- Por Luis Irala
El miércoles 19 de mayo de 1999, 21 años atrás, un joven lleno de ilusiones, de 17 años, llamado Roque Santa Cruz, emprendía viaje rumbo a Europa para incorporarse al Bayern Munich de Alemania, transferido por el Olimpia, en 8.480.000 dólares.
Roque había debutado en la primera del Decano, en 1997, cuando tenía 15 años, de la mano del entrenador uruguayo Luis Cubilla y se percibía un futuro brillante.
Los ojeadores del Bayern Munich posaron sus ojos por primera vez en Santa Cruz en la Copa Mercosur de 1998, cuando le marcó dos goles al Vélez Sarsfield de José Luis Chilavert, que en ese momento era considerado el mejor arquero del mundo y al año siguiente, en el 99, anotó otros dos tantos a Aldo Bobadilla de Cerro Porteño, en un clásico de la Copa Libertadores. A partir de entonces ya no había dudas, el hombre a incorporar al club alemán era Roque Santa Cruz.
Los primeros contactos fueron vía telefónica y los 20.000.000 de dólares que pretendía el presidente Osvaldo Domínguez Dibb, por el pase del goleador, era considerado por las autoridades del Bayern como una cotización muy elevada.
DURA NEGOCIACIÓN
Pero el presidente del club bávaro, Franz Beckenbauer, quería tener sí o sí al paraguayo en sus planteles. Así, en la tarde del domingo 16 de mayo, una delegación del Bayern, compuesta por Karl-Heinz Rummenigge (vicepresidente), Uli Hoenes (manager general), dos glorias del fútbol alemán, al igual que Beckenbauer y los empresarios, Søren Lerby, quien brilló en la selección de Dinamarca en el Mundial de México 86 y Giovanni Branchinni ingresaron sorpresivamente a la Olla Monumental azulgrana para presenciar el partido entre 12 de Octubre de Itauguá y Olimpia. La soberbia actuación de Roque, quien, además de ser la figura del encuentro, marcó un golazo, culminando una magistral jugada personal, hizo que se apuraran las gestiones para el traspaso.
Esa misma noche cenaron en un conocido restaurante la delegación alemana junto a Roque, don Aproniano Santa Cruz, padre del jugador, el empresario Francisco Ocampo y el doctor Osvaldo Pangrazio, quien hizo de nexo, además de traductor.
Proféticas palabras
A la mañana siguiente, el lunes 17 de mayo, la reunión fue con el presidente decano, Osvaldo Domínguez Dibb, quien bajó sus pretensiones para vender al jugador, hasta llegar a los 10.000.000 de dólares. “O pagan esa suma o Roque se queda en Olimpia”, había dicho el titular olimpista, golpeando con la mano la mesa de su escritorio de la tabacalera Boquerón.
Esa siesta y a modo de destrabar la situación, don Aproniano renunciaba al 30% que le correspondía por la transferencia y gracias a esa maniobra se pudo liberar el pase y la ida de Roquegol al Bayern Munich quedaba sin obstáculos.
El mismo día de su partida a Alemania el técnico Luis Cubilla declaraba a los medios de prensa: “Roque es un jugador excepcional y con un ángel especial. Él refleja la humildad que nosotros los entrenadores pretendemos para los jugadores. Eso le va a ayudar mucho en su carrera. De seguro va a triunfar en Europa”, fueron las proféticas palabras del sabio Cubilla.
8.480.000 DÓLARES pagó al Olimpia el Bayern Munich por el fichaje del juvenil paraguayo Roque Santa Cruz.