El aliento no va a faltar y está garanti­zado. Los jugadores de Cerro Porteño deben dejar “la vida por los colores” y que reviente el estadio la Olla de Barrio Obrero, que será un “infierno”, estará a tope de su capacidad, con un público, que además de preparar un espectacular recibimiento al equipo, va a empujar desde el primer minuto.

La misión es difícil y sumamente complicada. Más que nunca se necesita la aparición de un verdadero Ciclón. Para levantar el 0-2 en medio de polémicas encajado en el juego de ida en Buenos Aires ante el buen equipo de River Plate, vigente campeón de América y dirigido por el exitoso entrenador Marcelo Gallardo.

El DT azulgrana, Miguel Russo, prepara un plantea­miento ambicioso. De entrada están anunciados los ofensivos Óscar Ruiz, Nelson Haedo Valdez y Joa­quín Larrivey. Está disponible Diego Churín ante cualquier eventualidad, además de un recupe­rado Hernán Novick. Otro hombre de alterna­tiva es Sergio Díaz. Cerro Porteño activó durante la semana a puertas cerradas.

Se insistió en las pelotas paradas y remates desde el punto penal, ya que un triunfo por 2-0 permitirá la definición con remates desde los 12 pasos. Hay bajas senti­das en el equipo paraguayo. Lesiones dejaron al margen a Marcos Cáceres y Fernando Amorebieta (tambien suspendido, los dos defensores centra­les. River Plate no tiene a Enzo Pérez, inhabilitado por acumulación de tarjetas amarillas. Esto es fútbol y la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertado­res es posible.

38.500

ENTRADAS

habilitó Cerro Porteño para el juego de esta noche por cuestiones de seguridad, ya que la capacidad de aforo de la Nueva Olla está en el orden de las 45.000 personas.

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