- POR ÓSCAR GÓMEZ
- Periodista
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Era una jornada de fiesta. Feriado y las familias en las canchas. En Capiatá, el Erico Galeano estuvo repleto de olimpistas que esperan el tricampeonato y en La Nueva Olla, los cerristas más fieles fueron a apoyar al equipo de Fernando Jubero.
Pero de manera vergonzosa, el arbitraje fue el gran protagonista en una jornada clave y definitoria del torneo Apertura. El asistente de línea Diego Silva inventó un gol a favor de San Lorenzo en Barrio Obrero, que fue convalidado por Cristian Aquino, en una jugada increíble, en la que tras un remate de Sebastián Fernández desde fuera del área, la pelota botó poco más de un metro fuera de la línea de gol. Además, Aquino tampoco sancionó un penal de Juan Aguilar sobre Ismael Reyes, de San Lorenzo.
Mientras que en Capiatá, José Méndez no se animó a cobrar un penal clarísimo a favor de Olimpia, con el partido 2-1, por una mano evidente de Ángel Martínez.
El arbitraje ingresa nuevamente al ojo de la tormenta tras lo ocurrido anoche.
Horacio Elizondo deberá explicar las razones de esto y tratar de encontrar una justificación por el mal desempeño de los jueces que él prepara.
En cuanto a lo futbolístico, en Capiatá, Olimpia se repuso del golpe inicial capiateño y lo dio vuelta, pero se descuidó sobre el final y se lo empataron. Incluso casi se le fue el invicto, pero Aguilar lo salvó. Las chances del Decano siguen siendo las mismas que antes del inicio de esta fecha. Ganando en Ciudad del Este ante Santaní será tricampeón del fútbol paraguayo.