingo la inoculación sin esperar la orden de largada, en abierto desafío al presidente Jair Bolsonaro.
“Después de oír a los gobernadores, llegamos a la conclusión de que hoy mismo distribuiremos las vacunas a los estados” y que estos “podrán empezar a vacunar” de inmediato, dijo el ministro de Salud, Eduardo Pazuello, que inicialmente preveía iniciar el proceso el miércoles, con la vacuna china Coronavac aprobada para uso de emergencia.
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Rio de Janeiro, el estado proporcionalmente más afectado por la pandemia, prevé las primeras inmunizaciones a partir de las 17H00 (20H00 GMT) junto a la estatua del Cristo Redentor que domina la ciudad.
En Amazonas, golpeado por una segunda ola de la pandemia que provocó un aumento de muertes por falta de oxígeno en los hospitales, el cargamento debe llegar al final de la tarde y las vacunaciones empezarían el martes.
Pero el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria -un probable adversario de Bolsonaro en las elecciones de 2022-, ganó la foto que aparece en la portada de todos los diarios junto a una enfermera negra, que se convirtió el domingo en la primera brasileña en ser vacunada.
Un centenar de personas fueron inmunizadas ese mismo día y el proceso se prosiguió desde las primeras horas del lunes en el Hospital de Clínicas de la capital económica del país, centrada en los profesionales de salud.
“Estoy emocionada y me gustaría que todos los brasileños tuviesen ahora acceso a esta vacuna”, dijo llorando a la AFP Katia Pereira, una enfermera de servicios infantiles, tras recibir el inmunizante.
La vacunación en Brasil, donde la pandemia ya dejó 210.000 muertos (un balance superado solo por Estados Unidos) arranca de todos modos con varias semanas de atraso respecto a los países más afectados, incluyendo algunos de la región como Argentina, México o Chile.
Bolsonaro: “La vacuna es de Brasil”
Pazuello criticó una “jugada de márketing” de Doria y Bolsonaro se indignó: “La vacuna es de Brasil y no de un gobernador”, dijo a simpatizantes en Brasilia. Doria pudo adelantarse porque el regulador sanitario (Anvisa) autorizó el domingo el uso de emergencia de 6 millones de dosis de la Coronavac, producida por el laboratorio chino Sinovac junto al Instituto Butantan, del estado de Sao Paulo.
También autorizó el uso de dos millones de vacunas de la británica AstraZenevca/Oxford, en cooperación con la Fundación Fiocruz (del ministerio brasileño de Salud), por las que apostaba Bolsonaro en esta carrera, pero que aún deben llegar al país desde India.
Bolsonaro tuvo que resignarse a adoptar un inmunizante al que se refería despectivamente como “la vacuna china de Doria”. La respuesta a la pandemia fue tema de polarización política desde el primer caso registrado en Brasil hace once meses, sembrando confusión en un país reputado por su extensa red de servicios públicos de salud y un histórico de campañas de vacunación exitosas.
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Bolsonaro puso en duda la eficacia de las vacunas y ha estado sistemáticamente en contra de las restricciones impulsadas por los gobernadores para frenar los contagios, alegando la necesidad de evitar un derrumbe económico. Suele además circular en público sin mascarilla y preconiza un supuesto “tratamiento precoz” contra el virus, con medicamentos cuya eficacia no tiene comprobación científica.
La decisión de Anvisa “es una derrota para quienes pregonaban contra la vacuna (...), empezando por el presidente [Bolsonaro], que hablaba mal de la vacuna promovida por Butantan, como si fuese una disputa entre estados”, dijo a la AFP el investigador Christovam Barcellos, de la prestigiosa Fundación Fiocruz.
“Esa competencia (...) es pésima, incluso porque puede provocar un alza de precios” de las vacunas, agregó Barcellos, quien espera que la fabricación de los inmunizantes en Brasil se inicie rápidamente.
Fuente: AFP.
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Preocupa la cifra de deforestación en la selva amazónica 2020
La selva amazónica brasileña perdió 8.426 km2 en 2020 a causa de la deforestación, un 8% menos que el año anterior, aunque sigue siendo una cifra extremadamente preocupante para los especialistas, que cuestionan la política ambiental del presidente Jair Bolsonaro.
La superficie deforestada es cinco veces superior a la de la ciudad de Sao Paulo, la mayor de América Latina, según los datos divulgados este viernes por el Instituto de Investigaciones Espaciales (INPE), basados en observaciones satelitales.
Equivale a la desaparición de dos canchas de fútbol por minuto (con un total de 1,2 millones de canchas).
En diciembre, el desmate fue de 216 km2, frente a 190 km2 en el mismo mes de 2019.
Los meses de mayor devastación fueron, como cada año, los de la temporada seca, con 1.658 km2 deforestados en julio y 1.358 km2 en agosto.
