- POR IRENEO ACOSTA
- Periodista
- ireneoacosta@gruponacion.com.py
Estaba tan complicado desde un principio revertir aquella derrota por 0-3. Se presentaba difícil para Nacional, pero no imposible. Al final, el gol casi de “vestuarios” anotado por Juan Vieyra no sirvió para nada. La dura caída en la vuelta por dos goles a uno eliminó a los tricolores de esta copa con más penas que gloria.
La amargura de los albos comenzó al conocer la formación. El técnico Fernando Gamboa al parecer no conoció a sus jugadores en el tiempo que estuvo. Armó bastante mal el once, aun sabiendo que faltaban jugadores que pudieron dar más que varios de los que aparecieron en la revancha copera.
Tras el gol a favor, cedió terreno y balón. La recuperación nunca llegó y el rival aprovechó con la velocidad de sus delanteros y más con los errores defensivos, debido a la lentitud y falta de reacción de los cuatro del fondo. Para la creación y la definición, solamente los argentinos Vieyra y Parra, porque los demás no pusieron garra, esfuerzo ni lucha en los momentos que tuvieron la pelota en sus pies. Para peor, Ordóñez empató y poco después Garcés liquidó el pleito antes de terminar el primer tiempo.
La segunda etapa fue todo de la visita. El local no produjo nada, solo desorden en todos lados. Gamboa sacó a Velázquez, mandó a Garay y Costa al campo, pero no mejoró nada. Pobre en fútbol y disposición táctica, que debe preocupar a los dirigentes para tomar medidas. La copa quedó atrás. Quedan los torneos locales y nada más.