Santaní cerró su pri­mera participación en la Copa Sudame­ricana dejando una muy mala imagen. En una noche en la que necesitaba inspiración, fútbol y también mucho de entrega, algunos jugadores confundie­ron esa entrega con violencia y se pasaron de revoluciones, golpeando a rivales y compli­cando todas las chances, ya que el cortado juego favorecía a los colombianos que llegaban con ventaja al Defensor es del Chaco.

Alejandro Toledo empujó a un rival frente al árbitro y se fue expulsado tras finalizar el pri­mer tiempo, pero durante el transcurso de este, Cristhian Aguada ya debía haber visto la tarjeta roja. En el segundo tiempo le tocó irse a José Cañete, quien también cayó en la pro­vocación de un rival, esta vez de Pacheco, y reaccionó empu­jándolo a la vista del juez vene­zolano, que pese a haber acer­tado en las tres expulsiones no tuvo una buena noche, perdió rápidamente el control del par­tido y permitió mucha conducta violenta de varios jugadores.

¿Y en fútbol? Santaní también estuvo lejos. Salvo algunos inten­tos solitarios de Isidro Pitta, los de Pablo Caballero ofrecieron muy poco en función ofensiva. Su único gol llegó de manera fortuita. En ningún tramo de la serie el cuadro santaniano pudo mostrar estar a la altura del rival, que pese a algunas limitaciones posee jugadores poten­tes que aprovechan las pocas ocasiones claras que genera.

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