POR MARTÍN VILLAGRA (martin.villagra@gruponacion.com.py)
Es más para que Luqueño se robustezca en lo anímico. Para que Libertad choque con su realidad y sepa que su propuesta es muy ínfima para pretender mejores resultados. El Gumarelo sigue dilapidando chances y la posibilidad del título está lejos.
El primer tiempo fue demasiado cortado, con muchas imprecisiones. Se perdió una barbaridad en la revisión de una jugada en el área de Luqueño. Se sospechó sobre posible penal, pero el árbitro Arnaldo Samaniego terminó sancionando un fuera de juego de Antonio Bareiro.
Imperó la fuerza durante todo el partido, pocas veces se rompió la monotonía. Se peleó desordenadamente en todos los sectores de la cancha. No había muchos espacios. Los defensores de Luqueño se cansaron de cruzarse y quitaron muchas pelotas. Cada uno tuvo sus chances, aunque fueron contadas. Libertad se lanzó una y otra vez al ataque y terminó estrellándose con los defensores Fernando Martínez, Paulo Lima y Walter Ortiz, este último sacó un remate que devolvió espectacularmente el travesaño en la acción más peligrosa del partido.
Iván Franco entró bien, dinamizó en parte la ofensiva liberteña, junto a “Tacuara” Cardozo, quien aportó fuerza para empujar, una y otra vez. Antonio Bareiro peleó muchas pelotas por arriba, pero pocas veces pudo definir con precisión. Con Libertad desesperado y Luqueño aguantando, tratando de hilar algún contragolpe, se fue el partido, al que le faltó el gol, pero tampoco los protagonistas tuvieron claridad para cambiar la historia.
CONMOCIÓN CEREBRAL
Un comienzo violento tuvo el partido. Apenas iba un minuto, Alexander Mejía del Gumarelo y Marcos Duré del Auriazul disputaron una pelota aérea, en donde la peor parte llevó el segundo, fue cambiado y finalmente tuvo ser trasladado a un sanatorio por los golpes en el pómulo y los mareos posteriores. El jugador del “Chanchón” sufrió una conmoción cerebral, pero la lesión no sería de gravedad.