POR IRENEO ACOSTA ROMERO
ireneo.acosta@gruponacion.com.py
Un penal ejecutado por Claudio Aquino que se transformó en gol le sirvió a Cerro Porteño para cosechar sus tres puntos, mantener la diferencia ante su escolta y acercarse a su gran objetivo que es romper una racha de su tradicional rival y a la vez lograr el título 33.
No iba a ser complicado para el líder en principio, pero en el campo de juego se presentó de otra manera. Nacional se presentó con todo lo mejor que pudo tras las pruebas matinales a sus jugadores.
Roberto Torres trató de poner un equipo que cuide la zona defensiva y buscar salir de contragolpe o con pelotas paradas.
Cerro basamentó su juego con lo mismo de siempre, las proyecciones de Beto Espínola, Enzo Giménez por la derecha y de Arzamendia por la izquierda, que desestabilizaron por momentos al cuadro albo, pero no llegaba el gol. Intentaba el equipo de Francisco Arce, mas no encontró la manera ni el camino a la red. Cuando lo encontró con una llegada de Alberto Espínola, tras los festejos, el VAR analizó la jugada y no convalidó el tanto.
En la complementaria, Nacional siguió buscando las sorpresas. No las encontró y al final sufrió. Más aún cuando el zaguero Figueredo derribó al lateral Alberto Espínola.
Bien por el árbitro que marcó el punto penal. Aquino se encargó de ejecutar y batió a Juan Espínola. Así, el Ciclón se acerca paso a paso al cetro y llegó a su undécimo triunfo al hilo.
“ESTAMOS POR BUEN CAMINO”
“El partido lo controlamos en todo su transcurso, creo que lo ganamos de manera muy justa. Tuvimos nuestras oportunidades, no aprovechamos, después encontramos más espacio”, dijo el DT azulgrana Francisco Arce.
Por último, agregó: “Estamos por buen camino, cerca, dependemos de nosotros y es lo que vamos a hacer y nos tiene al grupo mirando para el mismo lado”, destacó el entrenador. Arce y Cerro se convierten en el primer equipo en toda la historia del fútbol paraguayo en ganar 11 fechas seguidas en un mismo torneo a todos los rivales del Apertura. En el año 2008, el entrenador argentino Rubén Israel había triunfado en la misma cantidad de partidos con Libertad, pero con la diferencia de que lo hizo en dos torneos.