Se acabó el efímero sueño que tenía Cerro Porteño de llegar al campeonato Clau­sura. Otro pésimo certamen de los azulgranas. Perdieron, jugando mal, ante Sportivo Luqueño y demostró que su plantel es muy flojo y con un técnico como Miguel Ángel Russo que prepara sus cosas para volver a la Argentina con más penas que glorias.

Luis Nery Caballero, cuando no, verdugo de los cerristas, anotó el primer gol para los auriazules luego de un centro del mejor jugador de la can­cha, Walter Ortiz, para ade­lantarse al discreto zaguero como es Salustiano Candia y abrir el marcador para el visitante.

Igualó Nelson Haedo Valdez, de penal fabricado por el árbi­tro, Juan López, quien antes no cobró una clara infrac­ción dentro del área de Paulo Lima, y empató en forma injusta porque los luqueños eran mejores dentro de la cancha.

El gol de la victoria fue obra de Blas Armoa luego de otro horror (perdón, error) de Marcos Acosta, quien rechazó mal, y el puntero del auriazul la mandó a guardar adentro. Un torneo más para el olvido de Cerro Porteño, que ve al tradicio­nal rival preparándose para otro título, el cuarto en forma consecutiva.

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