Se le acabó el com­bustible a Luqueño. Impresionó muy bien en los dos primeros partidos del retorno. Ayer no tuvo velo­cidad ni frescura mental para crear situaciones para con­cretar en gol y perdió ante un River Plate que estuvo intenso en pasajes del juego y le bastó un gol de Robin Ramírez para llevarse la victoria del estadio Feliciano Cáceres.

La figura del Auriazul en la ofensiva, Isidro Pitta, estuvo opaco, tampoco tuvo buen acompañamiento de Gaona Lugo, entonces el peso del ata­que recayó en Blas Armoa, quien recién en la comple­mentaria generó peligro, pero sin poder aprovechar pese a su insistencia.

Un merecido triunfo del Kelito, que con la conducción del experimentado Dionicio Pérez y la velocidad del joven Ramón Sosa puso en aprieto a la defensa luqueña, que sufrió bastante para controlar los ataques de los visitantes.

En el capítulo 2, el partido tuvo más entretenido, porque el local buscó por lo menos la paridad aunque muy des­ordenado y facilitó el tra­bajo defensivo del visitante, que de contra buscó senten­ciar la victoria, que al final se dio para recuperarse de su derrota ante Cerro.

El árbitro Juan Benítez cobró un penal de Gimé­nez sobre Armoa a los 4 minutos, pero el VAR lo hizo cambiar de decisión.

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