Moscú, Rusia. AFP.

Una resistencia heroica de Rusia durante 120 minutos (1-1) y la ruleta de los penales (4-3) condenaron a España en los octavos del Mundial, en un estadio Luzhnikí que finalizó convertido en una fiesta en honor al anfitrión, clasificado a cuartos, en los que medirá a Croacia.

En la tanda decisiva, Koke e Iago Aspas se toparon con el arquero Igor Akinfeev, convertido en el héroe de Luzhnikí, mientras que los rusos anotaron los cuatro que patearon, lo que condenó al campeón mundial del 2010.

“No se puede hacer más, se ha dejado el alma, se ha puesto orgullo, lo hemos puesto todo. Nos han llevado a los penaltis, que era la única manera de crearnos peligro”, declaró el capitán español Sergio Ramos, nada más finalizado el encuentro.

El arquero y capitán ruso Akinfeev desvió con uno de los pies el remate de Aspas. Rusia completó la tarea y logró la clasificación heroica.

“Esperábamos los penales. España no nos dejó jugar como queríamos, ya que nos nos dejó atacar”, reconoció Akinfeev.

España cayó por cuarta vez ante el anfitrión de un Mundial, tras hacerlo en Italia-1934, Brasil-1950 y ante Corea del Sur en el 2002, en la edición que ese país organizó de manera conjunta con Japón.

La Roja se había adelantado con un gol en propia puerta de Sergey Ignashevich en el minuto 12. Rusia igualó con un penal transformado por Artem Dzyuba (41), después de que Gerard Piqué tocara el balón con la mano dentro del área.

El partido tuvo un guion invariable. España se encargó de mover el balón e intentar encontrar grietas en un bloque ruso con las líneas muy juntas.

La Roja tuvo el 74% de la posesión y dio 1.029 pases acertados, por 202 de los rusos.

El equipo local, cuyo plan para marcar pasaba por aprovechar una contra o un balón aéreo, logró su objetivo, al conseguir un gol en uno de los pocos acercamientos que tuvo.

“La línea entre ganar y no ganar es muy delgada”, lamentó el seleccionador español Fernando Hierro.

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