En medio de tantos gol­pes y críticas, Cerro Porteño se retiró anoche con una sonrisa de Capiatá. No borra el mal sabor del fracaso. El subcampeo­nato absoluto queda para los registros, pero ser segundo no motiva festejos. El DT azul­grana Fernando Jubero optó por un equipo muy alterna­tivo. El sábado se había ase­gurado lo último que estaba pendiente: clasificar a la fase de grupos de la Copa Liber­tadores, un premio consuelo.

Con las dudas de Pablo Gavi­lán atajando en el arco, más los menudos Alan Rodríguez, Marcelino Ñamandú y Fer­nando Ovelar, más una defensa renovada inició el Azulgrana.

El empuje de Marcelo Palau sobresalió desde el comienzo. En el redondeo final, alta cali­ficación para Diego Churín, quien volvió a convertir y se vistió de asistidor en los dos tantos de Conejo Benítez, otro punto alto en esta ocasión.

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“Sa-Sa” abrió de cabeza el partido y no lo festejó por su pasado cerrista. Marcelino Ñamandú igualó en la boca del arco tras un mal despeje del golero Joel Silva. Diego Churín, de cabeza, comenzó a darlo vuelta. Los sucesivos goles del “Conejo” Benítez tuvieron coparticipación de Diego Churín. El tanto de Gus­tavo Noguera maquilló el mal día de los capiateños, que toda­vía pelean con mínimas chan­ces por ir a una copa.

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