En 2019 el área arrasada alcanzó un récord de 9.178 km2 (+85%). Muchos expertos relacionaron ese aumento con la llegada al poder de Bolsonaro, que alienta el desarrollo de actividades agropecuarias y mineras en la selva tropical.
“Bolsonaro lleva dos años de mandato y los peores datos ocurrieron bajo su gestión”, deplora Marcio Astrini, de la ONG Observatorio del Clima.
“Los incendios forestales, tanto en la Amazonía como en el Pantanal, también se incrementaron dos años consecutivos. No son coincidencias, sino el resultado de políticas de destrucción ambiental impulsadas por el actual gobierno”, agregó.
Los datos divulgados recientemente proceden del sistema DETER, que trata en tiempo real las alertas de deforestación enviadas por los satélites.
El INPE usa otro sistema, denominado PRODES, que presenta también los datos de deforestación en el año de referencia que va de agosto (inicio de la temporada seca) a julio del año siguiente.
Y esas cifras son aún más alarmantes, pues revelan que entre agosto de 2019 y julio de 2020 la deforestación amazónica llegó a 11.088 km2, en alza de 9,5% respecto al año de referencia precedente.
Los incendios forestales en la región se incrementaron en 2020 en un 16%, con 103.000 focos contabilizados por los satélites, informó AFP.
También se contabilizaron 22.000 focos (+120%) en el Pantanal, el mayor humedal tropical del planeta, que perdió casi un tercio de su superficie a causa del fuego.
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Brasil aplica primera vacuna contra COVID-19 en medio de una guerra política
Brasil aplicó este domingo, a una enfermera en Sao Paulo, la primera vacuna contra el COVID-19 en un país confrontado a una virulenta segunda ola de la pandemia, tras el aval al uso de emergencia de dos inmunizantes, el chino Coronavac y el británico de Astrazeneca/Oxford.
El gobierno brasileño calificó sin embargo esa vacunación como una “jugada de márketing” del gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, enfrentado con el presidente Jair Bolsonaro, e indicó que el plan nacional de vacunación empezará oficialmente el miércoles.
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Mônica Calazans, una mujer negra de 54 años, que trabaja en una unidad de terapia intensiva, recibió la primera dosis de CoronaVac, producida por la firma china Sinovac en asociación con el Instituto Butantan de Sao Paulo, el estado más poblado, que registra casi un cuarto de los cerca de 210.000 muertos por coronavirus en el país.
El ministro de Salud, Eduardo Pazuello, afirmó que cualquier movimiento “por fuera” de los planes del ministerio “está en desacuerdo con la ley” porque “desprecia la igualdad entre los estados y entre todos los brasileños”. Precisó que las 6 millones de Coronavac que forman parte del pedido de uso de emergencia empezarán a distribuirse el lunes entre los 27 estados brasileños.
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Su aplicación dará prioridad a los trabajadores de la salud, los mayores de 75 años y las personas con más de 60 años en hogares residenciales, así como la población indígena. La otra vacuna aprobada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (anvisa) es la británica de AstraZeneca/Oxford, desarrollada en asociación con la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz, del Ministerio de Salud de Brasil).
El gobierno brasileño esperaba concretar este fin de semana la importación de dos millones de dosis de esa vacuna desde la India (donde son fabricadas por el Instituto Serum), pero el gobierno indio, en pleno inicio de su propia campaña de vacunación, no le ha dado aún la luz verde.
Críticas al gobierno
La aprobación de las primeras vacunas en Brasil ocurre en medio de un recrudecimiento de la enfermedad, con balances diarios de más de 1.000 muertos en el país y una situación dramática en Manaos, la capital del estado de Amazonas (norte), con reportes de muertes de personas por falta de oxígeno en los hospitales desbordados.
A pesar de contar con una extensa red de servicios públicos de salud y un histórico de campañas de vacunación exitosas, Brasil ha sido criticado por la demora en el inicio de la inmunización y por la politización de la pandemia. La disputa es el capítulo más reciente del enfrentamiento entre Bolsonaro y Doria, que se perfila como uno de sus principales rivales en las elecciones presidenciales de 2022.
El presidente de ultraderecha llegó a poner en duda la eficacia de la Coronavac y ha estado sistemáticamente en contra de las restricciones impulsadas por Doria y otros gobernadores para frenar los contagios, alegando la necesidad de evitar un derrumbe económico.
Contrariando a los especialistas, Bolsonaro circula en público sin mascarilla, promueve aglomeraciones y preconiza un supuesto “tratamiento precoz” contra el virus, con medicamentos cuya eficacia no tiene comprobación científica.
El presidente, que no modificó su postura tras contraer el virus el año pasado, atribuye a los gobernadores y alcaldes la responsabilidad por la crisis sanitaria y económica, alegando que el gobierno federal ha distribuido recursos para combatir la pandemia. Esa actitud, sumada a la situación trágica de Manaos, provocó el viernes fuertes cacerolazos de protesta en las principales ciudades del país.
Fuente: AFP.