Ni los propios jugadores de Trinidense espe­raban este resultado. Es más, varios de ellos y hasta directivos del club ya habla­ban de vacaciones, teniendo en cuenta que el torneo de Inter­media ya finalizó y por ende los contratos de los futbolistas.

Varios de los futbolistas firma­ron contrato solo por un par­tido para poder estar ayer, pero evidentemente ninguno que­ría saber nada de vacaciones, por la manera en que jugaron el partido, especialmente en el segundo tiempo, donde Gabino Román le encontró la vuelta al equipo de Daniel Garnero.

Al Franjeado le costó tener peso en ataque. Si bien es ideal dar fogueo a los juveniles en esta competencia, Nicolás Morínigo y Martín Sánchez no proveyeron de la fuerza necesa­ria a la delantera decana. Olim­pia siempre estuvo bien hasta tres cuartos de cancha, pero no en el área del rival.

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Los jugadores del Trinidense salen a festejar la victoria ante el franjeado.FOTO: APF

Y el gol de Julián Benítez es el fiel ejemplo de esto. Había que buscar una alternativa ya que no se podía lastimar con las armas habituales, enton­ces Julián probó desde afuera y (ayudado por un desvío) ade­lantó a Olimpia.

El desarrollo de la comple­mentaria nunca expuso la sensación de que el Decano aumentaría la ventaja, por­que generó muy pocas situa­ciones claras. En contra­partida, tampoco parecía que Trinidense sería muy peligroso, por lo que el par­tido no tuvo tanta emotivi­dad. Gabino Román movió el banco para golpear de contra, mientras que Garnero buscó darle mayor peso y volumen a su juego, con los ingresos de Ortega y Mendieta.

Pero nadie contaba con el cabezazo de Blas Irala, tras centro de Marín, para igua­lar el encuentro y extender la definición a los penales. Allí, Arístides Florentín fue la gran figura tras contener los penales de Arias y Coro­nel, para que Trinidense dé el primer gran golpe de la Copa Paraguay y se meta en los octavos de final. Las vacaciones tendrán que esperar.

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