Por Pedro Gómez Zorrilla, periodista

A pesar de la intensa lluvia caída ayer, Sol de América y Nacional protagonizaron un partido atractivo, que culminó con la paridad, pero ambos equipos tuvieron oportunidades para salir victoriosos.

Todas las miradas de los presentes en el estadio Luis Alfonso Giagni estuvieron puestas en el ingreso del solense Mario Ricardo a los 21 minutos de la segunda etapa. Pero no estuvo en gran nivel, su físico corpulento y la cancha que tenía espejos de agua en varios sectores impidieron que pudiera demostrar las grandes condiciones técnicas que posee. Hasta ahora es la única figura rescatable de los equipos del interior que juegan la Copa Paraguay.

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Milciades Portillo, quien debutó con la casaca de Sol de América, llegó para el certamen Clausura, pero no era del gusto del anterior adiestrador solense Fernando Ortiz, quien nunca lo tuvo en cuenta, anotó el tanto danzarín y lo festejó con todo junto a Éver Hugo Almeida, quien llegó al club y rápidamente lo ubicó en el once titular.

En la etapa de complemento Cristian Aguada, con golpe de cabeza, estableció la paridad, para darle más entusiasmo al compromiso. Como es costumbre, nuevamente fue expulsado Iván Almeida, asistente de su padre, quien protestó todo, y cansado Mario Díaz de Vivar le mostró la roja. Fue un empate merecido, porque buscaron en todo momento el triunfo, pero la mala puntería en la mayoría de los casos impidió más conquistas. Una placa de honor para los aficionados que se llegaron a Villa Elisa y todo mojado se retiraron luego de alentar a sus respectivos equipos y ojalá que no terminen en la semana en cama producto de algún cuadro gripal.

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