- Por ÓSCAR GÓMEZ
- Periodista
- oscar.gomez@gruponacion.com.py
Un año que quedará en el recuerdo de todos los olimpistas y en la historia. Por si quedaba alguna duda de la supremacía de Olimpia en la temporada, coronó su bicampeonato con una goleada sobre su clásico más añejo e incluso dejó la sensación de haber quedado corto luego de los excelentes últimos minutos. Pese a algún amague, Guaraní no fue un rival a la altura para un equipo franjeado que se cansó de ganar en el 2018.
El Aborigen arrancó mejor, es cierto. Pudo evitar que Olimpia maneje el balón y le copó la mitad de la cancha. Pero antes de que incluso pueda sacar ventaja de su mejor momento en la cancha, ya estaba abajo en el marcador.
Más que nunca, el equipo de Garnero fue efectivo. Primera llegada y Julián Benítez ya estaba festejando con sus compañeros y todo el estadio. En la previa, Camacho se vistió de asistidor.
Bien temprano, el Franjeado daba el golpe que necesitaba, porque a partir de esto, el Aborigen desapareció del partido. Olimpia hizo todo lo que no pudo hacer ante Libertad en la fecha pasada: mover la pelota, ocupar espacios y ser punzante. Eso sí, tras el primer gol, le faltó efectividad y por eso no pudo aumentar la ventaja.
Esto permitió que en una jugada iluminada y de otro partido, Guillermo Benítez empatara elpartido y ponga cierto manto de duda en el Defensores del Chaco. Pero no pasó mucho para que Patiño adelante nuevamente alDecano y comience el festejo.
Tras el 2-1, nada más hubo que goles franjeados. Quintanita y Ortega decoraron el marcador, condos grandes definiciones. Ni con Velázquez, Bogarín y Gaona Lugo, Guaraní pudo despertar.
Dominio absoluto del Decano en una temporada que se tiñó de blanco y negro. Estableció nuevos récords, no perdió ante sus rivales directos, Libertad y Guaraní, y su rival de siempre, Cerro Porteño, solo pudo derrotarlo en una ocasión. Pero ojo, todavía le queda una final más y el equipo de Garnero demostró que quiere más.