Buenos Aires, Argentina. AFP
Boca Juniors y River Plate coincidieron en rechazar el fallo del Tribunal de Disciplina de la Conmebol que dispuso reprogramar el partido de vuelta de la final por la Copa Libertadores 2018.
Boca había anunciado temprano que apelará ante una instancia superior e incluso ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). A la medianoche, River también comunicó su rechazo a que la Conmebol le haya quitado la condición de local en su estadio Monumental, entre otras sanciones que le aplicó.
El anuncio de Boca implica que seguirá reclamando que le den por ganado el encuentro que tuvo que suspenderse en el estadio riverplatense, el pasado fin de semana, por lesiones sufridas por sus jugadores en un ataque de hinchas rivales.
La entidad azul y oro dijo en un comunicado que “no comparte los argumentos” de los jueces y que llevará el caso “ante la Cámara de Apelaciones de la Conmebol y, eventualmente, ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS)”.
El comunicado del club millonario señaló que “realizará los planteos legales y las apelaciones pertinentes con relación al cambio de sede”. La Conmebol ha reprogramado el partido de vuelta de la final para el 9 de diciembre en el estadio Santiago Bernabéu en Madrid por razones de seguridad.
Boca dijo que “no cabe otra sanción que la solicitada en nuestras presentaciones (el otorgamiento de los puntos y la consagración como ganador de la Copa)”. Boca argumentó que se ha probado “el brutal ataque al micro (bus) del plantel, en las inmediaciones y hasta el portón de ingreso del estadio Monumental”.
Al reafirmar la postura ya expresada de pedir los puntos por agresión a sus futbolistas, Boca reclamó “que se cumpla debidamente con el reglamento” y que se consideren “la gravedad de las conductas y el carácter de reincidente del club organizador del evento”.