- POR LUIS IRALA
Aquel año 85 fue uno de los más gloriosos del fútbol paraguayo. Es que la Albirroja regresaba a la élite del fútbol mundial luego de casi tres décadas de estar a oscuras. En el 57, Paraguay había conseguido la primera y hasta ese entonces única clasificación a un Mundial, desde que se implementaron las eliminatorias.
Después de aquella participación brillante, en el selectivo que llevó a Paraguay al Mundial de Suecia 58, habían pasado seis eliminatorias, todas con el sabor de la derrota.
En el primer partido final del repechaje, Paraguay vapuleaba a la chilena por 3-0, en el Defensores del Chaco. Marcaron para los albirrojos, en aquella noche inolvidable, Roberto Cabañas, Rogelio Delgado y el defensor chileno Lisardo Garrido en contra.
En la vuelta, en el estadio Nacional de Santiago de Chile llegaría la consagración definitiva del conjunto dirigido por Cayetano Ré. El empate 2 a 2 le daba a Paraguay la ansiada clasificación al Mundial de México 86.
Fueron grandes protagonistas de aquel glorioso día, Wladimiro Schettina y Romerito, con sus goles y también el “Gato” Roberto Fernández, quien detuvo un penal a Jorge “Mortero” Aravena, sobre los 14 minutos del segundo tiempo, cortando cualquier intento de reacción de los locales.
Aquel domingo 17 de noviembre de 1985, entraba definitivamente a la historia grande del fútbol paraguayo. Esa tarde la Albirroja dejaba enterrada 28 años de frustraciones y regresaba a un Mundial luego de 28 largos años de ostracismo.
EL INICIO
Aquel proceso que desembocó en el Mundial Azteca empezó en enero de 1985, cuando fue puesto en funciones el cuerpo técnico liderado por Cayetano Ré, que venía con la aureola de haber sido en la temporada de 1984, campeón con Guaraní. En aquel 84, el Legendario dio la vuelta olímpica luego de 15 años y las autoridades de la Liga tenían la esperanza de que esa suerte de campeón lo podía trasladar a la selección, de modo a intentar la clasificación a un Mundial luego de 28 años.