No hay vuelta atrás para el equipo de Nacional, que deberá ganar por goleada para pasar a la segunda fase de la Copa Libertadores. Esta tarde recibe al Delfín de Ecuador, equipo que le había ganado de local por una buena diferencia de 3-0 y que deberá remontar el elenco albo.
El entrenador argentino Fernando Gamboa tiene la soga al cuello y está obligado a armar bien al equipo para poder acceder a la siguiente ronda. Depende de este encuentro su futuro, tal vez, el más negro desde que asumió al frente del equipo superior nacionalófilo.
En sus dos presentaciones en el año perdió ambos encuentros. El de la Libertadores de ida y en el torneo local ante Guaraní. Recibió cinco goles en contra y no anotó. Situación más que comprometida para los de Barrio Obrero. El equipo que jugará esta noche volverá a sufrir variantes. No lo confirmó el técnico, pero hasta el momento no encuentra el once ideal. Marcar bien atrás, no descuidarse y aprovechar las jugadas de gol ante el arco rival son las claves para poder sacar ventaja. Otra opción no hay.
Gamboa sabe que si no pone a su compatriota Facundo Parra un acompañante, los goles no llegarán. No hay tiempo para concesiones y seguir manteniendo una formación sin dos delanteros complicará más su chance.
Hoy no hay excusas por el sol, calor y humedad, que es para los dos equipos. Si Nacional no hace goles en los primeros minutos, el nerviosismo se va a apoderar del equipo. Delfín seguro intentará de contragolpe molestar a los defensores locales. La serie está abierta, pero Nacional debe sacar provecho de la localía. Hay que apostar a los goles para seguir en competencia.