- POR MARTÍN VILLAGRA, periodista martin.villagra@gruponacion.com.py
Rosa Miño se encuentra en Portugal desde hace cuatro meses. La futbolista paraguaya, de 20 años, fichó por el club Famalicão y tiene contrato hasta el próximo 30 de junio. Llegó a jugar ocho partidos antes que la pandemia del Covid-19 se expanda y obligue a la paralización total de todas las actividades deportivas en diferentes partes del mundo.
En contacto con La Nación, dijo que llegó a Portugal mediante las gestiones de su representante, el brasileño Andrés Alves, quien le hizo saber de la oferta “europea” y aceptó pronto las condiciones para ir al Viejo Mundo.
“Vivo en Vila Nova de Famalicão, que está a 30 minutos de Oporto, que es la capital. Estoy en una casa con cuatro sudamericanas, tres brasileñas y una uruguaya. No tuve chances de volver (a Paraguay). Tampoco intenté, porque mi contrato es hasta junio, y pese a todo, tengo que cumplir hasta la fecha establecida. Nosotras (igual que sus compañeras) queremos estar en casa, más todavía que las cosas están empeorando. Estar en cuarentena, pero en familia”, comentó.
La mediocampista se destacaba en Cerro Porteño en la posición de volante central. En medio del cese de actividades, todos los días entrena para no perder la mejor forma física, aunque en lo futbolístico resulta difícil estar a tono cuando no hay torneo.
“Generalmente solemos entrenar con mis compañeras. Por la tarde hacemos abdominales, pesas y esas cosas. Anteriormente, habíamos prestado materiales del club”, contó.
El club cumple en todos los sentidos con el plantel femenino, aunque ella no puede adelantar nada sobre su futuro a raíz de esta sorpresiva situación, que no estaba en los planes. “Tengo el futuro incierto por el momento. Uno no sabe cuándo va a pasar esto. En la mayoría de los países se han suspendido los campeonatos de forma temporal hasta próximo aviso”, agregó.
VÍA VIDEOLLAMADAS
Piensa en positivo y espera que pronto se solucione todo, mientras sigue su día a día. Tiene el respaldo de su familia desde Paraguay y está en contacto desde el primer día que llegó a Portugal.
“Mis familiares me apoyan desde siempre y hablo con ellos una vez al día, vía videollamadas”, apuntó.
MIRABAN EL IMPACTO EN CHINA
El número de casos varía mucho dependiendo de la ciudad y países, principalmente en Europa, donde el más golpeado ha sido Italia.
Rosa Miño refiere que en la ciudad donde reside actualmente, se dieron más de 180 casos de contagiados por coronavirus. Al dar una opinión sobre la pandemia, indicó: “La verdad que me sorprendió. Nosotras veíamos en las noticias el impacto que tenía en China, pero jamás pensamos que iba a llegar aquí, menos a todo el mundo. La verdad que mis compañeras, al igual que yo, estamos sorprendidas. Nadie se esperaba esto”.
PERFIL
ROSA MIÑO
Apodo: “Rosita”
Fecha de Nacimiento: 13/07/1999
Ciudad: Mariano Roque Alonso
Edad: 20 años
Altura: 1,68
Puesto: Volante Central
Trayectoria: Club UAA
9 de Junio (MRA)
Cerro Porteño
Foz Cataratas (Brasil)
Club Famalicão (Portugal-actual)
EN UNA CANCHA DESDE LOS 8 AÑOS
Rosa Miño cuenta que el torneo de segunda de la Liga de Portugal no es tan competitivo. En los ocho partidos que participó antes de la cancelación por el Covid-19, recibió dos tarjetas amarillas de amonestación y todavía no tuvo la fortuna de marcar goles. “Estábamos punteras en nuestra serie”, refiere.
Siempre le gustó el fútbol y nunca olvida sus inicios desde que era muy pequeña. “A partir de los 8 años empecé a practicar en la escuela de fútbol que estaba a cuadras de mi casa”, confiesa. De tanto jugar, recorrer clubes y vestir la camiseta de la selección, se inclinó en la elección del brasileño Arthur Melo (Arthur Henrique Ramos de Oliveira Melo) del Barcelona de España como uno de sus ídolos.
A sus 20 años, ya tiene un buen curriculum a nivel de selecciones paraguayas y no se pone límites para seguir adelante.
“Jugué dos mundiales en la categoría sub 17 y sub 20. Fui campeona de los Juegos Bolivarianos con la Sub 20 y estuve en la Copa América. Tuve la oportunidad de jugar los Juegos Panamericanos”, cuenta orgullosa.