Ya se convirtió en un verdadero clásico de la Copa Libertadores de América y en los partidos del Olimpia tricampeón de América (1979-1990-2002). Los jugadores franjeados sal­taron al campo de juego del Defensores del Chaco y fue­ron recibidos con el imponente despligue del mosaico.

Independientemente al resul­tado, la hinchada cumplió con creces y se organizó impeca­blemente para brindar un gran espectáculo. El mosaico se formó en el sector de Pla­teas por los fanáticos, quie­nes coordinadamente alza­ron para arriba las cartulinas de color blanco y negro. Fue en medio de cánticos y explo­sión de petardos. “La Gloria es Eterna”.

Ese fue el mensaje que se visualizó claramente. Fue el recibimiento perfecto para una previa espectacular. Con clima y enorme pasión, al más puro estilo sudame­ricano. El grueso error del arquero Alfredo Aguilar en el primer gol, más el penal que falló William Mendieta moti­varon las quejas más agrias de los olimpistas.

A la hinchada no se le puede reclamar absolutamente nada. El equipo de la Liga de Quito, que clasificó a los cuartos de final, se adju­dicó 1.200.000 dólares más en concepto de premios de parte de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). ­

Dejanos tu comentario