Por Ireneo Acosta, periodista, ireneoacosta@gruponacion.com.py

El Deportivo Santaní logró cortar una larga racha de sinsabores, tras derrotar a Nacional por tres goles a uno, después de haber cambiado a su entrenador anterior, Pedro Sarabia, por un conocido local, Robert Gauto.

Fueron 13 largas fechas de ansiosa espera y recién anoche pudieron gritar en el Clausura por vez primera un triunfo que les permite seguir soñando, aunque parezca que todo está perdido.

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El técnico interino hizo varios cambios con relación a las presentaciones anteriores a fin de buscar lo que al final se les dio, el triunfo. Ganar es lo mejor que puede suceder dentro de un espectáculo deportivo y haberlo obtenido ante un rival que llegó con ganas de seguir sumando.

Con la conducción de Blas Díaz, los locales fueron dominadores del juego, ante un rival que se mostró timorato y sin fuerza en ofensiva. Mediante un tremendo pase del juvenil Tobías Arévalo, el capitán Díaz sometió al golero albo Espínola, para felicidad de los pocos aficionados que acompañaron al albinegro.

Aldo Bobadilla no encontró la forma de que su equipo iguale el marcador. En la complementaria llegó el empate transitorio por conducto de David Fleitas, quien aprovechó un descuido local. Pero después entró Isidro Pitta para desnivelar el marcador y casi al finalizar, tras una jugada magistral, Pitta cedió el balón al recién ingresado Leguizamón para sellar un triunfo que se hizo esperar, pero que mantiene sus esperanzas para la permanencia. Nacional quedó en deuda con fútbol y entrega.


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